Estruendo para Auschwitz
Frente al silencio | Crítica
La ficha
** 'Frente al silencio'. Cía. La Moneta. Baile, coreografía, idea original y dirección: Fuensanta la Moneta. Guitarra: Alfredo Lagos. Cante: Jeromo Segura. Clarinete: Diego Villegas. Percusión: Carlos Merino. Lugar: Teatro Central. Fecha: Sábado, 8 de junio. Aforo: Media entrada.
La neovanguardia se ha convertido en la estética dominante del flamenco contemporáneo, asimilándose de esta manera, lo jondo, al resto de artes contemporáneas. Como subrayó en su momento Morente, cuando el público es un entendido, se jodió el invento. Porque ya no se atreve a mostrar su desagrado cuando se aburre. Y es, con todo, una propuesta ingenua. Bueno, como todo el arte comprometido que es, además de un abuso de poder, una propuesta ingenua. Ingenua, en este caso, ya que son miles los productos culturales a los que ha dado lugar la temática que se rescata en esta obra. Desde documentales hasta ficciones, desde testimonios directos a dramatizaciones. La Moneta también ha querido aportar su reflexión flamenca del horror de Auschwitz, que tiene, ¿cómo no?, también algún que otro precedente en este campo artístico. Todo en esta obra es enfático, a veces redundante. Aunque usted se preguntará, ¿cómo no se puede ser enfático con este tema? Pues en testimonios directos como, por ejemplo, los de Margarete Buber-Neumann o la propia Anne Frank. Cuando los indignados se apoderan del sufrimiento ajeno es cuando la cosa empieza a torcerse. El tema ha tenido incluso acercamientos humorísticos de tanto valor como la película de Roberto Benigni, que también sufrió su respuesta indignada. La Moneta se acerca desde el flamenco: bulerías, seguiriyas, farruca, tangos, granaínas. No entendí el sentido estratégico de los tangos. Ni el de las granaínas. ¿Se puede bailar por tangos en Auschwitz? Benigni podría. Me acuerdo también del Cuarteto para el final de los tiempos, otro testimonio directo. Se usan las letras tradicionales de lo jondo, aunque en algunos pasajes se acude a los versos de Félix Grande, La cabellera de la Shoá, que, al parecer, inspiraron el espectáculo. Se usan las melodías tradicionales de lo jondo con aportaciones de los grandes músicos que vimos en escena. Eso sí, creo que el público hubiese agradecido, como en el resto de los espectáculos del ciclo, tener un programa de mano para saber los nombres de los que se subieron a las tablas.
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