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Arte y literatura

Lectores sin remedio

Arte y literaturaPatria

02 de diciembre 2016 - 02:01

Al hilo de algunas lecturas últimas y el lejano recuerdo de otras que más adelante citaré, me vino a la memoria el otro día la anécdota que Juan Mayorga incluye en su obra 'El chico de la última fila': le refería Juana, gerente de una galería de arte, a su marido Germán, un descreído del arte moderno, la historia de aquel artista que una vez pintadas unas acuarelas y grabadas en un CD la descripción de estas, había decidido destruirlas y exponer, como si de los cuadros se tratara, el disco que el espectador podía escuchar para hacerse una idea de lo que habían sido las pinturas. Ante tal ocurrencia no nos sorprende y hasta comprendemos la falta de fe y confianza del pobre Germán en una expresión artística que más tiene de boutade que de verdadero arte. Y esto me venía a la memoria porque la relación de las distintas artes con la literatura, con la lengua en general siempre ha sido muy estrecha, aunque no exenta de grandes dificultades; expresar con palabras los sentimientos, emociones o reacciones que despiertan en un espectador un cuadro o una escultura o, más difícil aún, la descripción de una pieza musical es un ejercicio literario que pone a prueba la pericia y, lo más importante, el dominio de la lengua y, sobre todo, la inspiración del escritor. ¿Cómo traducir en palabras las notas musicales que provocan en los oyentes los más exquisitos y profundos sentimientos? Entre los ejemplos que a vuela pluma acuden a mi memoria lectora, el primero es la famosa 'Oda a Francisco Salinas' de fray Luis de León, por cuyos maravillosos acordes llegamos, llegaba el fraile poeta al conocimiento de Dios y a la perfección del mundo, movido a través de esa música celestial que salía del órgano de su amigo. La casualidad ha hecho que algunas de mis lecturas recientes aborden el tema que aquí tratamos: música y literatura. Muchos escritores han confesado la influencia de la música en su literatura, como tuvimos ocasión de comprobar en Cortázar, quien en su libro 'Clases de literatura' nos daba una lección de jazz; como delicada y atormentada era la música, la relación amorosa que nace y muere entre Erika y el joven violinista en la novela de Stefan Zweig 'El amor de Erika Ewald'. Tonos grises, otoños e inviernos de aquella Viena de finales del XIX, música de nocturnos de Chopin, que transformamos en ragtime, en ritmos populares, en el más puro jazz en aquel barco, el Virginian, del que nunca saldrá Danny Boodman T.D. Lemon Novecento, el protagonista de la novela de Baricco; o los acordes de 'norwegian wood' que Reiko le saca a la guitarra en 'Tokio blues' de Murakami. Pero si un escritor tuviera que destacar, en mi opinión, de aquellos que convirtieron en palabras la música, me quedaría sin duda con Bécquer y su leyenda 'Maese Pérez el organista'. Leer esta joya del relato corto es escuchar al mismo tiempo esa música extremada que nos transporta, como el órgano de Salinas a su amigo Luis de León, al cielo. Sin olvidarnos tampoco de 'El Miserere'. ¡Y no hace mucho estas leyendas se leían en Secundaria! ¡Qué tiempos! José López Romero

Recomendaciones:

El librero

Roald Dahl. Nordica, 2016

Roald Dahl es sin duda más conocido por sus obras de literatura infantil, entre las que destacamos 'Matilda' y 'Charlie y la fábrica de chocolate'; pero a esta sección ya lo hemos traído el más de una ocasión por ser uno de los mejores autores de relatos cortos, de los que la editorial Anagrama ha publicado algunos volúmenes (magnífico el relato titulado 'El gran cambiazo' incluido en el libro del mismo título). 'El librero' es una novela corta, casi un relato que, con la ironía tan particular de los escritores británicos, nos presenta la historia de una gran estafa o timo. Tomando como tapadera una librería de viejo, el propietario William Buggage y su fiel y amante secretaria la señorita Tottle realmente se dedican a mandar cartas de pedidos a recién fallecidos con el objeto de que sus familiares se hagan cargo de la factura correspondiente. El final, por lo previsible, decepciona. J.L.R.

Butcher's Crossing

John Williams. Lumen, 2013

Después de leer 'Stoner' (magnífica) y 'El hijo de César' (espléndida), casi no me atrevía con la tercera novela de John Williams, no fuera que tan alta estima decayera, y más cuando el género y la trama: un western, aunque rendido devoto en el cine, no me atraía como lector. Sin embargo, 'Butcher's Crossing' mantiene la misma calidad literaria de las anteriores. Will Andrews es un joven que hastiado de su vida burguesa en Boston en los años setenta del siglo XIX, decide un buen día embarcarse en la aventura del salvaje oeste (comienzo que nos recuerda con sus diferencias a la gran 'Las aventuras de Jeremías Johnson'). En el pueblo que da título a la novela encuentra lo que desea: formar parte de un pequeño grupo de cazadores de bisontes. Las condiciones adversas y la difícil convivencia hacen madurar al joven Will. J.L.R.

Escapar. Historia de un rehén

Guy Delisle. Astiberri, 2016

Desde que leí y disfruté de sus dibujos en 'Crónicas Birmanas y Crónicas de Jerusalén', he estado atento a la producción de este artista dotado de una sensibilidad especial para abordar temas complejos, de muchas aristas. Ahora Astiberri acaba de publicar la edición castellana de su última novela gráfica, alabada por la crítica y que ha ampliado el número de sus seguidores. Delisle, atraído por la historia terrible de un cooperante de una ONG en el Cáucaso durante 1997, Christophe André- secuestrado por guerrilleros en el marco del conflicto que asola Chechenia- describe en este nuevo libro las dudas, temores, las mil sensaciones en definitiva que azotan la cabeza del prisionero en la soledad de una pequeña celda donde apenas entran los rayos del sol. Sus nada artificiosos y sí muy detallistas dibujos contribuyen a dar realismo y emoción a la dura historia. R.C.P.

El espíritu de la ciencia ficción

Roberto Bolaño. Alfaguara, 2016

Roberto Bolaño disfrutó en vida del reconocimiento literario, por lo que no sería de extrañar que la aparición de un manuscrito inédito del escritor chileno sería recibido con alborozo. Pero no ha sido uno, sino hasta siete trabajos póstumos de distintos géneros literarios, los que han salido a la luz desde su fallecimiento y eso que de algunos de estos libros publicados tras su muerte, como 'El Tercer Reich', Bolaños no estaba satisfecho. Ahora con la edición de este nuevo libro, en parte inédito, vuelve a desatarse la polémica de la licitud de publicar una vez desaparecido el creador. 'El espíritu de la ciencia ficción' se nos antoja un libro fragmentario, que narra una historia previa a la de 'Los detectives salvajes', protagonizada por dos jóvenes poetas Jan y Reno, envueltos en la vorágine de la capital mexicana, entre delirios poéticos, borracheras y sexo. R.C.P.

Patria

HAY libros que no puede uno dejar pasar. Sin saber bien por qué, entre la marabunta amenazante que nos sobrepasa, de repente destaca un título y uno siente la necesidad imperiosa de asaltar sus páginas, esperanzado y a la vez temeroso de acertar o errar en esa búsqueda incesante del lector tras la buena literatura, cada vez más esquiva. Algo de eso me ha sucedido con 'Patria', la nueva novela de Fernando Aramburu, autor al que habíamos perdido la pista desde aquel excelente 'Años lentos' publicado hace tiempo. Tratar de explicar la atracción hacia un libro antes de leerlo puede ser compleja, o simplemente inexplicable. Otros libros, como 'Patria', que me he ido encontrando y seguiré encontrando en mi periplo de lector, también firmados por un escritor de prestigio, y que trasladan al lector historias que gozan del beneplácito unánime de público y crítica, sin embargo no han logrado captar mi atención hacia ellos o, en todo caso, si finalmente los llegué a ojear o leer, lo fue más obligado por razones profesionales y de opinión que por atracción. Con 'Patria', como antes con 'El mapa y el territorio' de Houellebecq, 'Némesis' de Philip Roth, 'La Fiesta del Oso' de Soler o 'Un año en la otra vida' de José Mateos, entre otros, todo vuelve a suceder de una forma tan natural como inexplicable, y en mi simbiosis con el libro no han intervenido ni comentarios o escritos ajenos, ni tan siquiera el grato recuerdo que me dejó como lector aquel libro de Aramburu que antes mencionaba. 'Patria' una novela literariamente perfecta, nos hace llegar una historia pegada a un territorio y pese a ello sortea con maestría el riesgo del localismo para convertir un paisaje reconocible en el escaparate de los valores y las miserias humanas universales. Pero no, no son estas breves líneas una reseña de esta singular novela, sí en cambio las que quieren dejar testimonio de ese misterio, el de volver a toparme con otro de esos libros que uno no puede dejar pasar, de esos que sin saber por qué te arrastran a asaltar sus páginas y reencontrarte con la cada vez más esquiva literatura. Ramón Clavijo Provencio

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