De cómo Íñigo se convirtió en Ignacio

cine

El español Andreas Muñoz interpreta a San Ignacio de Loyola en una producción filipina que llega hoy a los cines

"Queríamos humanizar al personaje, sacar su verdad", dice el actor

Andreas Muñoz promocionó en Sevilla esta película distribuida en España por la andaluza European Dreams Factory.
Andreas Muñoz promocionó en Sevilla esta película distribuida en España por la andaluza European Dreams Factory. / Belén Vargas
Braulio Ortiz

16 de junio 2017 - 09:11

Sevilla/A pesar de su juventud, el actor Andreas Muñoz (Madrid, 1990) tiene ya a sus espaldas, como tantos otros compañeros de profesión, una carrera ecléctica en la que conviven los proyectos más diversos. El madrileño debutó en el cine siendo apenas un niño con El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro, y en estos años ha encarado proyectos tan diferentes como ejercer de presentador para Disney Channel, interpretar obras del prestigio de Tongues, de Sam Shepard, o Dunsinane, una prolongación del Macbeth de Shakespeare que firma el dramaturgo escocés David Greig, grabar en Argentina la serie Casi ángeles o el último desafío que ha afrontado, embarcarse en una producción filipina para dar vida a uno de los hombres más eminentes de la Iglesia, Ignacio de Loyola. Soldado, pecador, santo, una película de Paolo Dy que llega hoy a los cines.

"Sí, la verdad es que vista en conjunto tengo una carrera curiosa", reconoce el intérprete. "A mí me gusta de los actores que somos unos titiriteros, y como tal podemos viajar por el mundo. Me encanta esta mezcla de idiomas, poder estrenar un espectáculo en Escocia con la Royal Shakespeare Company o rodar en Italia una película. Cuanto más abierto de miras estés, más riqueza personal y profesional tendrás", sostiene.

La película explora el "desdoblamiento" de un hombre que fue "terrenal y místico"El actor debutó en el cine, a las órdenes de Guillermo del Toro, con 'El espinazo del diablo'

Ahora, el actor defiende uno de los papeles más complejos que ha tenido en sus manos, el del fundador de la Compañía de Jesús, un líder religioso que antes de encontrar su espiritualidad -a lo que contribuyó la lectura de las Vidas de santos en la convalecencia tras una batalla- se entregó con intensidad a los placeres más terrenales de la vida. "Sí, así es como trabajé al personaje, a estos dos personajes: primero exploré sus aspectos más terrenales y luego su lado místico. Con Paolo [coguionista y director del filme] hablábamos de una parte de fuego para definir a ese hombre pasional, vanidoso, y de una parte de agua para esa parte más espiritual", relata Muñoz, para quien ese desdoblamiento al que llega su protagonista conlleva un largo viaje para entenderse a sí mismo. "Nos interesaba enseñar también cómo llega al equilibrio, cómo Íñigo de Loyola se convierte en Ignacio de Loyola pero también acepta al primero, a lo que fue antes".

Antes de meterse en la piel del autor de los Ejercicios espirituales, Muñoz habló "mucho con diferentes personas sobre Ignacio de Loyola, hasta tal punto que cuando llegaba al set sólo tenía que soltar todo lo que sabía de él, llevaba conmigo lo que había trabajado antes". La preparación no fue sólo intelectual, recuerda el actor. "Lo primero que hice fue prepararme esa faceta de soldado. Estuve ensayando con mi amigo Gonzalo Hernández, que es especialista en cine, montando a caballo, con la espada... Y luego vino la etapa de rezo, de meterme en mí mismo, de peregrino. Lo que queríamos era humanizar al personaje, sacar su verdad".

La historia de la película se inspira en la Autobiografía "que no escribió San Ignacio, pero que sí dictó", precisa Muñoz, aunque hay pasajes, como la atracción que el soldado siente por Catalina de Aragón, que se han dramatizado para buscar la emoción del relato. "Se encontraron cartas que dedicó a Catalina, algo sí parece ser que hubo, desde luego hay una base real. También se sabe de él que como noble tenía relación con la Corte. Y aparte, es bien conocido que Íñigo de Loyola había estado con mujeres, era un soldado de Navarra [ríe], y según se dice un tipo atractivo", explica el protagonista, que aún se sorprende de algunos hechos reales que cuenta el largometraje. "En la batalla de Pamplona de 1521, unos 300 hombres de las tropas españolas se enfrentaron a 12.000 soldados franceses. A mí algo así me parece una locura", opina.

El biopic describe a un hombre "radical en sus decisiones: cuando iba por algo lo hacía sin ningún tipo de concesiones", que como todo revolucionario se topa con el rechazo de su entorno. "Él deja su pasado noble para peregrinar, algo que para su hermano mayor fue una deshonra. Y las autoridades consideran que es un peligro. En los años que recoge la película, fue apaleado, encarcelado y en la celda lo tenían con grilletes. Lo trataban como si fuera el demonio, y decían de él que hablaba la lengua del diablo", expone Muñoz, que para su retrato leyó también los escritos de otra figura que "busca el bien común y el abrazo a la humanidad", el Papa Francisco. "Basarme en él me ayudó a entender a Ignacio de Loyola, quien no deja de ser el fundador de su orden, los jesuitas". El filme se proyectó en el Vaticano, pero ni Dy ni Muñoz conocieron entonces al pontífice. "No se quiere posicionar, no sería justo que apoyara esta película y no otra", dice el actor.

Muñoz, que visitó Sevilla esta semana para promocionar Ignacio de Loyola, expresa su fascinación por Filipinas, donde se rodó parte de esta cinta. "He tenido una acogida espectacular allí. Y no podemos olvidar el pasado común, que Filipinas se llama así nada menos que por Felipe II, que allí llegó Magallanes. Allí todo el mundo se apellidaba Muñoz o Díaz, en eso se aprecia la huella española".

Los otros estrenos: de la comedia al drama de la guerra

La cartelera de este fin de semana viene marcada por el estreno de la adaptación cinematográfica de la serie de televisión de los noventa Los vigilantes de la playa, que cuenta en el reparto con dos de las estrellas de la serie original Pamela Anderson y David Hasselhoff, a los que se suman Dwayne Johnson y Zac Efron. También en tono de comedia llega Señor, dame paciencia, una cinta que narra la historia de Gregorio, un banquero muy conservador, muy del Madrid y muy gruñón, cuya mujer fallece repentinamente y se ve obligado a cumplir su última voluntad: pasar un fin de semana con sus hijos y sus parejas en Sanlúcar de Barrameda para esparcir sus cenizas en el Guadalquivir. Cartas de la guerra, basada en el libro de António Lobo Antunes, o París puede esperar, dirigida por Eleanor Coppola y protagonizada por Diane Lane, son otros estrenos que se incorporan hoy a la cartelera.

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