"Quiero transmitir a Jerez, donde empecé, todo lo que aprenda fuera"
Más de setecientos jóvenes promesas de la música solicitaron este año la beca de la Fundación Caja Madrid para estudios en el extranjero · Verónica Cristóbal es uno de los siete músicos galardonados
Navarra la vio nacer hace 27 años, pero Verónica Cristóbal se trasladó a Jerez con tan sólo 9 años, tras descubrir su temprana e inesperada pasión por el violín. Después de pruebas, audiciones y conciertos por Alemania, Francia, Reino Unido e Italia ha sido becada con la subvención que la Fundación Caja Madrid ofrece para la ampliación de estudios en el extranjero, un recurso que solicitan más de setecientos músicos de toda la geografía española, debido al prestigio y oportunidad que representa para la carrera de cualquier amante de esta profesión, ya que permite estudiar en los centros de formación más prestigiosos. Siempre ha sacado tiempo entre conciertos y estudios para tocar, incluso formó un grupo de cámara con amigos llamado 'Cuart'ethos'. Aunque no tiene muy claro a qué se dedicará en un futuro, la joven sólo sabe que "quiere volver a la ciudad en la que empezó a tocar".
-¿Por qué el violín?
-Mi primo era el único de mi familia que tocaba un instrumento. En una ocasión, fui a una audición a verle tocar el saxofón, casualmente, ese mismo día, mi amiga también tocaba el violín en el mismo acto. Me enamoré desde el primer momento que lo escuché.
-¿Qué dijeron sus padres?
-En un primer momento les chocó bastante mi elección, ya que no tenían conocimiento de música clásica. No pusieron ningún problema mientras no interfiriera en mis estudios y fuera capaz de compaginar las dos cosas. Han sido mi gran apoyo, junto a mi novio. Tanto económica como anímicamente, esta es una carrera muy cara y muy dura, donde hay muchas veces que no aguantas la presión de estar continuamente presentándote a pruebas y audiciones.
-¿Cómo fueron sus comienzos?
-A los 9 años empecé el grado elemental en el Conservatorio de música 'Joaquín Villatoro', aquí en Jerez. Luego me trasladé al Conservatorio profesional 'Manuel de Falla' en Cádiz y terminé haciendo el grado medio y superior en Sevilla. Tengo mi licenciatura de Conservatorio de música superior de violín. Aparte tengo un máster orquestal otorgado por la Universidad Internacional de Andalucía, UNIA, en la academia alemana Barenboim-Said .
-¿Qué destacaría de su experiencia en el extranjero?
-Era increíble tener la oportunidad de presenciar todas las noches un nuevo concierto en Berlín, un nuevo recital de música clásica, ballet, ópera o conciertos sinfónicos. Vivía al lado de la Orquesta Filarmónica de Berlín y fue toda una enseñanza, porque oyendo es como se aprende. Además de Berlín, también estuve haciendo un postgrado en Londres, ciudad a la que me voy también con la beca de Caja Madrid.
-¿Por qué decidió presentarse a optar a la beca de Caja Madrid?
-Un amigo mío la recibió el año pasado y me la recomendó encarecidamente, ha sido una vivencia magnífica para él. Es un proceso muy duro, hay mucho papeleo que hacer, tienes que tener un currículum impecable, proyectos definidos y un buen dominio de las lenguas. Me llevé meses preparándome, no me lo podía imaginar cuándo vi que me habían cogido. En el acto de entrega nos dimos cita lo mejor de cada especialidad, además de los Príncipes de Asturias y Rodrigo Rato, con los que compartí algunas palabras.
-¿De qué forma afecta a su formación la concesión de la beca?
-Es una oportunidad increíble para seguir formándome en Londres, cuna de la música clásica. Por un lado, darme la oportunidad de estudiar en la 'Guildhall School of Music and Drama' a manos del profesor Kzrysztof, que ya me eligió el año pasado para darme clases. Por otro, gracias a la beca, no tengo que preocuparme económicamente de nada en toda mi estancia en la capital británica. Me pagan la matrícula, unos 9.000 euros y tengo cada mes otros 1.000 para poder vivir e ir a conciertos, óperas y ballets. Sólo tengo que estudiar, y es un descanso.
-¿Dónde se ve tras terminar sus estudios?
-Pues aun n o sé a qué quiero dedicarme cuando haya acabado. Me encanta dar clases, porque es precioso y un orgullo transmitir lo que he aprendido. Y por otro lado, me encanta dar conciertos, así que supongo que intentaré hacer una mezcla de las dos cosas. Lo que tengo claro es que me encantaría volver a Jerez, la ciudad que me enseñó a tocar. Entre todos los que estudiamos fuera podemos aportar mucho conocimiento y experiencia a la ciudad.
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