Umberto Eco regresa al género novelesco tras seis años de ausencia
La nueva obra del escritor italiano, una historia basada en hechos reales y ambientada en el final del siglo XIX, saldrá a la venta en noviembre · 'El cementerio de Praga' es un homenaje a la novela clásica
Seis años han tenido que esperar los seguidores de Umberto Eco para disfrutar de una nueva novela del piamontés. Tras la publicación de La misteriosa llama de la Reina Loana (2004) hubo quien aseguró que no volvería a escribir novelas y se concentraría en otro género que domina a la perfección, el ensayo. Sin embargo, fue el propio Eco quien desmintió esa aseveración y ahora lo demuestra con el lanzamiento, previsto para noviembre, de su última obra, El cementerio de Praga, con la que pretende rendir un homenaje a la novela clásica de misterio.
Desde que este metódico y prolífico profesor de filosofía y letras hiciera un paréntesis en su tarea como ensayista para adentrarse con todo éxito en el mundo novelístico, es decir, desde la aparición de un libro ya clásico en la literatura moderna como es El nombre de la rosa (1980), en el que entremezcla con precisión la novela filosófica, la histórica y la policíaca, sus millones de seguidores han esperado con avidez cada nueva entrega. Alguna de ellas, como El péndulo de Foucault (1988) llegó a convertirse en obra de culto para los amantes del esoterismo y los complots de órdenes medievales, otras, como Baudolino (2000), recrearon el legendario mundo que el Preste Juan relatara a Occidente y que incluso pudo inspirar los viajes de Marco Polo. Su última novela no obtuvo tanto éxito de público y crítica, aunque ahora pretende resarcirse. En una carta firmada por el propio Umberto Eco y que la editorial Lumen se ha encargado de repartir entre el gremio de libreros, el autor italiano, que el próximo 5 de enero cumplirá 79 años, adelanta que El cementerio de Praga es una novela folletinesca donde todos los personajes, excepto el protagonista, existieron realmente.
"Me da vergüenza ponerme a escribir, como si desnudara mi alma." Así empieza la obra de Eco que pronto verá la luz. El relato vital del capitán Simonini, un piamontés -como él- afincado en París que desde joven se dedica al noble oficio de crear documentos falsos. Es marzo de 1897 pero las memorias de este curioso individuo abarcarán todo el siglo XIX.
La infancia de Simonini transcurre en Torino con la permanente disputa entre su abuelo, un conservador monárquico antisemita, y su padre, un revolucionario dispuesto a luchar por las causas más nimias. Muy pronto, el joven demuestra sus habilidades para el engaño y se convierte en espía. A través de sus investigaciones descubriremos lo más insólito, incluso a un Garibaldi al servicio de la masonería.
Obligado a dejar Italia por ser hombre "que sabe demasiado" el capitán se instala en París, y muy pronto el poder francés recurre a sus servicios para que falsifique todo tipo de documentos y espíe las maniobras prusianas, pero también a ciertos personajes influyentes de la política del país.
Así, sirviendo a uno y otro, Simonini se ve involucrado en todo tipo de intrigas políticas y acontecimientos sociales, desde el surgir de la comuna hasta una incursión en las sectas satánicas. Glotón empedernido y misógino hasta la médula, se convertirá en un viejo astuto e hipócrita pero hay que estar atentos a su relato porque solo descubriendo qué pasó en el cementerio de Praga se conseguirá entender el confuso siglo XX y descubrir verdades incómodas del XXI.
Los responsables de Lumen adelantan que "pasando por muchos de los grandes episodios que marcaron el siglo XIX, Eco construye un gran homenaje a la novela propia de la época, el folletín. Es más, son las novelas de Dumas y Sue las que inspiran al falsario en la creación de sus documentos, de lo cual se deduce que es la realidad la que copia a la literatura y no viceversa. En El cementerio de Praga, nada es lo que parece y nadie es quien realmente dice ser: todo es según convenga, pues, bien mirado, la diferencia entre un hada y una bruja es solo una cuestión de edad y encanto…".
Eco asegura que quiere ganarse a dos grupos de lectores: "los que no saben que esas cosas pasaron de verdad y que incluso se toman en serio a Dan Brown; y luego ese otro lector que sabe que le estoy contando cosas que de verdad ocurrieron y que de pronto nota gotas de sudor en la frente, se gira para ver si hay alguien en sus espaldas, enciende todas las luces de la casa y sospecha que eso podría volver a pasar, incluso está pasando ya".
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