La zambomba moderna

Es sorpendente la aceptación que el grupo navideño de Luis de Periquín está consiguiendo en nuestra ciudad. De cantar hace poco en el antiguo Teatro Quintero delante de 300 personas a este recital en el Cartuja Center ante 2000 la progresión es geométrica. El grupo se ha visto aumentado en lo que se refiere al personal artístico hasta el punto de que permanecieron 25 artistas sobre la escena de principio a fin, al margen de los invitados. La zambomba jerezana está de moda, desde hace unos años, y, como me comentó alguien en un pasillo, ya todas las mujeres (y hombres, cabría añadir) de Sevilla se dan su pataíta por bulerías. Ojalá sea cierto y la bulería se haya convertido en la lambada o el bimbó de nuestra época. Ciertamente, existe esta moda y ello ha ido en relación directa con el auge espectacular que han cogido estos grupos navideños y el repertorio asociado a los mismos. Es la zambomba moderna, la que se inicia tímidamente en los sesenta de la mano de Antonio Gallardo y Manolo Sanlúcar, y con nombres como La Paquera y María Vargas, y que alcanza su cénit en Fernando Terremoto hijo en los 90, el auténtico configurador de la zambomba moderna.

Como autor, Luis de Periquín se sitúa en esta línea de composiciones ternarias, es decir, el ritmo del villancico tradicional, con letras y melodías edulcoradas de nuevo cuño. Echamos de menos, de esta manera, aquellas canciones seriadas, enumerativas, de quintos y de puya que eran la seña de identidad de las llamadas "rondas de nochebuena" que recorrían las calles por estas fechas, con los solteros por un lado y los casados por el otro. Porque el cancionero navideño no sólo se alimentaba de los evangelios apócrifos, como digo. Otro tipo de canciones de ronda, como las enumeradas arriba, convertían a este repertorio en algo vivo, rico, variado y de enorme calidad musical y literaria. Esto es un teatro, y la zambomba moderna apunta en otra dirección, pero no faltó, en este espectáculo, el villancico de nuevo cuño, la bulería y algunos otros ritmos jondos para cantar que "ha nacío el Niño, en medio la calle Nueva". Además, este tipo de espectáculos es un semillero de nuevas voces jondas, como pudimos apreciar con algunos de los miembros más jóvenes del grupo, a los que auguramos un espléndido futuro jondo.