El enigma Shakespeare a escena
CINE
'Anonymous' apuesta por el conde de Oxford como verdadero autor de las obras firmadas por el escritor
A finales del siglo XIX una inquietante pregunta empezó a rondar los cerebros de estudiosos literarios y escritores de la época ¿Y si William Shakespare no fuese William Shakespeare? Dicho de otro modo, ¿verdaderamente el responsable del isabelino Teatro del Globo escribió una irrepetible colección de obras maestras que hoy siguen causando asombro? Era una época donde la ciencia lo cuestionaba todo y no respeto ni al bardo -o presunto bardo- de Stratford. Las dudas surgieron de los pocos datos que se tienen de la vida de Shakespeare, de que a su muerte no hubiese homenajes, teniendo en cuenta la popularidad que alcanzaron en vida sus obras, de que en su testamento no dejase nada de manuscritos ni otros libros, de que se conservan firmas que atestiguan que su apellido lo escribía de varias formas distintas. Otras teorías que no creen en el genio innato defendían que alguien que tuvo tan poca educación como Shakespeare no podría exhibir la riqueza de vocabulario ni el conocimiento de ciudades, historia y mitología que muestran sus dramas. Estas hipótesis no fueron pasto de gente cualquiera, sino que nombres como Freud, Mark Twain, Chaplin, Orson Welles y un buen grupo de los mejores actores shakesperianos del siglo XX lo creían. Entre los candidatos a ser el verdadero Shakespeare se encuentran el conde de Oxford, que cumple los criterios de mundanidad y erudición, o el propio Francis Bacon. Aunque el más delirante es Christopher Marlowe, dramaturgo que fue asesinado cuando Shakespeare empezaba a abrirse camino en Londres. Según sus defensores, Marlowe fingió su muerte, cambió de nombre y escribió 'Hamlet' y demás. Otros creen que pudo ser un grupo de escritores, como los guionistas de una serie actual.
El cine, además de usar las obras de Shakespeare como fuente recurrente, se ha acercado a la figura del dramaturgo de vez en cuando, como en la ingeniosa 'Shakespeare enamorado', en la que se justificaba que nunca usase argumentos originales. Pero a esta polémica de la autoría no se le ha hecho mucho caso, hasta que el guionista John Orloff escribió un libreto que estuvo mucho tiempo en el cajón. Salió de él porque contactó con Roland Emmerich para hablar de un proyecto que no cuajó, pero a cambio el cineasta alemán transplantado a Hollywood se avinó a hacer esta especulación shakesperiana. Un director extraño para entrar en las covachas de las intrigas de la corte isabelina, pues se ha hecho famoso por filmes de acción como Independence Day, El día de mañana o 10.000, rodados con un estilo pedestre y poco sofisticado.
Sea como fuere hoy se estrena Anonymous, que comparte título con uno de los movimientos antisistema surgidos en los últimos meses. Rhys Ifans y Vanesa Redgrave son los protagonistas. El film apuesta por el conde de Oxford como autor de las inmortales obras, pero su posición social, además de ser uno de los amantes de la poderosa reina Isabel, le impide poner su nombre. Así que contrata al dramaturgo Ben Jonson como testaferro para que firme su obra. Pero pronto un ambicioso sujeto recién llegado a Londres, William Shakespeare, se da cuenta del juego y mete baza. Además, Oxford se ve envuelto en las intrigas de la corte y sus tensiones, lo que influirá en su secular anonimato.
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