Cómo empezó todo

LOS 4 FANTÁSTICOS, 1: GÉNESIS. Stan Lee, Jack Kirby. Panini. 648 páginas. 39,95 euros.

Dos tomos, dos, de la colección Marvel Gold repletos de episodios clásicos de Los Cuatro Fantásticos, ha colocado Panini sobre la mesa en los últimos meses. El último en llegar a librerías ha sido Génesis, y supone la recuperación en este formato de las primerísimas aventuras del cuarteto. Poco se puede añadir ya sobre esta maravilla firmada por Stan Lee y Jack Kirby. No se trata solo de la fundación del universo Marvel, sino de la propia creación de una gramática que revolucionó los cómics en la década de 1960. Sin Los Cuatro Fantásticos de Lee y Kirby no podrían entenderse los superhéroes modernos, y es que iluminaron el camino que estos han seguido desde entonces. Pero el valor de los presentes tebeos no se limita a su papel en el desarrollo histórico del género: son, además, una obra maestra que sigue atrapando la imaginación de todo el que se acerca a leerla.

Génesis ofrece el inicio de dicha etapa, a saber, los números 1 a 21 de Fantastic Four (1961-63) y el Annual 1 (1963), lo que suma aproximadamente una quinta parte del total. Claro está que falta aquí la sofisticación narrativa de futuros episodios, pero queda compensada con el torrente creativo y ese tono ligeramente cómico que se fue perdiendo, poco a poco, conforme avanzó la serie. Además, el gran Dick Ayers entinta la mayoría de los episodios, aportando a los lápices de Kirby una cualidad extraordinaria. El volumen se completa con numerosos extras, entre los que destacan varios textos de Stan Lee y el serial Los relatos de El Vigilante, extraído de los números 48 a 58 de Tales of Suspense (1964), obra de Lee, Larry Lieber y George Tuska. Queda aún pendiente la edición en Marvel Gold de los números 22 a 43 de Fantastic Four, pero han de saber que el material de Lee y Kirby desde el número 44 en adelante lleva tiempo disponible en los volúmenes titulados ¡La edad dorada!, A través del universo y El largo camino a casa. Les recomiendo que se hagan con ellos, muy especialmente con ¡La edad dorada!, que contiene el fragmento más extraordinario del tapiz.

El segundo tomo al que hacía referencia al principio se titula ¡Los Cuatro Terribles contraatacan! y presenta los números 127 a 150 de Fantastic Four (1972-74), junto con el Giant-Size Super-Stars 1 (1974), el Giant-Size Fantastic Four 2 (1974) y el número 127 de The Avengers (1974). En este caso, se trata de los episodios inmediatamente posteriores a la marcha de Stan Lee (antes se había bajado del barco Jack Kirby), de modo que, en su día, significaron un cambio de guardia en toda regla dentro de la Casa de las Ideas. Las labores de escritura recayeron inicialmente en Roy Thomas, que pronto le cedió el testigo a Gerry Conway, y este último puso patas arriba la serie, explorando las grietas emocionales de la primera familia Marvel en episodios tan notables como el 141 o arcos tan recordados como el de la boda de Crystal y Mercurio. Joe Sinnot, por su parte, homogeniza con sus tintas el aspecto visual aportado por los lápices de John Buscema, Rich Buckler o la deliciosa Ramona Fradon.