Libros en serie
Las series de televisión conquistan también terreno en las publicaciones especializadas. Varios libros de reciente aparición confirman esta imparable pasión de masas por la ficción serial.
Algo tiene esta Tercera Edad Dorada de la Televisión que hasta las revistas de cine más prestigiosas sucumben al influjo de las series de ficción como reclamo para vender más ejemplares en tiempos de crisis. Vean si no la portada del último número de Caimán, cuadernos de cine, otrora faro de la cinefilia más ortodoxa, rendida al fenómeno masivo de Juego de Tronos. Vean la proliferación de cursos de verano o postgrado, másters, seminarios, talleres, ciclos y conferencias que se celebran cada mes en torno a Los Soprano, The Wire, Breaking Bad, Mad Men, House of Cards, True Detective u Orange is the New Black. Echen un vistazo también a la prensa diaria o a sus ediciones digitales, cada una con su correspondiente blog especializado permanentemente actualizado.
Paradójicamente, este fenómeno expansivo y viral debe mucho a la piratería, sin la cual no podría alcanzarse ese grado de seguimiento inmediato de series aún no estrenadas oficialmente en nuestro país que genera toneladas de información y literatura que abarca desde el más puro y febril fandom de consumo inmediato en las redes sociales a los artículos académicos indexados, de la reseña periodística a la master-class online (como las que ha puesto en práctica la Universitat Pompeu Fabra) o, en la más heterogénea y bizarra de las propuestas recientes, a toda una colección de poemas (sic) como la que nos trae la editorial El Gaviero en Serial: Antología poética sobre series de televisión.
Sea como sea, en abierto, de pago o descargadas, en DVD o en flamante Bluray repleto de extras, las series se devoran y se venden como nunca, generando incluso un merchandising (camisetas, postres, tazas de café...) que retroalimenta su propia inercia de contagio y reconocimiento tribal en una espiral que está en pleno auge y crecimiento.
Atento a estos flujos, coyunturas y tendencias, el sector editorial no ha sido ajeno a la moda y ha puesto en marcha toda su maquinaria de impresión para sacar rédito. Donde hasta hace poco aparecían expuestos libros de cine, por cierto cada vez más escasos y minoritarios, aparecen ahora publicaciones dedicadas a las series de televisión.
La editorial Errata Naturae abrió el camino y el modelo a seguir con sus libros de autoría colectiva y diseño pop dedicados a Los Soprano, The Wire, The Walking Dead, Juego de Tronos o Breaking Bad, sentando también unas sólidas bases ensayísticas para acercarse al fenómeno con Teleshakespeare de Jorge Carrión.
En las estanterías de cualquier librería podemos encontrar estos días de verano títulos como Filosofía de hielo y fuego (Ediciones invisibles), en el que Roca, Vilaprinyó y Canto se suben a lomos del caballo de la fantasía para extraer conclusiones filosóficas y culturales válidas para entender nuestra realidad (sic) de las intrigas de poder de la popular serie de la HBO basada en la saga de George R.R. Martin.
Menos enjundia tiene el volumen En capítulos anteriores (Diábolo), de Joseph Busquet y David García Vivancos, que se conforma con plantear una serie de fichas informativas de las series de cabecera, de la sitcomModern family a la posmoderna Sherlock, con el acompañamiento de ilustraciones caricaturescas de dudoso gusto.
Al ámbito universitario, y con un tono bastante más serio, heterogéneo y competente, pertenece Los héroes están muertos: heroísmo y villanía en la televisión del nuevo milenio (Dolmen), libro colectivo en el que Juan J. Vargas-Iglesias, profesor de la Facultad de Comunicación de Sevilla, convoca a sus compañeros de departamento y a jóvenes investigadores para abordar el fenómeno del heroísmo masculino bajo perspectivas y metodologías de análisis próximas a los estudios culturales que tumban a los protagonistas de Deadwood, Boardwalk Empire, Dexter, House, The Shield, 24 o Mad Men en la mesa de operaciones del análisis académico.
También sobre el perfil complejo, contradictorio y fascinante que une a muchos personajes masculinos de esta Tercera Edad Dorada trata, en buena medida, Hombres fuera de serie (Ariel), de Brett Martin, un estupendo y entretenido libro-reportaje que, en la línea del trabajo de Peter Biskind sobre el New American Cinema Moteros tranquilos, toros salvajes, desentraña el background y la cronología de hechos que dieron lugar a las series más destacadas de la última década y media, poniendo a los showrunners, guionistas y los procesos creativos en el centro de un huracán del que no dejan de llegarnos ráfagas y nuevas propuestas de éxito.
Por último, Todavía voy por la primera temporada (Léeme), coordinado por Edu Galán, apuesta por no sólo por las grandes series sino también por las grandes firmas españolas para su formato colectivo, en el que tiene también cabida el ámbito nacional, con la serie Crematorio como abanderada del sello de calidad. Así, David Trueba, Marcos Ordóñez, Maruja Torres, Miqui Otero, Isaac Rosa, Jordi Costa o Borja Cobeaga abordan aquí aspectos diversos como la autoficción cómica (de Larry David a la maravillosa Louie), los personajes "histéricos" femeninos, el mal tras el sida y el 11-S, la relación entre las series y la Historia reciente, el trabajo o la cuestión de los finales en la Nueva Ficción Televisiva. Continuará, no lo duden.
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