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Adiós a Lolita Sevilla, la voz que saludó a los 'americanos' de Berlanga

La tonadillera murió ayer en un hospital de Madrid a los 78 años Protagonizó las Fiestas Típicas de Cádiz del año 61 al caerse de la carroza en la que bailaba 'Los duros antiguos'

Lolita Sevilla abandona la clínica de San Rafael enyesada, tras la fisura de tibia en las fiestas de Cádiz.
Redacción Cádiz

17 de diciembre 2013 - 05:00

El estribillo "Americanos... os recibimos con alegría" es probablemente la tonadilla más emblemática y memorable del cine español, una melodía entonada en la cinta de Luis García Berlanga Bienvenido Mr. Marshall por la actriz y cantante Lolita Sevilla, una de las reinas del pasodoble, cuando contaba con apenas 17 años. Ayer falleció a los 78 años en el hospital Gregorio Marañón de Madrid.

El deceso, anunciado por el periodista Pepe Camacho en Twitter y confirmado por fuentes de la familia, se produjo la madrugada de ayer después de "unas complicaciones surgidas por una perforación de estómago, sumada a un delicado estado de salud maltrecho por una isquemia intestinal y achaques en los huesos".

Lolita Sevilla, cuyo nombre real era Ángeles Moreno Gómez, fue desde muy joven primera figura en espectáculos folclóricos, aunque el éxito rotundo no llegó hasta que Luis García Berlanga se fijó en ella para confiarle el papel femenino principal de su obra de referencia, Bienvenido, Mr. Marshall, en 1952.

La actriz sevillana compaginó su carrera cinematográfica, que incluye películas muy menores, las llamadas en su día 'españoladas' como Las aventuras del barbero de Sevilla, La chica del barrio, Lo que cuesta vivir,El fotogénico o Habanera; con la trayectoria musical, que la llevó a cantar en España y en distintos países europeos y americanos, donde se labró una reputación jalonada de triunfos como Cánteme un pasodoble español, entre otros. Para el cine había firmado un contrato, tras el éxito de la cinta de Berlanga, con uno de los grandes popes del celuloide de la época, Benito Perojo, pero nunca reeditó su primer éxito. Sí lo hizo en el mundo de la revista, en el que durante varios años triunfó gracias a su asociación con Tony Leblanc en la pieza Lava la señora, lava el caballero.

Si bien los años 50 y los años 60 fueron el esplendor del recorrido artístico de Lolita Sevilla, la actriz y cantante trató de mantenerse en giras y actuaciones televisivas durante treinta años más, hasta la muerte, en 1997, de su brazo derecho y esposo José María Gallardo, a partir de lo cual se negó a regresar al mundo del espectáculo.

"Los medios la llamaban pero ella no quería hacer nada más", comentaba ayer el periodista Pepe Camacho, quien destacó que pese a sus complicaciones físicas "estaba en plenas facultades y su voz era la de siempre". No obstante, la voluntad y el orgullo de la cantante se impusieron: "Quería que la gente la recordara como ella fue".

En pleno apogeo de su éxito, en el año 1961, protagonizó un incidente en las que entonces se conocían como Fiestas Típicas de Cádiz. En la cabalgata de aquel año Lolita Sevilla era la indiscutible estrella y se estaba ganando al público local bailando la popular copla Los duros antiguos. Tanto desenfreno puso en la danza que resbaló y cayó aparatosamente. Las fuerzas de orden público levantaron a la artista, que fue llevada a la clínica San Rafael, donde se le diagnosticó una fisura en la tibia. La popular tonadillera, con la pierna maltrecha, manifestó, muy determinada, que al siguiente año volvería a Cádiz, volvería a subirse a una carroza y bailaría los tanguillos de Cádiz, aunque no hay constancia de que esta promesa se cumpliera. Sin embargo, pese al sonado incidente del resbalón de Lolita Sevilla, otro hecho eclipsó el accidente de la carroza: la comparsa de Paco Alba fue sancionada aquel año por cantar su repertorio antes del concurso de agrupaciones.

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