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Margarita Toribio García, propietaria de una Virgen de piedra del siglo XVII, ha donado la imagen al Museo Arqueológico. Fue en julio del pasado año cuando se puso en contacto con la delegación municipal de Cultura y Fiestas y comunicó su deseo de que la obra fuese restaurada y conservada en dicho centro.
La escultura se encontraba en una finca colindante a la iglesia de Los Remedios, en un local que era utilizado como almacén. Se hallaba a 2,30 metros de altura y embutida en el muro que hacía de medianera con la iglesia por el lateral del evangelio.
El desmontaje de la pared y su posterior traslado al museo fue realizado por operarios municipales bajo la supervisión de los técnicos del Museo Arqueológico.
En cuanto al estado de conservación de la virgen, la restauradora del Museo Arqueológico, Carmen Martín Mochales, destacó ayer durante la presentación de la pieza que "la gran erosión que presenta la superficie de la piedra, en su mayoría de zonas desbastadas como consecuencia de la acción de los agentes atmosféricos".
La obra está realizada en piedra calcarenita, probablemente procedente de las canteras de la Sierra de San Cristóbal, en El Puerto y sus medidas son 64 centímetros de altura, 75 de ancho y 37,5 de fondo.
La Virgen ha sufrido la pérdida de la zona inferior del cuerpo a partir de la cintura. Está representada en posición frontal, con la cabeza ligeramente inclinada y sujetando al Niño con el brazo izquierdo. Su vestimenta está inspirada en la moda que llevaban las damas del siglo XVII.
La pieza tenía tierra muy incrustada en la piedra, de lo que se deduce que sufrió un período de abandono y estuvo depositada en el suelo de algún jardín o patio antes de ser emplazada en su última ubicación, donde se encontró. Tiene numerosas roturas y le faltan las manos de la Virgen y los brazos del Niño. En el rostro de la Virgen están dañadas la nariz y parte del labio. Un fuerte golpe, ocasionado seguramente por una caída, pudo ser la causa de las pérdidas importantes de volúmenes en la zona inferior.
El rostro original del niño también se ha perdido. Pudo romperse en el mismo momento que el resto de las zonas dañadas y para subsanar esta pérdida se colocó en su lugar un rostro de Niño de otra escultura. Esta nueva pieza no se integró bien con la imagen por su desproporción en tamaño y la diferencia de color y textura de la piedra.
En las zonas más preservadas de la erosión y tras una primera limpieza fueron descubiertos pequeños restos de estratos pictóricos. Estudiando estos restos de pigmentos se ha podido deducir el aspecto multicolor que tendría la Virgen en origen y los distintos cambios y repintes que se le aplicaron hasta que comenzó su deterioro Por el lugar del hallazgo, se piensa que esta escultura está relacionada de alguna forma con la capilla de Los Remedios. Igualmente, los paralelismos que se han observado en cuanto a estilo artístico y cronología con la portada de la iglesia hacen pensar que podría ser la imagen que en origen ocupó la hornacina de esta portada.
En agradecimiento a la donación realizada por Margarita Toribio y para que conserve el recuerdo de la pieza, el Museo Arqueológico le ha entregado una reproducción realizada en arcilla de la escultura a tamaño más pequeño que la original, pero que cuenta con la reconstrucción del rostro del niño.
Por su parte, esta animó "a todos los ciudadanos que se encuentren en una situación similar a la mía a que hagan como yo, donar la pieza artística al museo para que ellos se encarguen de ella y que todos puedan disfrutarla".
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