Retrato feroz de dos indeseables

decadencia | Crítica de teatro

Pedro Casablanc y Maru Valdivieso en 'Decadencia'
Pedro Casablanc y Maru Valdivieso en 'Decadencia' / MarcosGpunto
Javier Paisano

23 de abril 2022 - 00:14

La ficha

** 'Decadencia' Autor: Steven Berkoff. Adaptación: Benjamín Prado. Dirección: Pedro Casablanc. Intérpretes: Maru Valdivielso, Pedro Casablanc. Escenografía: Sebastià Brosa/Silvia de Marta. Vestuario: Antonio Belart. Iluminación: Juanjo Llorens. Espacio sonoro: Irene Maquieira. Coreografía: Aixa Guerra. Lugar: Teatro Central. Fecha: Viernes, 22 de abril de 2022. Aforo: Casi lleno.

El reconocido autor, dramaturgo y actor inglés Steven Berkoff escribió Decadencia en los años ochenta en un Reino Unido en el que gobernaba Margaret Thatcher cuya política se caracterizó por un liberalismo radical que rompió la sociedad británica y de la que todavía no se ha recuperado.

En la obra de Berkoff se retrata de manera furibunda el comportamiento de una clase social que une a la aristocracia inamovible y a unos nuevos ricos que empezaron a ocupar el poder basándose en el desprecio absoluto de las clases menos favorecidas económicamente.

El texto del británico es ácido y ataca sin contemplaciones a este sector de la sociedad que se vanagloria de su poder como ya lo hiciera el Calígula de Albert Camus, que defendía su comportamiento con un argumento tan simple como ‘hago lo que hago porque puedo’.

El texto de Berkoff suena a ‘déjà vu’ en una sociedad actual descreída y asustada

Pedro Casablanc y Maru Valdivieso han llevado el texto a la astracanada con una sugerente y divertida adaptación de Benjamín Prado que se sirve de versos y ocurrentes rimas que hacen de esta versión una casi comedia musical, sin canciones, coreografiada por Aixa Guerra.

Sin embargo, ni la impecable interpretación de Valdivieso y Casablanc salvan esta propuesta que se vuelve cansina y repetitiva a fuerza de alejarse, como clowns, de la dureza del texto. Los personajes se mezclan tanto que acábamos perdiendo el interés sobre ellos. La crítica resulta manida. Mucho ha llovido desde los ochenta y todo suena a demasiado evidente desde la crisis económica de 2008.

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