Críticas a la forma en que se está derribando un edificio del siglo XVIII
El inmueble está situado en la esquina entre la calle Santa Rosa y Zaragoza · Miembros de la Plataforma por la Defensa del Patrimonio consideran que se podían haber conservado los muros
Miembros de la Plataforma por la Defensa del Patrimonio Histórico han puesto el grito en el cielo al ver la forma en que se está derribando un edificio del siglo XVIII situado en la plaza de Aladro esquina con la calle Zaragoza y Santa Rosa. Esta intervención se realizó durante el pasado fin de semana debido al mal estado en el que se encontraba la techumbre del inmueble, pero los denunciantes insisten en que "por muy mal que estuvieran los techos, que es verdad, los muros de abajo se podían haber conservado". Además, recuerdan que para cualquier decisión de este tipo "antes hay que tener un informe de la delegación provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía", por lo que han decidido denunciarlo precisamente ante la Administración autonómica.
El edificio, que está catalogado, tiene en su chaflán una pequeña hornacina, "una preciosa capillita barroca de devoción callejera". Su fachada es sencilla con algunas reformas posteriores y su interior era "de un estilo muy de la época, articulado mediante arcos que agilizaban los gruesos muros".
El abandono y el tiempo fueron deteriorando el inmueble y hace poco se cayeron los techos. Los denunciantes reconocen que "era un peligro sin duda dejar la casa al destino de la ruina, pero eso no justifica que se meta una maquinaria y sin más estudio ni valoración, en un fin de semana, donde parece que todo el mundo va a la playa y nadie ve el desaguisado, se meten las piquetas y se derriba para siempre un valioso testimonio de nuestro pasado, de nuestro patrimonio histórico".
También señalan que "según un investigador de la historia de esta ciudad, parece ser que en el Archivo Histórico Diocesano de Jerez existe documentación que indica cómo en esta casa habitó el genovés Jacome Vaccaro, así que quién sabe si allí tuvo su taller y en ese recinto se tallaron obras como la Inmaculada de la Catedral o el Señor de la Flagelación, hoy en la parroquia de Los Descalzos, y muchos retablos y esculturas más que forman parte indisoluble de nuestra memoria".
Miembros de la plataforma explican asimismo que "esta casa tenía una larga historia entre sus ahora derribados muros porque fue posada. Incluso conservaba el portalón para la entrada de las bestias, que se convirtió en un taller mecánico, y es curioso la coincidencia con otro edificio situado en la esquina de la calle Arcos con Matadero, que también fue posada de viajeros y mantiene en su exterior una capillita esquinada parecida".
Los denunciantes recuerdan además que "Vaccaro está considerado como uno de los más significativos tallistas de la segunda mitad del XVIII, así que parte de su historia y parte de la historia de nuestra ciudad la hemos borrado hoy, una vez más, a golpe de excavadora".
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