Santiago Cordero
¡Allí empezó todo!
Muhadin Kishev. Pintor
Prácticamente no habla español, está aprendiendo inglés y sólo se comunica en ruso. Y es que el verdadero idioma del artista Muhadin Kishev es la pintura. A pesar de ser un habitual de Caños de Meca desde 1998, se excusa en que no se relaciona a penas con la gente, "porque estoy todo el día en el estudio, trabajando", ríe. El sur de España lo considera su hogar, aunque viaja a menudo a Rusia, su tierra natal, donde sin embargo se siente "un visitante", y a Inglaterra. Muhadin, a quien traduce del ruso al español su mujer y manager, Jacqueline Diana Moss, quiere que lo primero que aparezca en la entrevista sean "los agradecimientos a su representante en España, además de gran amigo, Carlos Aranda, por quien regreso por segunda vez a exponer mis obras a Jerez". Dicen los que conocen de cerca a Muhadin, que no hacen falta idiomas para hablar con él, porque sin palabras comunica. Entre otros galardones, el autor es miembro de la Academia Rusa de las Artes y tiene varias Medallas de Oro de diversas Academias Europeas de las Artes, como las de París y Bélgica.
-Usted expuso por primera vez en Jerez en el año 2002, en Pescadería Vieja, con motivo de los Juegos Ecuestres. Ahora, regresa a la ciudad y a la misma sala, próximamente. ¿Qué podrán ver los ciudadanos esta vez?
-Nuevos cuadros sobre Andalucía, dedicados a esta tierra, con paisajes de los Caños, una serie de árboles que se llama 'Andalucía en flor', otra llamada 'La abundancia andaluza'... Mi idea cuando estoy aquí es que todo florece, aunque sea invierno, está todo lleno de flores. Es esa sensación de que aquí todo florece y de que la naturaleza es generosa. Este concepto tiene que ver también con la gente. He elegido Jerez porque es una ciudad preciosa, que aprecia la cultura. Siento afinidad con esta ciudad. Me enamoré de los caballos hace diez años. Es muy abierta al mundo y admiro cómo han sido capaces de atraer el turismo, con el vino, las motos. Es muy viva. Siento calor aquí. Me encanta ver tantas naranjas en los árboles. Quiero agradecer también la labor del director del Instituto de Cultura, Manuel Antonio García Paz.
-¿Qué va a mostrar diferente en Jerez con respecto a 2002?
-A pesar de todo, mi arte no se repite nunca, si algo triunfa no soy comercial, sólo hago cosas nuevas. Pinto sobre la naturaleza, los destinos, los pensamientos. Mi obra se divide en figurativa y es que según lo que pinto elijo un estilo, aunque con mi propia fantasía. Luego están los abstractos, no hay figuración pero se refieren a la realidad. En Jerez sólo se van a ver cosas nuevas porque mi búsqueda nunca tiene fin, cuanto más ando por el camino de la creatividad, más quiero andar. Sé que he acabado un cuadro cuando estoy satisfecho del todo y le he entregado todo mi corazón a la obra.
-¿Qué tipo de realidad interpreta en sus obras?
-Si pintásemos la realidad como lo hacían los grandes maestros estaría muy bien, porque ellos no copiaban la realidad sino que elegían, no eran obras fotográficas. Ellos nunca escondían las manos o les hacían un corte antiestético a los personajes. Lo enseñaban todo. Cuando ves el arte fotográfico no es realmente arte. Yo me baso, me inspiro en la realidad para luego añadirle mi propia fantasía y recrearlo de nuevo. Son obras que son figurativas pero no fotográficas. Para mí es muy importante la belleza, la estética, de hecho publiqué un libro en 2009 con motivo de mis 70 años que se llama 'Un canto a la belleza'. Mi afán es que sea cual sea el tema, la obra tiene que ser bella. Para hacer el arte abstracto hay que partir de grandes conocimientos y hay que pasar por la escuela profesional. La obra abstracta no es casual, está regida por las mismas reglas que el realismo. El arte abstracto es más difícil que el realismo, porque tiene que ser exacto, no puede sobrar nada. Y es un error pensar, como sucede en el arte contemporáneo, que cualquiera puede hacer abstracto. El público se equivoca porque no entiende esas obras.
-Usted ha ido creando sus obras a la par que se sucedían acontecimientos destacados en el mundo. Así, se puede ver la influencia de la etapa soviética, la colectivización, los atentados del 11-S, los del 11-M, de hecho su hija vivió los atentados de Madrid pero afortunadamente no le ocurrió nada.
-Sí, el pintor tiene que expresar también lo que ve. Hay que tener en cuenta que nací en lo que era entonces la Unión Soviética, en la que no había libertad de expresión pero estaba la gran escuela de pintura rusa. De esta época tengo una gran formación, una capacidad y maestría grandes, pero no podía expresarme con libertad. Sí, son acontecimientos reales de aquella época y a pesar de su crueldad, en estas obras se puede ver la belleza, la estética, no muestran sangre. Una vez que te metes dentro de la obra, la analizas, ves el significado, te dice mucho más que si fueran más sangrientos. Incluso mi color ha cambiado desde que estoy en España, son muchos más vivos.
-¿Está viviendo ahora quizás la etapa más feliz de su vida?
-Sí, es la mejor, la más feliz. El sur es el mejor sitio del mundo para crear. En este momento de mi vida en el que tengo ya tantos reconocimientos y galardones, lo único que quiero es pintar. Y de hecho, ya no sólo lo hago en el lienzo, sino también en mi iPad, que creo que también mostraré en mi exposición de Jerez. El artista inglés David Hockney también utiliza este dispositivo para esbozar, porque no se gasta la pintura (ríe). El tiempo pone a cada uno en su sitio y aunque sí, ahora se me aprecie, cuando uno ya no está es cuando la gente empieza a comprender lo que ha hecho.
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