Sobre la construcción del palacio de Ponce de León (II)

Sobre la construcción del palacio de Ponce de León (II)
Sobre la construcción del palacio de Ponce de León (II)

EN la anterior entrega se hacía referencia a ciertos documentos de compra de piedra para la edificación de este palacio. El análisis de esos documentos no deja lugar a dudas y queda claro que tanto el patio como el ventanal esquinado se están levantando a la vez. Por un lado se compran dos tipos diferentes de piedra, la de la Sierra de San Cristóbal, que se utiliza en el patio y en el muro de la fachada, y la de Martelilla, que es la que se utiliza en el ventanal esquinado y en las columnas, pues se trata de una piedra de mayor dureza y por tanto más indicada para labores escultóricas(1). Además, queda claro que una parte de la cantería de San Cristóbal va destinada al patio, pues se demandan perpiaños y prendientes, cortes destinados a la fabricación de las dovelas de los arcos, así como las columnas de martelilla. Por otra parte, la obligación del carretero de dejar una parte de la piedra que traía fuera y meter otra dentro de la casa indica que el material iba destinado a dos construcciones diferentes, aunque simultáneas en el tiempo. Respecto al análisis de los escudos del patio realizado por Sancho para anteponer, al menos diez años, la obra del patio a la del balcón, se puede comprobar que se trata de un error más del historiador portuense. Los blasones que aparecen en el patio son los de Ponce de León, de la Cueva, Villavicencio-Zurita y Villacreces. En el balcón sólo figuran los tres primeros. Algo que también queda claro con la lectura de los documentos es que al frente de la obra está Fernando Álvarez, pues aparece como responsable de demandar la piedra necesaria e incluso firma como testigo en uno de los contratos de acarreo de piedra(2).

El que en el patio y la ventana aparezca el escudo de Ponce de León indica que ambos se construyeron después de que a la casa llegase don Francisco Ponce de León, hijo del duque de Arcos, quien casa con Juana de Villavicencio, hija de los hasta entonces propietarios del inmueble, que eran Francisco de Villacreces y de la Cueva y Luisa de Villavicencio. Esta boda tuvo lugar poco antes de 1522, pues en ese año fallece Juana. Sin embargo, en 1526 el viudo volvió a casarse con una prima de la difunta, María de la Cueva, hija de Juan de la Cueva y Juana de Villavicencio, hermana de Luisa de Villavicencio(3). Como vemos, aunque hay dos mujeres distintas, los linajes de los dueños de la casa fueron siempre los mismos, si bien queda claro que antes de 1522 no hubo ningún Ponce de León en la casa, de ahí que el empeño de Sancho en datar el patio antes de ese año no tenga sentido.

El patio presenta dos galerías, aunque en los extremos de ambas aún se aprecian los arranques de las otras dos pandas que hubiesen acabado por cerrarlo por completo. Cada galería tiene dos pisos, aunque el superior, sin ningún tipo de concesión a la ornamentación, parece un añadido posterior. La planta baja se resuelve mediante arcos de medio punto peraltados, seis en cada panda, enmarcados por un alfiz. Estos arcos apean en columnas, fabricadas con piedra de Martelilla, de orden compuesto. En el frente de cada capitel encontramos un blasón. Hay que señalar que los arcos no descansan directamente sobre las columnas, sino sobre un cimacio. Estos cimacios se hallan decorados con motivos vegetales y otros derivados de los bestiarios de tradición medieval, tales como máscaras, figuras grotescas, sirenas, querubines, peces y lobos. En el muro interior del patio hay una ménsula formada por un capitel idéntico a los de las columnas del patio, con su cimacio en la parte superior, en el que se representa en el centro a un grifo y a un león enfrentados y en los extremos dos cabezas, una con una corona y la otra, de rasgos negroides, con algo similar a un tocado de plumas. Esta ménsula se remata en su parte inferior por una estructura semiesférica con tracería ojival calada muy parecida a la que encontramos en Jerez el dormitorio bajo del convento de Santo Domingo o las bóvedas de parroquias de San Marcos y San Miguel. La única diferencia entre las dos galerías del patio es que en una de ellas, sobre el cimacio y formando el arranque de los arcos, encontramos una estructura cilíndrica similar a un pilar con estrías helicoidales que acaban por morir en las molduras de los arcos.

La dependencia de este patio con el del castillo de Bornos es innegable. La estructura de ambos es muy similar, si bien aquí las proporciones son mucho más armónicas y los toscos y desmañados pilares circulares han sido sustituidos por elegantes columnas, aunque para alcanzar la altura deseada sin alterar las proporciones de los soportes se han añadido esos cimacios que dan un aspecto tan peculiar a este patio. Pese a la voluntad de modernizar el modelo bornicho, la Edad Media rezuma en la obra jerezana, en especial en las figuras de los cimacios, sacadas de los bestiarios y algunas incluso idénticas a las que encontramos en la portada superior del castillo de Bornos, como son los dragones. Con todo, en alguna de las figuras jerezanas se puede ver una clara voluntad naturalista del escultor, como en el grupo formado por una oveja que está siendo devorada por un lobo, donde la obra se aleja de la tosquedad infinita de la tradición escultórica local.

Pero no sólo en este conjunto se encuentra la voluntad de cambio del patio del palacio de Ponce de León. Ya se ha comentado la inclusión de columnas bien proporcionadas, propias de la arquitectura renacentista, pero además hay que señalar la presencia en el arranque de los arcos de una de las galerías, los pilares con el fuste helicoidal, elemento traído de la estética tardogótica portuguesa que podemos rastrear en monumentos tan importantes como el claustro principal del monasterio de jerónimos de Belem en Lisboa.

Parece que este patio causó sensación en una ciudad tan atrasada en lo artístico como era Jerez en la década de los 30 del XVI, y el modelo fue copiado en otras casas, como el número 3 de la calle Castellanos o la casa de la familia Márquez Gaitán(4) junto a la parroquia de San Miguel, en la actualidad convento de San José. Otro patio jerezano directamente relacionado con el de Ponce de León es el del número 14 de la calle Chancillería, donde si bien se aprecia cierto arcaísmo, ya que en lugar de columnas los soportes son pilares ochavados y los arcos son peraltados, hallamos que los arcos del rincón de las galerías mueren en unas estructuras cilíndricas muy similares a los enjarjes de los nervios de otras obras contemporáneas, como el claustrillo de la cartuja de Santa María de la Defensión.

NOTAS

1. Sobre la piedra de martelilla y sus diferencias respecto a la piedra de la Sierra de San Cristóbal, véase ROMERO MEDINA, Raúl y ROMERO BEJARANO, Manuel: "Las marcas de cantería del puente de Cartuja en Jerez de la Frontera: análisis gliptográfico", en Actes du XVII Coloque International del Glyptographie de Cracovie. Braine-le-Chateau. Editions de la Taille d'Aulme. 2011. pp. 307-318.

2. APNJF. 1536. Oficio VIII. Alonso de Cuenca. Fol. 151 y ss. 18 de abril.

3. SÁNCHEZ SAUS, Rafael: Linajes medievales de Jerez de la Frontera. Sevilla. Guadalquivir. 1996. pp. 59 y ss.

4. Sobre este palacio y el convento que se fundó en él, véase ROMERO BEJARANO, Manuel: "Datos históricos sobre el convento de clarisas descalzas de San José de Jerez de la Frontera", en VIFORCOS MARINAS, María Isabel y CAMPOS SÁNCHEZ-BORDONA, María Dolores: Fundadores, fundaciones y espacios de vida conventual. León. Universidad de León. 2005. pp. 295-313.

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