¡Voto a bríos! 75 años del Guerrero del Antifaz
Tebeos
Se cumplen tres cuartos de siglo del personaje creado por el dibujante vallisoletano Manuel Gago García
El primer cuaderno del héroe enmascarado se publicó el 24 de octubre de 1944
La Asociación de Amigos del Guerrero del Antifaz trata de mantener viva su memoria y la de su autor
A mediados de los años cuarenta, España todavía trataba de recuperarse de los estragos que había causado la Guerra Civil. Fue una etapa de nuestra historia marcada por la autarquía y una grave crisis económica (el nivel de renta per cápita de 1935 no se recuperaría hasta bien entrada la década de los cincuenta). En este contexto, un medio tan asequible para la chiquillería de la época como podía ser un cuadernillo de unas pocas páginas con las portadas a color, que por entonces no contaba con la competencia de otros medios de entretenimiento tan cotidianos hoy día, tuvo lugar una verdadera época dorada del tebeo, donde las tiradas de las principales colecciones se contaron por cientos de miles de ejemplares. Las viñetas contenidas en un cuaderno transportaban al lector a un mundo de evasión y fantasía a cambio de unos escasos céntimos.
Manuel Gago García, el creador del Guerrero del Antifaz, había nacido en Valladolid en 1925. Su familia se desplazó a Albacete por ser el destino de su padre, un comandante republicano, que sería encarcelado durante largos años por no haberse unido al alzamiento militar de 1936. En 1939, el joven Gago, con 14 años, comenzó a trabajar para poder contribuir con sus exiguas aportaciones al sustento familiar, al faltar el padre de familia. Dicha circunstancia no era óbice para que nuestro autor siguiera soñando con ser dibujante de tebeos. Era su ilusión, pensaba que tenía cualidades para ello, y no cejaría en su empeño hasta conseguirlo. Era un ávido lector de los tebeos de la época (sus mayores influencias confesadas por él mismo serían Alex Raymond y Emilio Freixas), los folletines por entregas y las novelas ambientadas en diversos periodos históricos. Todo ese bagaje y, sobre todo, la lectura del libro “Los cien caballeros de Isabel la Católica”, fueron las principales fuentes de inspiración para llegar a crear a su famoso personaje.
En 1942 publicó el cuadernillo unitario “El juramento sagrado”, un verdadero banco de pruebas de lo que posteriormente sería su obra más famosa, el Guerrero del Antifaz, puesto que el ambiente, las soluciones creativas, la estética, etc., recuerdan poderosamente a la colección aludida. Para muchos coleccionistas, se trata de una especie de “número cero” de la serie.
Según nos manifestó en su momento Teresa Quesada, viuda de Manuel Gago, las planchas originales correspondientes a los dos primeros cuadernillos del Guerrero del Antifaz, fueron entregadas en la Editorial Valenciana por el joven Gago en algún momento de 1943, cuando el autor contaba con 18 años de edad. Sin embargo, estuvieron guardadas en un cajón durante más de un año. El editor tenía la costumbre de acumular trabajos de los jóvenes dibujantes en formación para poder disponer de material esperando su momento oportuno para salir a la luz.
En los principales catálogos del tebeo español, se indica todavía que el primer ejemplar de la colección se puso a la venta en 1943, pero la aceptación de dicha fecha estaba basada en hipótesis e indicios sin confirmar. En un estudio publicado en el Boletin nº2 de la Asociación de Amigos de El Guerrero del Antifaz (mayo 2018), se aportan pruebas documentales que certifican, de una vez por todas y sin dejar lugar a la duda, que el primer cuaderno del famoso héroe enmascarado fue publicado el 24 de octubre de 1944. Se cumple ahora, por tanto, el 75 aniversario de su nacimiento.
La trama de este primer número era bastante atrevida, teniendo en cuenta que estaba dirigida principalmente a un potencial público infantil. El reyezuelo árabe Alí Kan, rapta y hace suya a la condesa de Roca, la cual estaba encinta de dos meses cuando fue capturada. Siete meses después, nació el hijo de la condesa. Creyendo Alí Kan ser su padre, lo educó como su hijo y heredero, convirtiéndose en un destacado guerrero que se distinguía por su ferocidad en los combates contra los cristianos. Tal circunstancia hacía sufrir a su madre, que un día decide revelarle la verdad.
Alí kan la descubre y ciego de rabia, la asesina fulminantemente con su cimitarra. Nuestro héroe huye, repudiado por quien le había educado como su padre. Desde ese momento, cubrió su rostro con un antifaz para no ser reconocido por los cristianos contra los que había luchado encarnizadamente en el pasado, abrazó el cristianismo exhibiendo una enorme cruz en el pecho y no cesó hasta lograr restituir el estatus que le pertenecía por nacimiento.
El Guerrero del Antifaz se presentó ante su verdadero padre, el conde de Roca, a quien le contó su historia, aunque, en principio, tampoco le creyó. El Guerrero del Antifaz tenía una compleja personalidad repleta de contradicciones. Su pasado siempre le atormentará. Algunos quieren ver en la naturaleza del personaje un paralelismo con la situación que se vivía en el país de la época. Mucha gente tuvo que renegar del pasado para adaptarse a la realidad del momento. No olvidemos que el padre de Gago estuvo encarcelado por sus ideas.
Al contrario de lo que algunos malintencionados quieren hacernos creer, el Guerrero era sumamente respetuoso con las costumbres árabes. Algunos de sus mejores amigos y aliados durante la serie, profesaron la religión mahometana. Había “malvados” tanto en el bando cristiano como en el musulmán. Si bien es cierto que el Guerrero del Antifaz y al mismo tiempo Conde de Roca, abrazó la fe católica con fervor, como no podía ser de otra manera en los tiempos de los Reyes Católicos, nunca fue éste un motor que le moviera a luchar contra sus enemigos. Su principal motivación fue siempre la lucha contra las injusticias y la maldad, tal y como se espera de un épico héroe de tebeo.
El Guerrero del Antifaz, en sus primeros cien números experimentó una verdadera edad de oro. El estilo de dibujo de Gago mejoraba semana tras semana y los argumentos se seguían con sumo interés por una creciente masa de lectores ávida por conocer las andanzas del atormentado héroe enmascarado. Las tiradas alcanzaron cifras impresionantes, se calcula que sobre los doscientos mil ejemplares de cada número y hubo frecuentes reimpresiones de los primeros de la colección. El director artístico de la editorial manifestó en una entrevista que se habían llegado a publicar 800.000 ejemplares de determinados números. No hay manera de conocer la veracidad de tal afirmación, pero seguro que fueron tiradas enormes.
Despreciado por los árabes y odiado por los cristianos. El antifaz escondía un drama personal que le perseguiría el resto de su vida. Nunca se deshizo del antifaz y rara vez sonrió. No existían elementos cómicos en la serie que aligeraran su carga emocional y épica. Sólo durante los últimos años de la colección, cuando ésta había entrado ya en un claro declive, y a rebufo del éxito que por entonces empezaba a disfrutar el Capitán Trueno, comenzaron a aparecer personajes como Ramiro, que quiso ser un émulo de Goliath, el gordo gracioso de la seria citada.
Pero estos personajes chistosos llegaban forzados, eran ajenos al estilo y personalidad de la serie y la desnaturalizaban. Esto unido a la férrea censura de los últimos tiempos por la que se llega a ver al Guerrero en ridículas situaciones, embistiendo al enemigo puño en alto, teniendo el lector que imaginarse las espadas, que estaban fuera del alcance del enfoque de las viñetas, sólo vistas por la imaginación del lector. Estaban llegando los años sesenta, y los factores mencionados sumados a la llegada de la televisión hicieron desplomarse, no sólo a la colección que nos ocupa, sino que se puso punto y final a la edad de oro del tebeo español, que se encontraba en un callejón sin salida.
Tras 668 números de acción continuada, de romances no correspondidos, de conocer a un rico elenco de personajes, muchos de ellos dotados de una profunda personalidad, de luchas, de estrategias, de giros argumentales, de relaciones pasionales, de cierto erotismo encubierto, de contiendas, de batallas navales, de reinos escondidos, de afrontar inciertos peligros y de salvar in extremis la vida cientos de veces, se dio por terminada la colección más emblemática de la historia del tebeo español. Fueron más de veinte años de presencia continuada en los quioscos, los cuales abarcaron a diversas generaciones de lectores.
En 1972, la Editorial Valenciana decide reeditar desde el principio toda la colección, esta vez en cuadernos verticales a color, para los que hubo que adaptar la vieja colección haciendo un remontaje de las viñetas y eliminando las expresiones y situaciones que por el endurecimiento de la censura hubo que quitar. Se intentó recuperar a los nostálgicos del personaje dándole un empaque de respetabilidad y madurez a la nueva edición ofreciendo unas tapas para encuadernar cada 20 cuadernos.
Manuel Gago ilustró las 343 nuevas portadas en formato vertical y dibujó alguna que otra aventura nueva para incluirla en los nuevos almanaques o extras que se publicaron fuera de la colección. Esta reedición a color tuvo un éxito inesperado y tras terminar la reedición de todos los episodios disponibles, Manuel Gago se animó a continuarla con nuevos episodios. A esta nueva etapa se la denominó “Las nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz” que quedaron inconclusas en su número 110 al morir repentinamente su creador.
Esta etapa es muy interesante porque por fin Gago puede escribir libre de la censura oficial (estamos en 1978) y ocurren cosas impensables en la serie original, como que el protagonista tenga una amante, su esposa sea violada por un impostor, haga su aparición la inquisición mostrando su maldad y aviesas intenciones (aunque ya no existía la censura oficial, la editorial ejerció su propia censura y obligó a Gago a convertir a los inquisidores en “falsos monjes”). Finalmente el Guerrero se rebeló a los propios Reyes Católicos, rompiendo un Decreto y marchándose a África junto a sus viejos amigos musulmanes, los Hermanos Kir.
Desafortunadamente, como decía antes, la colección tuvo un abrupto final por la muerte de Gago el 29 de diciembre de 1980, dejando a los lectores “colgados” en el número 110 publicado en las primeras semanas de 1981 dejando todas las líneas argumentales abiertas. Hubo un intento de continuarlas por su hijo, Manuel Gago Quesada, ayudado en las tintas por Marcet. Completaron los números 111 a 116 pero la Editorial Valenciana decidió no publicarlos. Sí lo hizo la Asociacion Vallisoletana de Amigos del Tebeo a mediados de los años noventa en un álbum unitario “Los amigos del Guerrero”.
En el año 2002 el propio Gago Quesada se animó y publicó en autoedición “La última aventura de Máscara Negra”, llamado de esa forma por los litigios legales que en esa época se estaban dilucidando en los tribunales. Supone una continuación de los anteriores aunque con una impronta de espiritualidad que refleja de alguna manera las vivencias y personalidad del hijo de Gago. A ese álbum le continuó una segunda parte con las mismas características que el anterior.
Hubo que esperar hasta 2016 en que Universocomic resucitase de nuevo al personaje con el álbum “Historias jamás contadas” en el que se explicaban hechos y situaciones de los primeros números de la colección original, como el proceso de conversión al cristianismo del Guerrero. Fue dibujado magistralmente por Miguel Quesada Ramos, sobrino del creador del personaje. Ese mismo año se publicó otro álbum, pero dibujado por Mariano Pueyo y terminado por Asensio. Ahí terminó la fugaz presencia de esta editorial y del Guerrero hasta el día de hoy.
Actualmente, la llama del personaje sigue viva gracias a una serie de aficionados nostálgicos, la Asociación de Amigos del Guerrero del Antifaz, los cuales palían de alguna manera la ausencia de nuevas aventuras del personaje, mediante la publicación anual de una excelente revista en la que es posible encontrar numerosas curiosidades, reproducciones de láminas originales inéditas de Manuel Gago, colaboraciones de lujo como las de Pedro Porcel o Luis Alberto de Cuenca, artículos, relatos e ilustraciones de dibujantes como Manuel Benet, Jesús Redondo, Joan Boix, Miguel Quesada, etc. Estos boletines se distribuyen gratis en exclusiva para los socios.
La Asociación de Amigos del Guerrero del Antifaz fue creada en 2012 por Antonio J. Delgado García y está registrada en el Registro Nacional de Asociaciones (R.N.A.) del Ministerio del Interior. Tiene como fines prioritarios divulgar la obra de Don Manuel Gago García y promover los valores que de la misma emanan, con especial incidencia en la figura de su creación: El Guerrero del Antifaz. Constituye un honor contar entre sus miembros con su hijo, D. Manuel Gago Quesada, y su sobrino, D. Miguel Quesada Ramos a quienes les agradecemos dicha deferencia para con este grupo. Nuestra dirección de correo electrónico es: asociacionelguerrerodelantifaz@gmail.com
El próximo mes de noviembre de 2019 se publicará el boletín especial 75 aniversario, en el que el artículo principal estará escrito por Manuel Darías y contaremos con las aportaciones de un sinfín de dibujantes de prestigio para un homenaje que, sin duda, estará a la altura que se merece el personaje.
¡Feliz 75 aniversario! ¡Voto a bríos!
(*) El autor. Antonio Domingo Gomez Rodríguez es maestro de Primaria y director del CEIP Ntra. Sra. de las Nieves de Arcos de la Frontera, colegio sobre el que acaba de publicar un libro donde se narra su dilatada historia y, por extensión, de la educación en Arcos. "Historia del Colegio Nuestra Señora de las Nieves. Apuntes para una historia de la educación en Arcos de la Frontera". Su afición a la historia, la investigación y el cómic, le hacen colaborar para diversos medios de manera asidua. En un estudio publicado en el Boletin n°2 de la Asociacion de Amigos del Guerrero del Antifaz, gracias a documentos de la censura oficial encontrados en el Archivo General de la Administracion del Estado de Alcalá de Henares y del análisis de otras pruebas derivadas de un estudio profundo de la colección, ha conseguido demostrar, sin ningún género de dudas, según los expertos, que el Guerrero del Antifaz fue publicado por primera vez, tal día como hoy, un 24 de octubre de 1944. Este hallazgo invalida a la práctica totalidad de catálogos del tebeo español, en los que hasta entonces figuraba la fecha incierta de 1943 como la del "nacimiento" del famoso personaje.
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