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15 años de 'the best of' con cierto humor

Velada espectacular de Ara Malikian y Fernando Egozcue El Alcázar brilla a ritmo de violín y guitarra

Un momento de la fusión de Malikian y Egozcue el pasado jueves en el Alcázar. Abajo, otra puesta en escena del violinista libanés.
María Ruiz De Lacanal Jerez

02 de agosto 2014 - 05:00

El espectacular artista Ara Malikian dejó la pasada noche del jueves al Alcázar enmudecido. Pero solo por momentos. El dúo formado por Fernando Egozcue y Malikian sorprendió a los asistentes que no habían tenido el placer antes de disfrutar de su fusión. Los sonidos más melancólicos y rupturistas que pueden brotar de un instrumento como es el violín, se mezclaron a la perfección con la guitarra argentina de Egozcue con toques de flamenco incluido.

Con el Alcázar a rebosar de personas, el viento se calmó para que la ciudad escuchase no solo las composiciones musicales que se desprendían de la melena de Ara y las manos encantadas de los dos artistas, sino también las risas de los jóvenes y adultos que, cual monólogo humorístico, se reían a carcajada limpia con las introducciones que realizaba el violinista libanés. Con narraciones sobre la 'vida de Fernando', su compañero desde hace más de quince años y con el que ha vivido momentos duros por falta de entendimiento oral, el concierto se desarrolló de la mejor forma posible con composiciones del mismo Egozcue que prometían al comienzo ser el 'the best of' de todos estos años de trabajo juntos.

Las mejores canciones irrumpieron en el corazón de cada jerezano. El público logró inspirar a Malikian, contó agradecido a lo largo del espectáculo, pero fueron los asistentes los que se quedaron estupefactos al percibir las notas musicales de ambos instrumentos compaginados de forma sublime, mientras los rizos del violinista revoloteaban al ritmo de sus saltos y movimientos. Opiniones variadas se fueron escuchando a lo largo del concierto: "Se me antoja a un Jimmy Hendrix pero en violinista"; "precioso, qué bonito y dulce. Me parece simpático y diferente". Las adulaciones se centraban en la figura de Ara, pero el resultado del esperado concierto elevó al dúo en lo más alto de la consideración social y artística que tenían todos los jerezanos. Como si de una conversación se tratase, guitarra y violín se atraían en obras que se titulaban 'Viejos aires', 'Saudades' o, la graciosa y humorística , 'Ser dos'. Aunque el desarrollo fue lo más conseguido posible, hay que decir que el comienzo del concierto atrapó a los turistas con la fuerza de Malikian, a la derecha, que acompasaba sus pasos frente a la serenidad que emanaba Egozcue, a la izquierda. Con los más pequeños subidos a las piernas de sus padres para no ocupar asientos, y con pasillos casi inapreciables, al público sólo le faltó responder a los artistas 'Con los ojos cerrados' y que se dejasen llevar por la combinación más que armoniosa de sus obras musicales. Con la obra 'Tristeza', se resbaló alguna que otra lágrima en los rostros del público, inmerso en un juego de sonidos cuyos dos protagonistas intentaban empatar en los ratos de conversación oral con los asistentes para borrar las lágrimas dulces de sus rostros y convertirlas en sonrisas alarmantes. Pero Malikian no quería que los ciudadanos sintieran tristeza. "Agradeceros que hayáis venido. Que seáis muy felices, que tengáis mucha salud y un buen verano. Porque sois un público maravilloso". Y como si de una nana se tratase, se despidieron los músicos con toques flamencos a la guitarra argentina y al más puro violín clásico. Evitando, eso sí, las salidas y entradas que suelen hacer los cantantes principalmente para que el público pida "las propinas", Ara Malikian y Fernando Egozcue informaron del proceso de su armónica despedida con propinas incluidas tras la obra final. Lo prometido se cumplió. El 'the best of' fue subiendo de nivel y no dejó insatisfecho a ninguno ni con la miel en los labios. Para ser también protagonista, el viento se levantó muy suavemente sobre las palmeras que compartían el escenario del Alcázar con los músicos. Las que eran ya las últimas notas musicales, con punteos incluidos de los instrumentos, se alinearon en una mezcla incomparable de ambiente, sonido e inspiración.

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