Gallegos, pintor y escultor jerezano
Recorrido por la vida y obra del prestigioso autor entre cuyos clientes se encontraban el rey de Sajonia, el gran duque de Edimburgo y el Museo Rudolfinum
Madrid. Real Academia de BB.AA de San Fernando. Último curso 1878-79. José Gallegos Arnosa (Jerez de la Frontera, 1859 - Anzio (Roma), 1917) es calificado con suspenso en la asignatura de Teoría e Historia del Arte, a pesar de las más que magníficas calificaciones en las demás. Su primer y único suspenso. No volvió a presentarse a exámenes ni aparecen datos sobre posteriores matriculaciones en la Real Academia, ni en ninguna otra institución relacionada con la docencia artística. Tampoco creo que le preocupara mucho la Teoría e Historia del Arte, ni terminar la carrera, pues con 22 años ya era un pintor suficientemente respetado y admirado por colegas y marchantes tanto en Roma como en Madrid.
Durante los años 1878 y 1879, nuestro artista se desplaza con frecuencia a Roma. Sus periodos de estancia en la Ciudad Eterna eran mas prolongados que en Madrid, pues le cautivó la vida bohemia que se vivía en Anzio, pequeña localidad turística entonces de moda y muy cerca de Roma, pintando en la calle pequeños cuadros que compraban turistas americanos e ingleses y con cuyos ingresos hacia excursiones esporádicas al norte de África.
De esa época el cuadro 'Casamiento árabe'. En el otoño de 1879 marcha con su colega y amigo Salvador Sánchez Barbudo, a Tánger y a Túnez para estudiar y conocer el "milagro de la luz". Producto de la observación y estudio es su obra orientalista entre las que destacan 'Una esclava', 'Plaza de Tánger', 'El Harén', 'Botín de Guerra', y 'Cortejo nupcial en Marruecos'. Este último fue expuesto en Círculo de BB.AA de Madrid y fue adquirido por el Estado para el Museo Nacional del Prado. Y tantas otras obras de perfecta ejecución y preciosismo singular que sabiamente equilibra con toques impresionistas precisos y sorprendentes.
En 1880 José Gallegos decide instalarse definitivamente en Roma donde, a través de su amistad con José Villegas Cordero, estudia bien de cerca la obra del maestro Mariano Fortuny y Marsal por quien siente gran respeto y admiración y de quien recibirá gran influencia.
Gallegos, integrado en el grupo andaluz que encabeza Villegas, pasa así a formar parte de la colonia de pintores españoles en Roma y frecuenta al maestro acuarelista Chigi que impartía sus conocimientos en su taller de la Via Margutta.
Más tarde, en el número 54 de esa misma calle, Gallegos mandaría construir un bello palacete, como estudio. Trabajaba con varios modelos a los que les pagaba cinco liras diarias a cada uno por estar toda la jornada en su estudio, trabajasen o no.
Entre sus clientes se encontraban el Museo Rudolfinum de Praga, el Museo de Batzan, el rey de Sajonia, el gran Duque de Edimburgo y, coleccionistas e importantes hombres de negocios americanos y europeos, como ya hemos apuntado en otro artículo.
En 1891, José Gallegos Arnosa es galardonado con Medalla de Oro en la Exposición Internacional de BB.AA de Berlín, conferida personalmente por el Emperador Guillermo II de Alemania, acompañada por la moción del Jurado Internacional de dicha Exposición, compuesto por las personalidades más destacadas en el mundo de las Artes, Ciencias y Letras del momento.
Tras ese periodo, sus éxitos se fueron acrecentando y era considerado como un virtuoso del preciosismo costumbrista.
Viaja por toda Europa, toma contacto con las nuevas corrientes artísticas que van naciendo en el viejo continente, figura en las mas importantes exposiciones sobre todo en las de Roma, Venecia, las internacionales de Munich y Berlín y Madrid.
En 1887 casó con Giuseppina Trelanzi, milanesa con quien tuvo cuatro hijos, pero la felicidad duró poco pues enviudó en 1897.
Dos años más tarde se enamora de Constance Harding, bellísima pelirroja inglesa de ojos verdes, hija de un clérigo con quien contrae matrimonio en segundas nupcias en el año 1900.
Así estrenó siglo, lo cual le llevó a un viaje de bodas a su tierra natal, Jerez de la Frontera, para presentar a su nueva, bella y flamante esposa a sus familiares y amigos, entre los que se encontraba, como no, su benefactor y mecenas D. Guillermo Garvey y Capdepont, hombre rico y religioso.
José Gallegos Arnosa recibe de don Guillermo Garvey el encargo de realizar para la iglesia de Santiago el Real y del Refugio de Jerez, un baldaquino que sea una obra de arte con la que "dotar al templo de un monumento donde exponer a la adoración de los Fieles el Santísimo de Nuestro Señor Jesucristo Sacramentado". Y aquí comienza una bella pero triste, muy triste historia, la del baldaquino de la iglesia de Santiago.
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