Una minera para 2000 personas
Miguel Poveda | Crítica
La ficha
**** 'Diverso'. Miguel Poveda. Cante: Miguel Poveda. Guitarra: Jesús Guerrero. Percusión: Paco González. Coros y palmas: Miguel Ángel Soto 'Londro', Carlos Grilo, Luis Cantarote. Trombón: Alejandro Carballo. Bajo: Manolo Nieto. Piano, teclados y dirección musical: Joan Albert Amargós. Lugar: Cartuja Center Cite. Fecha: 1,2 y 3 de diciembre. Aforo: Lleno.
Es el más popular de los cantaores de flamenco. Sin duda por haberse acercado a repertorios que están más allá de lo estrictamente jondo. Lo cual nos indica que la situación actual del flamenco, en cuanto a popularidad, no es muy distinta de la que había en la época de Caracol o Valderrama. En esta línea, el recital tuvo dos partes muy diferentes, unidas por un instrumental por bulerías a cargo de Jesús Guerrero: en la primera hubo canciones aflamencadas de Quintero/León y Quiroga pero también del propio cantaor. En realidad el repertorio de la gira Diverso, que se cierra en Sevilla con estos tres recitales en Cartuja Center, no es muy diferente del de la gira anterior, Enlorquecido, conformada en torno a la obra de Federico García Lorca, con música, como decíamos, del propio cantaor, y arreglos de Joan Albert Amargós. En esta línea escuchamos la Oda a Walt Whitman por bulerías, No me encontraron o Silencio. En la gira Diverso las novedades son pocas, como decíamos, incluyendo entre ellas versiones de Omar Alfanno (El gran varón), o del mismísimo Joan Manuel Serrat (‘Padre’). Sonaron también el himno de Andalucía que compuso Manolo Sanlúcar, y una recopilación de populares temas de Los Chichos. El flamenco tradicional fue el protagonista de la segunda, con pocas novedades respecto a lo que Poveda viene ofreciendo en los últimos años. La malagueña sobre el poema Juan Breva del lorquiano Poema del cante jondo fue la novedad de la noche. Compuesta sobre melodías tradicionales pero adaptadas por el cantaor a las características de la letra, que no coinciden con las de la quintilla tradicional de este cante, la remató con estilos tradicionales abandolaos. Fue uno de los momentos más emotivos de la noche, junto a la minera a Pencho Cros que ofreció desnuda de cualquier otro complemento. Sonó también un popurrí de tonás, soleares, seguiriyas y bulerías y los consabidos cantiñas y tangos de Triana, donde el cantaor se dio una pataíta, para delicia del público. No crean, cantar una minera delante de 2000 personas, con el solo acompañamiento de la guitarra de Guerrero, y lograr el silencio, tiene su mérito.
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