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El adiós del Rey Lagarto

En julio se cumplieron los cuarenta años de la muerte de Jim Morrison, el cantante de The Doors que revolucionó a la sociedad norteamericana a lo largo de todos los años sesenta por su actitud

Jim Morrison, uno de los grandes iconos de los años sesenta.
Jesús Arias / Granada

08 de agosto 2011 - 05:00

"Vuelve, valiente guerrero/haz la inmersión/ en otro canal [...] Sueño / de cloro. / Testigo, /loco ahogado. /El salto, el trampolín/ la piscina". Eso le escribía Jim Morrison a su admirado Brian Jones, el guitarrista de los Rolling Stones que apareció ahogado en la piscina de su casa el 3 de julio de 1969. Jones tenía 27 años. Exactamente dos años después, el 3 de julio de 1971, también a los 27 años, el que aparecía muerto era el propio Morrison. En la bañera de su casa de París. También flotando en el agua. Hace unos días se cumplieron 40 años de aquel hecho, el gran adiós del Rey Lagarto.

Un hecho curioso: Tanto Jim Morrison como Brian Jones como Janis Joplin como Jimi Hendrix o Kurt Cobain murieron a los 27 años. Edad fatídica para los rockeros. Morrison se encuentra enterrado en el cementerio de Père Lachaise. Su tumba, en la que no faltan flores, botellas de whisky o graffittis es un lugar de peregrinaje hoy día.

Lo que es un hecho es que la influencia del grupo The Doors, la banda de Jim Morrison, continúa siendo una de las principales influencias de los grupos que siguen apareciendo. El estilo lánguido, hipnótico, obsesivo y psicodélico de la banda tiene mucho que ver en los sonidos de los grupos indies de hoy. Y la poesía de Morrison, su estilo de escribir letras, es toda una referencia.

Nacido en Florida el 8 de diciembre de 1943, Morrison tuvo una vida errática debido a los continuos cambios de ciudad que su familia hizo durante su infancia. A los 19 años se marchó de casa y se instaló en California, en cuya Universidad se matriculó. Quería especializarse en cine, pero al final perdió el interés y ni siquiera recogió su título. Una lástima, puesto que uno de sus compañeros de clase era... Francis Ford Coppola.

Morrison tenía pasión por otra cosa: la poesía. No dejaba de escribir poemas mientras malvivía en un ático o en el apartamento de su última conquista. Hasta que se reencontró con Ray Manzarek, antiguo compañero de la Universidad y músico que andaba en busca de miembros para hacer un grupo. Cuando Manzarek leyó los poemas de Morrison, le propuso que fuese el cantante. Así nacieron The Doors ('Las Puertas'), inspirado en el libro Las puertas de la percepción, de Aldous Huxley, basado a su vez en un verso del poeta inglés William Blake. Manzarek tocaba los teclados y el bajo en los teclados. A ellos se univeron Robby Krieger a la guitarra y John Desmore a la batería. Tras un escandaloso concierto en el local Whiskey a Go Gop enque Jim Morrison cantaba que quería matar a su padre y violar a su madre, la banda consiguió un contrato discográfico con el sello Elektra. Poco después, en enero de 1967, el grupo sacó su primer disco, The Doors, que contenía éxitos como Light my fire o The end. La banda se convirtió en una de las más importantes de aquel verano hippie y Morrison comenzó a ser una estrella.

Su atractivo natural, sus continuas provocaciones a la policía o en la televisión lo convirtieron en un icono del movimiento hippie, por el que él no sentía excesiva simpatía. El éxito le hizo que pronto se introdujera en las drogas alucinógenas como el peyote o el LSD y que bebiera cantidades ingentes de alcohol.

Tras la edición de sus dos siguientes LP's, Strange days y Waiting for the sun, The Doors tenían en Estados Unidos el mismo nivel de The Beatles y The Rolling Stones. Morrison podía hablar de tú a tú con Mick Jagger. Pero había caído en la trampa de las drogas. Sus continuos desafíos a la policía en los conciertos lo llevaron a un juicio en Miami. El cantante apelaba al público para que llevara a cabo una nueva revolución. Todo aquello le pasaría factura.

Absolutamente alcoholizado y con más juicios pendientes tras los discos The Soft Parade y Morrison Hotel, el aspecto del cantante había cambiado radicalmente: se dejó una abundante barba y comenzó a engordar de forma desmedida. Todo ello conllevó continuas crisis internas en la banda. Tras la publicación, en 1971, del disco L.A. Woman, Morrison le comunicó al resto de la banda que necesitaba tiempo libre. Se marchó a París con su novia, Pamela Courson, y visitó Granada. De vuelta en París, continuó con su hábito de beber desmesuradamente. Hasta que, como Brian Jones, el Rey Lagarto se ahogó, no en una piscina, sino en una bañera, el 3 de julio.

Como su amigo.

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