Artistas gaditanos en la cima
DIARIO DE LAS ARTES

Que el panorama artístico de la provincia de Cádiz puede vivir uno de sus momentos más dulces se constata en la cantidad de magníficas acciones que, actualmente, se desarrollan por los paisajes más significativos de la creación española protagonizados por artistas de aquí.
Aunque la lista es grande no me resisto a hacerla pública para el general conocimiento de los aficionados - también de todos los ciudadanos en general, que se merecen algo más que lo que propaga esta política esquiva que nos ha tocado sufrir -. Hace unas semanas tuvimos la noticia extraordinaria de que un joven artista jerezano había conseguido el máximo galardón del todopoderoso Premio BMW de Pintura, en su trigésimo cuarta edición.
Su nombre Javier Palacios, un pintor que pese a su juventud ya ha accedido a los más selecto del arte, con reconocimientos nacionales e internacionales que lo hacen digno de ser seguido y de asistir a su sensato discurrir. Este galardón viene después de que en la pasada edición del certamen obtuviera la Beca Mario Antolín que le permitió acabar su proyecto sobre la obra del pintor francés Yves Klein.
Este año, Javier Palacios ha obtenido el máximo galardón con la obra ‘Magic Damn’, pieza que forma parte del proyecto ‘Magic Dolmen’ en el cual nos muestra, desde su creciente interés por la Prehistoria, una propuesta pictórica que toma como referencia esos elementos artísticos antiguos relacionados con lo funerario y que, por extensión, aluden a lo material y a lo espiritual. Y dentro de la presente edición del premio, nos encontramos asimismo, a otro artista gaditano conformando el importante palmarés del mismo: Alejandro Botubol, que ha sido uno de los artistas finalistas.
En el Premio Emilio Ollero de Jaén, otro artista jerezano, Nacho Estudillo, ha obtenido la importante consideración del Premio a los Jóvenes Talentos Andaluces; además el mismo está exponiendo en el Palacio de los Condes de Gabia de Granada, uno de los espacios que más claramente apuestan por la creación de los artistas emergentes.
No se puede olvidar la importancia que tienen en el contexto general del arte español artistas gaditanos como Ana Barriga, Juan del Junco, Fernando Clemente, Eduardo Millán, Paco Pérez Valencia, Garikoitz Cuevas, Carmen Bustamante, Javier Velasco, Julia Rivera, Juan Ángel González de la Calle, Lita Mora, Antonio Rojas, Juan Carlos Bracho, entre otros. Junto a ellos, existe un gran grupo de artistas nacidos en esta provincia que conforman una realidad creativa de mucha significación. Citarlos a todos sería largo. Sus nombres están en el ideario de todo buen aficionado.
Siguiendo con los artistas gaditanos que últimamente han obtenido éxitos en certámenes de consideración - no nombro aquí a los muchos buenos pintores de nuestro entorno que sistemáticamente copan los premios de los numerosísimos certámenes de pintura rápida - hay que señalar a tres artistas de nuestra provincia que, dentro de la sexuagésima octava edición de Los Premios de la Academia de Bellas Artes de Sevilla, han obtenido importantes reconocimientos.
Así, el Premio del Instituto Británico fue para el pintor de Chiclana Eduardo Gómez Query, por su obra ‘La Vega’, mientras que el jerezano David Maldonado, con su ‘Paisaje con casa y árbol’, ha sido galardonado con el Premio del Duque de Alba. Asimismo el gaditano Pepe Baena, con su obra, ‘Salina de Dolores’ consiguió el que patrocinaba La Fundación Cruzcampo. Hay que decir, también, que este artista obtuvo hace unos días el Segundo Premio en el Certamen de Gibraltar. Por su parte, otro jerezano, Antonio Lara, ha sido finalista en el Paul Ricard de Sevilla.
Toda esto no hace nada más que atestiguar que el dinamismo artístico de la provincia de Cádiz está en su mejor momento. Que no decaiga.
Nuevos rumbos
IGNACIO ESTUDILLO
Palacio de los Condes de Gabia. GRANADA
Ignacio Estudillo es un artista nacido en Jerez, en estos momentos afincado en Granada, al que hemos conocido desde que era estudiante de Bellas Artes. Ha formado parte de esa estupenda hornada de pintores jerezanos - Eduardo Millán, Rocío Cano, Antonio Lara, Jesús Rosa, Javier Palacios o Ana Barriga, por citar sólo unos pocos - que hoy son feliz realidad. Hemos sido testigos, por tanto, de su juiciosa carrera y lo hemos visto crecer como pintor y como artista de sapiencia y entusiasmo.
De todo hemos dado cumplida cuenta porque hemos asistido a momentos muy importantes en su discurrir artístico; a su éxito en ferias trascendentes donde su obra era adquirida por coleccionistas de gran significación, como la colección Masaveu; hemos sabido de sus numerosos premios de pintura -el último hace pocos meses dentro del Certamen 'Emilio Ollero' de la Diputación de Jaén, donde ha obtenido el premio a los Jóvenes Talentos Andaluces - ; hemos cubierto sus espléndidas exposiciones, llenas de sentido y dimensión pictórica - como aquellas de la Sala Cal de Jerez, la de la Galería ATM de Gijón o Recogidas Pinturas, en Amat Arquitectos de Granada -.
Desde un primer momento Nacho Estudillo ha realizado una pintura segura, con los criterios formales adecuados para cada situación; es un pintor serio, con una obra ajena a las coheterías y a los efectismos habituales; autor de una pintura con los justos argumentos plásticos que requería cada circunstancia.
En su evolución ha desarrollado distintos planteamientos creativos, dotando a su pintura de distintas fórmulas - plásticas, estéticas y conceptuales - para que su obra no se quedara en una única posición ilustrativa; en definitiva, su pintura, ya en su aplastante joven madurez, aun con su contundente realidad representativa, ha organizado un entramado conceptual que promueve asuntos que iban más allá de lo que la mirada abarca.
En estos estamentos creativos, Nacho Estudillo es de los mejores - estoy convencido de ello -; su pintura vibra, hace vibrar y crea las máximas expectativas; también las mayores inquietudes. Por eso me alegré inmensamente cuando Nacho me anunció que exponía en los Condes de Gabia; no era de extrañar pues, desde hace tres décadas, hasta la Plaza de los Girones han llegado, sin solución de continuidad, los jóvenes emergentes que, poco tiempo después, dejaban de serlo para convertirse en artistas definitivos de esos que están escribiendo la mejor historia artística del momento presente - los ejemplos se encuentran en la mente de todos -.
Sin embargo, debo decir que, esta exposición me ha cogido bastante por sorpresa. Esperaba encontrarme más pintura, esa formidable pintura que desentrañaba lo conceptual desde una portentosa clarividencia pictórica. En la sala sólo nos encontramos tres obras pintadas, una de ellas extraordinaria, una especie de magnífico autorretrato con un particularísimo desarrollo formal, evidencia absoluta de esa trascendente capacidad pictórica que caracteriza al artista jerezano.
La Sala Ático del Palacio de los Condes de Gabia nos ofrece, además, una gran instalación a modo de túnel que invita al espectador a traspasarlo como buscando ser abducido en ese agujero negro del que habla el título de la exposición ‘Bodies for no black hole’. Está claro que Nacho Estudillo ha escogido un nuevo camino de investigación. Lleva algún tiempo desarrollando una teoría sobre el papel del espectador y del espacio expositivo en el conjunto de la obra.
Al tratarse de un proyecto de investigación, con una línea argumental clara, el conjunto no responde, a lo que se puede esperar de la obra de este artista, sobre todo para los que conocemos su obra y sabemos de los infinitos registros que puede alcanzar. Con esta muestra busca, quizás, los argumentos que inciden en las maneras del espectador, en su miradas hacia las obras y en su complicidad definitiva ante el trabajo del artista. Se trata, pues de un nueva ruta en el camino artístico de un Nacho Estudillo poderosísimo artista, de infinitas capacidades.
Una exposición que nos ofrece una mínima parte de esas soberbias experiencias pictóricas que lo han convertido en uno de nuestros pintores más lúcidos; pero que, con ella, el artista nos presenta una nueva cara, la del buscador incesante, la del investigador que no se detiene en una única mirada y se adentra por nuevos espacios por donde encontrar nuevas identidades. Nacho Estudillo no se detiene en esas fórmulas brillantes que tantos éxitos y reconocimientos le han proporcionado. Eso es importante; en no acomodarse en los episodios seguros que le dan prestigio. Siente una nueva necesidad y con ella se presenta posicionándose en una realidad creativa para atisbar otros horizontes.
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