Veni, vidi....y vincerò

No fue una sorpresa: Juan Diego Flórez vino a Jerez, inauguró el VI Tío Pepe Festival y triunfó, entonando el “vincerò, vincerò” del “nessun dorma” de la Turandot de Puccini.

El tenor peruano hizo honor a su aclamada carrera, que ha llegado a las cumbres más altas de la ópera belcantista mundial. Y puso muy alto el listón del Festival, para futuras ediciones. Creo que habrá un antes y un después de Flórez, en el festival más importante del verano jerezano. Estuvo acompañado por la soprano armenia Ruzan Manthashyan, y bajo la batuta del director Crhistopher Franklin, quien condujo a la Orquesta Filarmónica de Málaga.

Juan Diego Flórez trajo un recital denso y serio en el programa de mano, en la línea de su estado actual, que evoluciona del belcantismo más ligero y puro, a posiciones de tenor más lírico. Pero el peruano sigue siendo el virrey de la lírica ligera, y lo demostró al entonar como nadie los deliciosos agudos del “Tombe degli avi miei”, de la Lucia de Lammermoor de Donizetti, aunque últimamente esté acercando sus actuaciones más al repertorio francés, y a la ópera romántica italiana, e incluso trayendo a sus recitales, como así ha sido en Jerez, sorpresas del repertorio de Puccini, más pensados a priori para otras tesituras vocales.

La estructura del programa, basado en la ópera de Charles Gounod, Gaetano Donizetti y Jules Massenet, brindó al público jerezano la posibilidad de oír arias y dúos de larga duración, lo que le permitió recrearse en la línea de canto de los cantantes. Y es una delicia recrearse en el estupendo legato de Florez y en su imperecedero fiato, a los que une una estupenda dicción y carácter dramático importantísimo. Acabó la parte programada del concierto con un rotundo “Che gélida manina” de La Bohème de Puccini, que encendió al público y a sus aplausos.

La soprano armenia Ruzan Mantashyan, por su parte, se acopló muy bien al repertorio defendido por Flórez, y consiguieron juntos el aplauso decidido del público en el dúo “j’ai marquée l’heure du départ..” de la ópera Manon de Massenet. También me convenció en el “Aria de las joyas” del Faust de Gouod. La joven soprano dejó una muy buena impresión al público asistente al Festival. Muy bien.

La Orquesta Sinfónica de Málaga tuvo una correcta actuación, bajo la batuta de Christopher Franklin. Con algunos problemas en la sonorización de los metales, aunque se centró correctamente en el papel de un recital lírico, diseñado por Flórez para la ocasión. Bien.

Y si la primera parte del concierto, y con ello me refiero a todo el programa de mano, tuvo un carácter más formal, digamos, la segunda parte, es decir, la que no figuraba en el programa, dió un giro copernicano en el sentido de empatizar al máximo con el público. Así, la interpretación del “Granada” de Agustín Lara levantó al público de los asientos para ovacionar a Juan Diego, cosa que también ocurrió con el dúo “torero quiero ser…” de la zarzuela El gato montés de Penella.

Luego, Flórez aparcó la orquesta por un rato, para intimar con el respetable, guitarra en mano, y entonar “cancioncitas”: Una marinera peruana: “Palmero sube a la palma catai, catai” (popularizada en España por Los Sabandeños); el archiconocido vals “La flor de la canela” de Chabuca Granda, y el “Cucurrucucu, paloma”, donde hizo alarde de su excelente fiato, aunque en una versión, a mi entender muy, muy lenta.

Pero Flórez quiso más, y volvió a despertar a la Filarmónica de Málaga, para cantar el “nessun dorma” de Turandot, lo que sin duda fue el apoteosis, ante un público total y absolutamente entregado a las excepcionales cualidades canoras de este virrey del belcanto ligero mundial.

Fue un concierto extraordinario, en la línea más actual de Juan Diego Flórez, que inauguró el VI Tío Pepe Festival 2019, y que abre las puertas a otro nivel en los veranos de Jerez.