Rhea, cuarteto en marcha
Novedades discográficas | Rhea Quartet
El cuarteto de saxofones Rhea presenta en su primer disco cinco obras escritas específicamente para el grupo
La ficha
Belleza y Cenizas
David Ruiz Molina (1979): Beauty and Ashes [2019]
César Viana: Hijr [2018]
Román González Escalera (1987): Ops (inner working) [2018]
Alberto Bernal (1978): (Neo)Liberal Systems #1 "Accelerando" [2018]
David del Puerto (1964): Partita [2019]
Rhea Quartet: Pablo Fernández Baladrón, Iris Guzmán Godia, David García Barrio, Jaime Augusto Serrano y Luis Garvía Cabañas
Nîbius
En la mitología griega Rea es hija de Urano y de Gea y madre de Zeus. En su versión romana la diosa era conocida como Ops, que fue la esposa de Saturno. Y por eso, a un satélite de Saturno se lo bautizó con su nombre (el griego). Cuando un grupo de cuatro jóvenes saxofonistas formados en el Centro Superior Katarina Gurska de Madrid buscaban nombre para su formación, la idea se la dio el profesor de Basilea Marcus Weiss: Rhea (en inglés) era el título de una obra para doce saxofones del compositor de Linares Francisco Guerrero Marín, que Weiss consideraba la más importante compuesta nunca para un ensemble de saxofones, y al grupo le gustó, y Rhea se quedó. Corría el mes de noviembre de 2016.
Jaime Augusto Serrano es el barítono del grupo y el que empieza llevando la voz cantante en una entrevista en la que también interviene Pablo Fernández y se presenta Rocío Sánchez, que lleva poco tiempo en el grupo, es la única que no estudió en Madrid ("me formé en Salamanca", dice) y no participó en la grabación del CD que ha llevado a esta charla. En su lugar estaba entonces David García Barrio. Un quinto saxofonista (Luis Garvía Cabañas) fue parte también del proyecto. Serrano cuenta los pasos dados durante su período de formación con "el Cuarteto Quiroga en el Máster de Música de Cámara del Conservatorio de Aragón, pero pasamos también por Alemania donde trabajamos con el Cuarteto Casals, Heine Müller o el Kuss Quartet". Pablo Fernández entiende que para ellos "ha sido muy importante la tradición del cuarteto de cuerda, el Casals, el Quiroga, el Hagen... Dentro del cuarteto de saxofones tenemos relaciones con amigos de nuestra generación, pero hay uno de una generación anterior que ha sido una referencia, el Fukio, que abrió camino a nivel nacional".
El primer CD del grupo se ha centrado mucho en su escuela madrileña, ya que los cinco compositores a los que encargaron obras están vinculados de un modo o de otro a ella. Serrano comenta: "La pandemia nos hizo mella. Acabábamos de ganar el 2º premio de Juventudes Musicales, que fue muy importante para nosotros. Y queríamos cerrar esa primera etapa de nuestra trayectoria con un disco. Ahora lo tomamos más como el principio de una segunda etapa, un primer momento de madurez. Queríamos llevar nuestra historia de familia al disco. César Viana fue nuestro profesor de Análisis. David del Puerto no era profesor del Centro, pero venía de vez en cuando a dar charlas sobre estética, formas de componer… éramos asiduos y nos conocíamos. David Ruiz fue nuestro profesor en 3º y 4º, nos dio Estética y Análisis. Alberto Bernal no fue profesor en el Centro pero sí habíamos hecho un estreno suyo con el ensemble, y de ahí surgió este vínculo. Comulgamos mucho con sus ideas y queríamos que estuviera en el proyecto. Román González Escalera era un alumno del máster, un compañero, pero hicimos un estreno suyo en el mismo concierto en que presentamos la obra de Bernal. Queríamos mostrar toda la gama de estilos posibles a través de varias generaciones de compositores, crear un arco iris de colores y que cada una tuviera un tono. Les dimos libertad para escribir a los cinco pero con dos condiciones: que sus obras mostraran lo que ellos son y lo que nosotros somos". "Queríamos dejar nuestra marca –comenta Fernández–, con el lenguaje propio que nuestros profesores nos decían que tenemos. ¿Expectativas? Dejar un legado. Igual que nosotros hemos bebido del legado de otros cuartetos. Dejar el legado para los que vengan detrás. Y si es posible abrir camino. Cuando llegó la noticia de que la revista Melómano nos dio el Melómano de Oro lo celebramos mucho, porque ya nos está abriendo alguna puerta, ya hay programadores que se han interesado."
El proyecto incluye en efecto cinco obras. David Ruiz Molina compuso Beauty and Ashes a partir de un libro homónimo de Rafael Gordon: "Compuesta siguiendo los principios del sincretismo evolutivo, la pieza está concebida como un madrigal en tres secciones que se repiten, se modulan en distintas texturas y alturas, y se contraen proporcionalmente en forma de espiral bajo los preceptos de la serie de Fibonacci", comenta su autor. Hijr de César Viana tiene cuatro movimientos y tiene que ver "con el misterio y complejidad de los modos y ritmos de la música árabe" y "la intensidad de la intervención artística y política del free jazz", en palabras de su autor. Ops (Inner working) de Román González Escalera toma como punto de partida al equivalente romano de Rea y un poema de Rupi Kaur, que, en palabras del compositor, es "una reivindicación hacia el tabú que sigue existiendo sobre todo lo relacionado con el periodo menstrual de las mujeres".
(Neo)liberal Systems #1 "Accelerando" de Alberto Bernal se mueve en la tradición de la música aleatoria. Para Serrano "se trata de una obra muy innovadora. No está escrita para cuarteto de saxofones, sino para cuatro intérpretes. Es una crítica al neoliberalismo, ese sistema en que te dicen que tienes libertad para hacer todo, si te lo curras puedes subir hasta arriba, pero estas son las normas. Y es lo que plantea la obra: tienes libertad para tocar con los instrumentos que sean, pero tienen que ser cuatro; tienes libertad para tocar las notas que quieras, pero dentro de los materiales que la obra te va presentando; puedes tocar lo rápido que quieras pero dentro del tiempo que la obra te marca. Se puede presentar como algo muy caótico. Pero el intérprete se siente constreñido por los límites que la obra le plantea, además el tempo se va acelerando y no te deja pensar, tienes que actuar un poco por intuición. Causa ansiedad al intérprete y eso se traslada al público. En directo funciona muy bien".
Finalmente, el propio Serrano reconoce su admiración por David del Puerto y su Partita: "Es un compositor sin complejo ninguno. Después de ganar un Premio Nacional haciendo música de absoluta vanguardia, ha decidido que eso ya no le representa y con Partita nos escribió una obra basada en el Barroco, una obra modal, pero es sencillamente lo que le apetecía escribir, sin pensar en lo que pueda decirse de él en determinados círculos musicales".
En palabras de Pablo Fernández, el grupo "combina siempre el trabajo con repertorio de saxofón con el trabajo de transcripciones. Nos apasiona no sólo interpretarlas sino también hacerlas. Incluso cuando hemos trabajado con transcripciones ya hechas nos gusta revisarlas y darles alguna vuelta". "Ya estamos con nuestro segundo disco –añade Serrano–, que serán transcripciones de Dvořák y Grieg. El proyecto lo haremos en colaboración con dos artistas plásticos pujantes, dos ilustradores, y Luz Orihuela, que nos ha escrito unos textos preciosos, que ella narrará. Queremos llevarlo a ámbitos diferentes a los de los teatros. Las transcripciones irán al disco con las ilustraciones".
"Somos un grupo que vive por la música –termina el saxo barítono de Rhea–. Cuando vienen épocas de no tener conciertos vivimos mejor trabajando juntos en los ensayos. Nos gusta trabajar las obras, reflexionar sobre ellas. Cuando se acumulan los conciertos, se genera un estrés. Ahora tenemos dos proyectos por delante. En diciembre volvemos a presentar Belleza y Cenizas en las Matinées del Club Matador, aquí en Madrid. Y luego la intención es mover el espectáculo por Europa. Eso irá paralelo a la producción y difusión de nuestro segundo disco".
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