Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
En esta especie de master del reboot, ya se sabe, las series cinematográficas que cambian al personal y empiezan de nuevo desde el inicio, que se está haciendo este verano (véase Spider-Man y Batman) faltaba algo para rizar el rizo y demostrar que en la actual industria de Hollywood todo es posible menos abrir nuevos caminos: que el primer requisito del reboot, introducir nuevo personal, no se cumpla y se recurra a la vieja guardia de la saga. Es lo que ha ocurrido con el gran estreno de este viernes, Prometheus, en el que Ridley Scott regresa más de tres décadas después al universo Alien.
Las carreras de Scott y de su principal criatura, una auténtica máquina de matar biológica, han sido paralelas. El cineasta, que llegó a la gran pantalla algo talludito y procedente del cine publicitario, creó en los comienzos de su trabajo dos mitos de la cultura de fines del tortuoso siglo XX, Alien y Blade Runner. El segundo no tuvo secuelas aunque los diversos montajes que circularon a lo largo de los años hicieron las veces. En cambio, la teniente Ripley si siguió dando guerra estelar en tres secuelas bastante curiosas y que enfocaban a los personajes de distinta manera. James Cameron alcanzó la madurez como virtuoso del montaje en Aliens, David Fincher entró en escena con Alien 3 y Jean-Pierre Jeunet falló al intentar entrar en Hollywood con Alien Resurrection. Desgajado de la casa madre, el alienígena diseñado por el inquietante H.R Giger cayó en una serie B indigna de su aterradora categoría. Como en los viejos films de la Universal, acabó haciendo dueto con Depredador. Paralelamente, Scott, tras el fracaso de Legend en 1985, se refugió en un cine comercial realizado con su gran oficio técnico (véase Black Hawk derribado) pero que en muchos casos era puro mercenariado, sufriendo la humillación que su más desenvuelto hermano Tony le amenazase el trono.
Ahora, Ridley Scott regresa al terruño del Alien, buscando sin duda reconciliarse con crítica y público con un tema conocido. Prometheus se supone ocurre unos 30 años antes de que la nave Nostromo se topase con el planeta infectado de huevos de un particular reptil. Eso sí, transcurre en el mismo sitio donde este hecho ocurrió, con el protagonismo de una expedición científica que se encuentra con el horror. De todos modos, decir que a pesar de este conocido escenario, Scott no ha querido hacer simplemente "una más" del universo Alien, sino que tiene su propia línea temática huyendo de la "precuela" pura.
La historia trascurre a fines del siglo XXI, cuando la nave Prometheus es lanzada hacia un distante planeta con una importante misión. Pocos años antes, se han descubierto mapas estelares procedentes de antiguas culturas que apuntan en una misma dirección, como un mensaje dejado por civilizaciones extraterrestres. Al llegar allí, la tripulación descubre estructuras hechas por algún tipo de inteligencia. Pero ocultan muchos enigmas, como restos de cadáveres, amenazadoras criaturas y, sobre todo, un misterioso líquido que infecta a uno de ellos, convirtiéndose en un monstruo, que amenaza al resto. Scott ha encontrado a un grupo de actores para dar vida a los tripulantes de la Prometheus que hagan olvidar a Sigourney Weaver y su larga relación con los Aliens, encabezados por Noomi Rapace, la chica de la saga Millenium versión Suecia y un Michael Fassbender que parece no tener límites hoy por hoy en su carrera. Junto a ellos otra actriz que está en un gran momento como demuestra que hoy estrene su tercera película del año, Charlize Theron. Todos ellos a bordo de esta recreación/variante del universo Alien.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios