Caballero Bonald: "El que no tiene dudas es lo más parecido a un imbécil"
El nuevo poemario del poeta jerezano, 'La noche no tiene paredes', llega mañana a las librerías
Madrid/Tres años y medio después de publicar esa apología de la insumisión que es «Manual de infractores», José Manuel Caballero Bonald vuelve a la poesía con «La noche no tiene paredes», un libro en el que el autor se sumerge en «el abismo de la memoria» y reivindica la necesidad de dudar.
"El que no tiene dudas, el que está seguro de todo, es lo más parecido que hay a un imbécil», afirma Caballero Bonald, en la que desgrana las claves de su nuevo poemario, que llega mañana a las librerías editado por Seix Barral y que él considera «una suma de últimas voluntades».
Son 103 poemas impregnados de sabiduría, de incertidumbres y preguntas sin respuestas, de recuerdos de épocas pretéritas y mañanas aún sin escribir, y de tentaciones de «desandar el tiempo cuando ya no subsisten/ sino tercas opciones a rescindir la vida», como dice en uno de sus versos.
El libro «es una consecuencia» de «Manual de infractores», galardonado con el Premio Nacional de Poesía, aunque «dispone de una mayor variedad argumental». Pero su intención es «muy parecida» a la de aquel poemario: «la búsqueda del límite de las palabras como método para encontrar la propia identidad, alguna respuesta definitiva a quien yo soy, algo así de grandilocuente», señala Caballero Bonald (Jerez, 1926).
Y como en todos sus poemarios, en el nuevo ha procurado también que las palabras «digan más de lo que significan en el diccionario» y le sirvan para «librarse de las obsesiones y fijaciones mentales. «La poesía es como un hilo de Ariadna; tienes que buscar un método para salir del laberinto», añade.
"La edad me ha ido dejando/ sin venenos, malgasté en mala hora/ esa fortuna,/¿qué más puedo perder?/ Llega el tiempo ruin de los antídotos./ Materia devaluada, la aventura/ disiente de ella misma y se aminora».
Estos versos pertenecen al poema inicial de «La noche no tiene paredes», en cuyas páginas el escritor recupera el espíritu beligerante del libro anterior y vuelve a «abominar de los gregarios, los biempensantes, de los que siempre eligen lo más correcto», afirma durante la entrevista, que tiene lugar en su casa de Madrid.
La literatura es también «una forma de defensa contra las ofensas de la vida», y últimamente son muchas las cuestiones que le producen «malestar e indignación». «Abres un periódico y no lees más que calamidades. Todo está plagado de sinrazones, injusticias», asegura el autor de «Las horas muertas», «Descrédito del héroe» o «Diario de Argónida», que está «muy preocupado» por la actual crisis financiera.
"Yo creía que con esa crisis el capitalismo iba a ser revisado a fondo y se iba a ver que es un fracaso, como lo fue un cierto tipo de comunismo. Pero no se ha llegado a esa conclusión, sino que se ha reformado el capitalismo para favorecer más a los ricos y empobrecer a los pobres. Realmente parece que estamos ante un cataclismo», indica.
La cita de Claudio Rodríguez que encabeza el libro -"Bienvenida la noche con su peligro hermoso"- da idea de la importancia que la noche tiene en el nuevo poemario de Caballero Bonald.
"La noche es aquí una metáfora y una experiencia directa. Es la libertad y es la nocturnidad en su sentido más amplio, incluido el delictivo, y es también la noche mística. Me apetece mucho andar por las zonas prohibidas de la noche, siempre lo he hecho», dice este escritor afable e irónico, que ha sido galardonado con premios como el Nacional de las Letras, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana o el Andalucía de las Letras.
Su gran amigo y compañero de generación Ángel González, fallecido en enero de 2008, es uno de los poetas a los que rinde homenaje Caballero Bonald en su nuevo libro, junto a otros como Baudelaire, Juan Ramón Jiménez, Ausiàs March, Góngora, Ibn Arabí o César Vallejo.
Son «poetas predilectos, y casi todos ellos fueron también unos desobedientes. Y la gran literatura, me gusta repetirlo, está hecha por grandes desobedientes», subraya.
El Caballero Bonald que aflora en las páginas de este libro no es siempre el mismo. Unas veces es el hombre beligerante, otras el que está lleno de dudas -"Qué palabra inhumana la palabra certeza», dice en un poema- y otras el amante de las contradicciones y aforismos: «La única estrategia que puede más que el tiempo es conseguir perderlo impunemente», escribe.
"Vivir es ir dejando atrás la vida», asegura en otro verso el escritor, que ya tiene un nuevo proyecto en marcha. Se trata de una biografía poética sobre su vida en Madrid.
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