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La Delegación de Cultura informa sobre el horario especial de apertura de las salas expositivas de los Claustros de Santo Domingo y Pescadería Vieja durante los días de Semana Santa, en las que puede visitarse respectivamente, la muestra 'Empoderadas' Mujeres del Comercio Justo y 'Espacio detenido', de la pintora Carmen Bustamente.
SÁBADO DE PASIÓN Y DOMINGO RAMOS
De 10 a 13.45 horas
LUNES SANTO
Cerrado
MARTES SANTO Y MIÉRCOLES SANTO
De 10.30 a 13.30 horas
JUEVES SANTO Y VIERNES SANTO
Cerrado
SÁBADO SANTO Y DOMINGO DE RESURRECCIÓN
De 10 a 13.45 horas
LUNES
Cerrado
Por otro lado, la Orquesta Joven de Andalucía, bajo la dirección del maestro Alejandro Posada y con la presencia de Javier Comesaña como violín solista, celebra su treinta aniversario en el Teatro Villamarta con un gran concierto el domingo día 31 de marzo (19 horas), que abordará un programa que lleva por título La consagración de la juventud con obras de Beethoven y Stravinsky.
El maestro Alejandro Posada (Colombia, 1955) se pone al frente de la Orquesta Joven de Andalucía (OJA) para dirigir un programa ambicioso e impactante que comienza con el Concierto para violín, Op. 61 en Re mayor de L.v. Beethoven. Dicha obra supuso un punto de inflexión tanto para el instrumento como para la estructura y duración de la forma concertante.
Considerado el primer concierto romántico, la obra superó todos los límites a nivel técnico, formal y expresivo. La extremada dificultad del papel solista exigía, cuando se estrenó en 1806, un virtuosismo al que pocos violinistas de la época podían aspirar. No en vano, no sería hasta medio siglo después que el virtuoso violinista húngaro Joseph Jachim recuperara la partitura y la reestrenase en 1844, bajo la dirección de Félix Mendelssohn, convirtiéndola en una de las obras imprescindibles del instrumento. El violinista Javier Comesaña (Alcalá de Guadaira, 1999) colabora por primera vez con la OJA y, al mismo tiempo, realizará su premiére de esta pieza de Beethoven, lo que supone un doble aliciente.
En la segunda parte, la OJA se enfrenta a una de las obras más importantes y carismáticas del siglo XX: La consagración de la primavera. I. Stravinsky ideó una obra que irrumpió en la música de su tiempo con un vendaval de novedades y experimentos en la tonalidad, métrica, ritmo, acentuación y disonancias. Concebida como un ballet que completaría una trilogía junto a Petroushka y El pájaro de fuego, La consagración de la primavera gira en torno a la llegada de esta estación, a la renovación de la tierra y a un sacrificio pagano que, en cierta forma, no deja de ser una representación coreográfica de las tradiciones y leyendas paganas rusas, llenas de misterio y creatividad por su vinculación con la naturaleza.
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