Creciendo en dirección firme y adecuada
Balance
La XVII edición apuesta fuerte por el futuro tras el aumento de espectáculos. Se confirma el éxito de las propuestas complementarias
Aumentar de 29 a 43 el número de espectáculos en plena crisis y con la que está cayendo ya auguraba que la XVII edición del Festival de Jerez había apostado fuerte. Sin embargo, la apuesta ha merecido la pena y ha vuelto a confirmar que a día de hoy el certamen jerezano goza de buenísima salud y está sustentado por pilares supersólidos. Villamarta ha sido nuevamente escenario de contrastes, de espectáculos de corte tradicional y propuestas más modernas, mientras que en Compañía, Villavicencio y Paúl hemos asistido a la regeneración de muchos artistas, unos recuperados para la ocasión y otros que emergen con fuerza desde abajo.
Pero si por algo ha sobresalido esta XVII edición ha sido por las propuestas complementarias que se han desarrollado en torno a él. Exposiciones de calidad, propuestas pictórico-artísticas como 'Una experiencia plástica del flamenco' y proyectos innovadores como el protagonizado en González Byass, 'Flamenco Sherry Experience', con José María Castaño, el enólogo Antonio Flores y Fernando de la Morena han hecho engrandecer la muestra en unos aspectos hasta ahora poco explotados.
En esta parcela también habría que subrayar las buenas experiencias con los flashmobs en la calle, que a buen seguro irán ganando adeptos conforme vayan pasando los años.
La diecisiete edición ha servido además para que proliferen multitud de cursos paralelos, algunos con grandes profesionales, como los organizados por IFI Jerez, o el que ha llevado a cabo Juan Vergillos en el Centro Andaluz de Flamenco sobre la Historia del Baile.
El único debe de esta edición ha estado en el trasnoche, venido a menos. Bien es cierto que es difícil encontrarse las fiestas de aquellos primeros años donde en una peña podían coincidir artistas de la talla de Miguel Poveda, Luis El Zambo o Sara Baras. Evidentemente aquello pasó a la historia, por eso el Festival debería cuidar un poco más detalles como la elección de las actuaciones en las diferentes peñas flamencas. El ciclo 'De peña en peña', por aquello de ser gratis, sigue siendo uno de los que más público genera, pero viendo el dinero invertido en cada peña, unos mil doscientos euros, resulta un poco triste el nivel exhibido por algunos artistas. Y no echamos las culpas al profesional, sino a esas peñas que debido a la permisibilidad del Festival, contratan lo que les da la gana y al precio que les da la gana provocando que en ocasiones lo ofrecido sea un auténtico despropósito. Que nadie olvide que esto es Jerez y todo lo que se exporte, para bien o para mal, afectará a la imagen de la que dicen es la Cuna del Cante. En definitiva, un Festival con algo menos de ambiente en la calle, o eso parecía en comparación con otras ediciones, pero que ha vuelto a cumplir con las expectativas a nivel de actuaciones y de cursos, que siguen logrando un alto índice de ocupación, cercano al noventa y uno por ciento.
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