Estudio sobre comportamientos de riesgo de estudiantes de ESO
La Academia, hoy
HACE ya una década que en el seno de la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales, Trabajo Social y Turismo de Jerez, se constituyó el Grupo Universitario de Investigación Social (GUIS). Profesionales de siete especialidades distintas comenzamos nuestra andadura llevando a cabo estudios sociales de zonas supuestamente deprimidas de nuestra provincia, experiencia que finalizó en 2007 con la presentación en la Academia de San Dionisio del Estudio Social de Jerez.
Superado este reto, decidimos dar un salto cualitativo y cuantitativo en nuestro trabajo de investigación optando por acercarnos al conocimiento de los comportamientos de nuestros jóvenes, comenzando por la enseñanza secundaria que abarca edades en las que ya se comienza a tener comportamientos de riesgos, y aumentando también el área de influencia de nuestra investigación a todo el territorio de la Comunidad Autónoma.
Así, el pasado año presentamos los resultados preliminares del Estudio sobre Comportamientos de Riesgos en estudiantes de ESO de Andalucía. Siete investigadores de seis especialidades participamos en dicho proyecto. La conclusión del mismo, la Concurrencia de los Comportamientos de Riesgos en esos mismos adolescentes, se vio salpicada de acontecimientos (desde motivos laborales y académicos, a incidentes de salud), que condujeron a que finalmente la conclusión de dicho trabajo, el desarrollo de las tipologías diseñadas y la redacción de los resultados, quedara encomendada a los dos médicos del Grupo, la doctora Clara Isabel Traverso Blanco, que desarrolla su tarea profesional como técnico superior del Área de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Jerez, y quien suscribe, profesor de Salud Pública de la Escuela de Relaciones Laborales, Trabajo Social y Turismo de Jerez.
Fruto de meses de discusiones científicas y puestas en común de los datos, es el libro que hoy se presenta en la Academia: 'Concurrencia de Comportamientos de Riesgos (violencia, consumos de alcohol y drogas y conductas sexuales) en estudiantes de ESO de Andalucía'. Hemos intentado en esta obra, no sólo exponer la crudeza de los datos que nos muestran algunos de esos comportamientos (como por ejemplo que nuestros adolescentes dedican casi tres horas diarias a navegar por Internet, la mayoría de las veces sin ningún control paterno o materno, que uno de cada seis reconoce abiertamente su participación en conductas agresivas y como esta participación se incrementa, al igual que en actos vandálicos, entre quienes además consumen alcohol o drogas), sino aportar también qué factores comunes muestran aquellos y aquellas que no tienen ese tipo de comportamientos violentos.
Igualmente hemos hecho con respecto a los consumos, junto a cifras del 60% de estudiantes que consumen alcohol, con una edad media de 15 años, denunciamos el hecho de que un tercio tiene como lugar preferido para beber alcohol, los pubs y discotecas a pesar de su corta edad, y casi la mitad opta por el botellón, lugar donde uno de cada cinco de quienes optan por él, reconoce consumir también drogas.
Finalmente, exponemos cómo uno de cada seis estudiantes declara haber mantenido relaciones sexuales con penetración con una edad media para la primera vez de 14 años tanto para ellas como para ellos, así como la escasa formación en Educación Sexual de que hacen gala y los riesgos soportados al no usar casi uno de cada cinco ningún medio anticonceptivo en su primera relación sexual.
Pero como decía, no hemos querido centrarnos sólo en la exposición de los datos, sino que hemos confrontado nuestros resultados con los últimos trabajos publicados sobre el tema estableciendo discusión con otros autores en cada uno de los comportamientos analizado, y por último exponemos las conclusiones de nuestro análisis, desde el punto de visto que más nos interesa: qué protege a nuestros jóvenes. Y se constata que la relación con los padres, la comunicación con ellos, el que estos pasen menos tiempo fuera de casa y ejerzan más control sobre sus hijos, son elementos claramente protectores frente a los comportamientos de riesgos estudiados. Y sobre todo, la transmisión de valores, que se muestra como elemento fundamental en las conductas de los adolescentes.
Junto a ello, la escuela se muestra también como elemento fundamental: el sentirse bien considerados y respetados por el profesorado, comprender bien sus explicaciones y realizar actividades extraescolares, se muestran igualmente como factores protectores en los que habrá que seguir trabajando.
Estos elementos serán analizados y expuestos en la presentación de este nuevo libro del Grupo Universitario de Investigación Social, que hoy se presenta y será entregado en la Academia, a las 20.30 horas.
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