"Hoy todo el mundo es fotógrafo, lo que no hay son proyectos"
Pablo Juliá, director del Centro Andaluz de la Fotografía, Pablo Juliá, analiza el futuro de este arte.
"Yo no soy conservador, sólo soy un fotógrafo que dirige un centro. Los archivos son cosas frías. Antes eran granos y ahora son píxeles. No me interesa esa diferencia, sólo los sentimientos que expresa esa foto". El director del Centro Andaluz de la Fotografía, Pablo Juliá, dispara con el dedo y también lo hace cuando habla. Con una cámara en la mano y delante de un micrófono cuando se le requiere. Y así lo demostró ayer en la Sala Compañía, donde ofreció la conferencia 'La conservación contemporánea de los archivos fotográficos', dentro de las IV Jornadas de Archivos Privados, y en la que estuvo acompañado por el director de Diario de Jerez, Rafael Navas, quien hizo un cariñoso repaso a la trayectoria profesional del protagonista, con apuntes personales, destacó de Juliá que está considerado "como uno de los principales testigos de la Transición española, pues muchas de sus fotografías forman parte del álbum de esa época y ha sido uno de los fotógrafos de referencia de 'El País'". Una relación laboral que le llevó a realizar reportajes por todo el mundo y a conocer, y fotografiar por supuesto, a personalidades de talla internacional en todos los ámbitos. Desde el año 1996 se vincula a la Universidad de Sevilla, como profesor de Periodismo Gráfico, y desde el año 2007 dirige el Centro Andaluz de Fotografía, con sede en Almería. Navas recordó cómo Juliá "descubrió, siendo un niño, el fascinante mundo de la fotografía gracias al trabajo de un genio, Orson Welles, en su famosa película 'Ciudadano Kane'". "Juliá -concluyó Navas- está convencido hoy de que la fotografía es código libre, código abierto, porque es un arte joven".
Y sobre la conservación de los archivos habló Juliá, pero también de su destrucción, "porque hemos destruido mucho en este país, aunque sea tremendista, pero es verdad". Y puso como ejemplo a Jorge Rueda, "de hasta qué punto hemos eliminado cosas. Viendo que nadie le compraba, pues destruye su obra". El director del CAF se refirió también a la fotografía hoy, "a la cantidad de imágenes que se meten continuamente en Facebook, por ejemplo", y se preguntó "¿cómo se va a controlar eso?, ¿cuándo se agotará ese ciberespacio?, ¿cómo se va a conservar todo eso?, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a conservación de fotografía? Muchas preguntas para las que no tenemos respuestas". Y recordó que ayer mismo, en Menorca, se estaba firmando un plan para la defensa del patrimonio artístico y fotográfico a nivel nacional. "A ver si entre todos buscan las soluciones porque tendremos que estar renovando continuamente los sistemas que se van quedando obsoletos, y esto supone un gran coste. ¿Cómo se puede mantener todo eso? Tendremos que recurrir a mantener los archivos en su formato original y a conservar lo que se pueda porque no tendremos capacidad". Pero, ¿quién marca lo que merece la pena conservar? El tiempo va dando ese valor. "En el CAF conservamos la obra, la digitalizamos, pero cuando vayan cambiando esos procesos, tendremos que cambiarlos también", dijo Juliá, que subrayó la importancia de los archivos en sí, "pero cada día es más difícil cualificar qué foto es la que vale y cuál no. Nuestro archivo es grande pero pequeño, pero son importantes".
El autor precisó que hace cien años, "se hacían 24 fotografías al día, en el mundo; hoy se hacen millones al día. Y con los sistemas digitales, muchas más. Todo ha cambiado y es un mundo para el que nadie tiene respuestas, hay que buscarlas y contarlas. Hay sucedáneos, pero no tenemos la verdad". Sin embargo, hizo referencia al futuro de la fotografía, que calificó de "grandioso" y dijo que hoy "todo el mundo es fotógrafo, es fácil hacer fotos, otra cosa es que tú tengas un proyecto y lo desarrolles. Pero lo que no hay son proyectos. Antes había que saber de fotografía, ahora lo importante no es hacer fotos, sino tener algo que contar". De esta forma, hizo un llamamiento para que se conserven los archivos históricos, "como el de Ragel, porque mucho de lo que venga ahora será basura tecnológica".
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