La Fontana di Trevi
Tribuna libre
REALIZANDO un viaje de carácter turístico por la sin par Italia, cuna del Renacimiento, tuve la ocasión de visitar, entre otros lugares y monumentos, uno imprescindible en el recorrido por la ciudad eterna como fue la de uno de sus iconos de visita obligada: ‘La Fontana di Trevi’. Dicha fuente, divina y hermosa donde las haya, fue presentada al público por vez primera hace algo más de 250 años, concretamente, el 22 de mayo de1762, tal cual hoy podemos contemplar en su conjunto. Se debe aportar como información que la misma ha sufrido reformas y reparaciones a lo largo de su historia. Recomendaría verla (si se me permite) dos veces, al menos. Una, con el bullicio del gentío, y la otra con la calma que pueda ofrecernos el anochecer. Notarán diferencias. Aparte su belleza, se puede resaltar ese contraste, de alguna manera, entre la estrechez de su plaza y la monumentalidad de la misma. Su historia, por la información obtenida del guía entonces y la mía propia, aporta antecedentes milenarios. Se remonta a los tiempos del mismísimo emperador Augusto.
La leyenda, que no la historia, cuenta que una misteriosa joven mujer indicó a los sedientos soldados romanos el lugar de un manantial. El agua del mismo se condujo hasta la misma Roma por mandato del entonces general romano Agripa, en el año 19 a. C. a través de un acueducto de unos 20 km que, según también la leyenda, se la llamó ‘Aqua Virgo’ en honor a la bella mujer, pero hay quien dice que tal nombre viene de la pureza del agua. El acueducto en sí era uno de los muchos que suministraban el preciado elemento a la Roma Imperial. Estuvo en funcionamiento, según crónicas, unos cuatro siglos. Fue arrasado por los godos al saquear la ciudad en el 410 d .C. Tal acontecimiento fue decisivo en la caída del Imperio Romano. Oficialmente está datado en el 476. El nombre de la fuente viene dado por la situación de la misma, o sea, en mitad de tres calles: TREVI (Tre vie-en italiano, tres vías). Está realizada en mármol de travertino del que casi todas las iglesias y monumentos de la antigua Roma están construidos y adosada al Palacio Poli. Se la considera la fuente más grande y majestuosa de Roma ( y del mundo , según otros) y propia del barroco mezclando estilos, el clásico de la fachada del Palacio Poli donde se pueden observar pilastras corintias y barroco en las esculturas de la fuente. Se trató de unir el líquido elemento y la roca con el fin de ofrecer una bella composición armónica. Cuenta con variados detalles y todos impregnados de caracteres simbólicos y a cual más interesante. Podemos observar, entre otros, dos tritones considerados mensajeros de los mares, según la mitología, acompañando al dios Neptuno (el equivalente en la terminología griega a Poseidón) el dios de los océanos y las aguas guiando la carroza que tiene forma de concha tirada por dos caballos de mar. En el centro de la fuente se puede contemplar un arco de triunfo enmarcando al dios y flanqueado por alegorías que representan la Abundancia vertiendo el agua de su urna y la Salubridad sosteniendo una copa de la que bebe una serpiente. Sobre ellas dos bajorrelieves que nos vienen a mostrar el origen romano del acueducto que surte de agua a la misma. El acueducto subterráneo sigue funcionando, por la información aportada, nutriendo de agua a la Fontana della Barcaccia (fuente de la Barcacia) y a la Fontana de Quattro Fiumi (fuente de los cuatro ríos). En la parte superior se encuentra el escudo del papa Clemente XII (culminada bajo su mandato) y en su balaustrada cuatro estatuas simbolizando las cuatro estaciones del año. Este bello icono de la ciudad de Roma ha sido loado y cantado (valga la expresión) en el séptimo arte (La dolce vita, Vacaciones en Roma…, entre otras). Cada una de ellas aporta curiosísimas leyendas urbanas además de otras curiosidades, grandes o pequeñas, que ensalzan y engrandecen todavía mucho más, si cabe, no solo su belleza sino la grandeza de la ciudad.
Se comenta y dice –pude comprobarlo – que la fuente ha ido capeando la tan renombrada crisis gracias a las monedas que se van arrojando en ella y que a través de Cáritas y sus voluntarios recogen con fines sociales y benéficos. Tiempo atrás llegó a tener un caudal de unos 100.000metros cúbicos diarios. Casi na. No obstante, puntualizar que durante algún tiempo llegó a ser la ‘la hucha’ de los cacos, pero a pesar de ello es algo más que un sitio donde tirar monedas. La estrecha vigilancia con que actualmente está dotada ha paliado en gran medida tal desaguisado como igualmente el deterioro que ha venido sufriendo paulatinamente subsanado con el aporte de empresas diversas, al igual que ciertos célebres monumentos del antiguo Imperio Romano. En la actualidad se encuentra al lado opuesto de su original emplazamiento y nos viene a representar un canto al agua y a la vida.
José Barrigón Asencio es Profesor jubilado del Colegio Cervantes
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