Exposición de Consuelo Buesa en Jerez: La nueva cara de la vieja mitología
Diario de las Artes
Puede visitarse en el Palacio del Virrey Laserna
Que el universo de la pintura figurativa es inmenso, nadie lo pone en duda a estas alturas a juzgar por la gran diversidad de estilos, tendencias, modos y conceptos que definen esa realidad artística que es representar lo que se supone parte de lo meramente concreto. No hay nada más que asistir a cualquier sala de exposiciones para constatar tal argumentación. Además, la propia dimensión de lo artístico lo viene asumiendo desde hace muchísimo tiempo, allá cuando las primeras vanguardias iniciaron una andadura, a contracorriente, y empezarían a marcar unas rutas que, desde entonces, fueron acumulando nuevos registros e intenciones. Hoy es algo totalmente asumido e, incluso, se podría decir que posiciones paralelas y tangentes a la mera ilustración de lo que la mirada capta son muy bien recibidas y hasta agradecidas debido al adocenamiento artístico que existe y que, tantísimas veces, hay que sufrir.
Posicionar plásticamente esquemas de la mitología es asunto que se viene haciendo desde siempre. La iconografía de los mitos clásicos es antigua y variada. No obstante, siempre se han observado unos planteamientos representativos que respondían a unos conceptos ilustrativos muy parecidos. Es de lo que huye la pintura que nos ocupa. Consuelo Buesa pinta los protagonistas de la mitología clásica; pero lo hace con una realidad artística totalmente distinta a los modos al uso. Parte de lo clásico, de lo que se ha venido considerando como eterno, pero lo lleva a la práctica con un sentido absolutamente diferente a como se ha organizado tradicionalmente. Y ahí creo que reside la importancia de lo que se presenta en la sala de exposiciones del Palacio del Virrey Laserna, ese que cuida y magnifica Asís Moreno para bien de la ciudad.
Consuelo Buesa es una pintora barcelonesa de amplio historial artístico que realiza una pintura de muy variados registros. Pero vayamos por parte. En primer lugar tras su obra subyace un perfil dibujístico poderoso, una línea gráfica continuada y elegante que le permite servir de clara base sustentante. Desde ella se mantiene firme una contundente soltura cromática. Sabe manejar muy acertadamente los colores; los minimiza y los magnifica a conciencia y a voluntad; abriendo caminos para potenciar la propia expresión de la imagen representada. De esta manera crea un contingente colorista que desencadena una realidad de máximos cromáticos. Estamos ante una poderosísima manifestación colorista que es el principio básico de una representación determinada, en este caso, la iconografía mitológica.
La pintura de Consuelo Buesa nos sitúa en una especie de particular estética pop, en la que meros planteamientos de lo real se convierten en protagonistas absolutos de una dimensión mayor. Es decir, lo real, lo concreto, lo popular, lo que sentimos cercano se eleva a otra categoría. Por eso los héroes mitológicos de la artista catalana son personajes extraídos de lo más cotidiano, del entorno de la propia artista; son hombres y mujeres de hoy, con sus aditamentos modernos, sus peinados a la moda, sus marcadas actitudes de absoluta cotidianidad. Son personas cercanas, héroes modernos que trasladan lo tradicional a un escenario de puras concreciones inmediatas.
Andrómeda, Hades, Narciso, Atenea, Dionisos, Artemisa, Hera, Poseidón, Cronos, Ares, Apolo, Zeus o Caronte, entre otros muchos, se evaden de su patrimonio legendario enterrado en la historia, en la leyenda y en las ancestrales mitologías para adoptar una inmediata posición donde todo queda marcado por situaciones sacadas del entorno. Porque los héroes, dioses y mitos creados por la artista barcelonesa nos conducen por nuevos estamentos, por una aplastante modernidad, son seres atemporales marcados por las exuberancias de una realidad que impone un nuevo estamento ilustrativo.
La muestra de la sala existente en la calle Pozuelo nos conduce en una nueva estética pop, por un escenario de exuberancias contenidas, por un casi divertimento expresivo, por una nueva realidad que asume la tradición y recrea un universo moderno.
Lo primero que el espectador encuentra en la exposición 'Classic and divine' es una pintura impactante, de casi sicodélicas manifestaciones cromáticas. Una vez superado el impacto cromático, se observa un riguroso dibujo, un extraño poder en las miradas que impresiona, unos gestos que inquietan y casi atemorizan -quizás planteando esa trascendencia espiritual que se desprende de tan especialísimos modelos-. Se trata de una pintura muy bien planteada que se aleja de los parámetros repetitivos que tanto abundan en el arte actual. Una pintura de máximos organizada desde los estrictos registros de un arte muy bien establecido.
Consuelo Buesa nos lleva por los varados planteamientos representativos de la mitología clásica, planteados desde una conciencia artística moderna. Se trata de la iconografía tradicional puesta al día desde las estructuras de un acertado lenguaje pop donde la fortaleza plástica juega su máximo papel.
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