Alfonso Goizueta: "Alejandro Magno hizo el viaje en el que estamos todos: el de buscarnos a nosotros mismos"
Premio Planeta
El finalista más joven del Premio Planeta con 'La sangre del padre' describe en su novela a un guerrero "introspectivo" y muy humano
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Alfonso Goizueta vive estos días una suerte de cuento de hadas en el que un golpe de suerte ha cambiado su destino: el madrileño ha pasado de ser un joven escritor que se autoeditaba a esperar con nerviosismo que llegue a las librerías, el próximo 8 de noviembre, una tirada inicial de 90.000 ejemplares de su nueva novela. La fortuna le ha sonreído al convertirse, con 23 años, en el finalista más joven en la historia del Premio Planeta gracias a La sangre del padre, una ficción en la que traza el perfil más humano de Alejandro Magno.
Goizueta se acerca al legendario rey de Macedonia para matizar esa imagen de guerrero insaciable, lindante con la psicopatía, que le acompaña. "Fue un soldado fiero, pero un chico que contó con Aristóteles como mentor tenía seguro un mundo interior muy interesante, yo lo imagino como alguien introspectivo", asegura el novelista, que defiende que en su libro su héroe "hace en realidad el viaje en el que estamos todos: descubrirnos a nosotros mismos".
Así, el escritor busca a lo largo de 600 páginas, aunque inicialmente Goizueta pensara en escribir un cuento sobre el personaje, al "ser humano que había detrás de la leyenda", una humanidad en la que juega un papel importante su aliado Hefestión. "Fue mucho más que su amado: el amigo, el compañero de vida. Algunas crónicas dicen que fue la otra mitad de Alejandro", explica Goizueta, que describe también el peso que sintió el gobernante ante la obligación de "casarse y tener un sucesor". La sangre del padre explora "cómo evoluciona la relación de esos dos amigos que crecieron juntos y que se van juntos a la conquista del mundo, y qué pasa cuando Alejandro, a medida que se adentra en Oriente, se va volviendo más despótico".
El creador partía de bibliografía como las Vidas paralelas de Plutarco, la visión "muy adulterada" con que Roma retrató el contexto de Alejandro Magno, pero "lo que me estimulaba era aquello de lo que no hay fuentes: construir desde la imaginación la personalidad, el carácter del protagonista". En el argumento, añade Goizueta, "he sido muy fiel a los hechos, a la ruta de sus conquistas. Pero tenía a mi favor que del personaje, en realidad, se sabe muy poco".
A Goizueta le atraían las contradicciones de un militar que "vendía sus victorias presumiendo de que liberaba al mundo de la tiranía con que los persas tenían sometidos al mundo, pero devolvía la democracia en algunos territorios y en otro no. He disfrutado muchísimo escribiendo sus discursos", dice un autor que tras analizar la historia de la diplomacia europea o el comienzo de la unidad de España en dos ensayos abraza ahora el placer de la ficción. "Siempre me ha interesado la política, esta cosa griega de la polis, pero lo que me divierte de verdad son los mundos imaginarios", cuenta un escritor que ya probó la fabulación con Corazón de deidades, una novela sobre mitos griegos, y que con el respaldo del Premio Planeta, el madrileño espera ahora invitar a una generación como la suya, más entregada a la "tecnología", a la dicha de la lectura.
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