El "tejer y destejer" entre Cádiz y Sevilla por la Casa de la Contratación
Ravina diserta sobre la rivalidad entre las dos ciudades por el control del comercio americano
Como tarjeta de presentación en Sevilla de los actos que se celebrarán para la conmemoración del tercer centenario del traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz, en 1717, el Archivo de Indias acogió el pasado jueves una conferencia en la que su director, Manuel Ravina, diseccionó el proceso por el que Sevilla perdió en el siglo XVIII la institución que regulaba la Carrera de Indias, acontecimiento que es identificado en el imaginario de la ciudad como el inicio de su decadencia tras ser una de las capitales más importantes de Europa en los siglos XVI y XVII. El acto también sirvió como punto de encuentro de autoridades y miembros de la sociedad civil de ambas provincias, como el vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios; los presidentes de las diputaciones de Sevilla y Cádiz, Fernando Rodríguez Villalobos e Irene García, respectivamente; el presidente del Puerto de Cádiz, José Luis Blanco; y la primera teniente de alcalde de Sevilla, Carmen Castreño, entre muchos otros.
Durante su intervención, Manuel Ravina fue desglosando la historia de la Casa de la Contratación para demostrar que su traslado en 1717 no fue un capricho repentino de Felipe V, sino la consecuencia de un largo proceso en el que, paulatinamente, Cádiz había ido adquiriendo cada vez más importancia en el comercio con Indias. Ravina hizo hincapié en que, ya en los primeros años del siglo XVI, tras la ubicación de la Casa de la Contratación en Sevilla en 1503, se autorizó a algunos barcos del puerto gaditano comerciar con Indias, proceso que fue creciendo hasta que, a finales del XVII, la flota que hacía la Carrera ya salía al completo de esta ciudad andaluza. "En 1667 Cádiz era ya de facto el puerto principal con América", dijo Ravina.
Eso sí, fue un "continuo tejer y destejer" en el que, durante dos siglos, tanto Cádiz como Sevilla conseguían privilegios que luego eran revocados por la misma Corona que los había concedido. En cualquier caso, la competencia entre las dos ciudades fue una constante hasta que la colmatación del Guadalquivir y el dinero ofrecido al Rey por la poderosa comunidad de comerciantes gaditanos consiguieron el traslado a Cádiz de la Casa de la Contratación en 1717 y, lo que es más importante, el monopolio del comercio con América. Sin embargo, como bien señaló el director del Archivo de Indias, este privilegio fue disfrutado poco por Cádiz, pues en 1790 el rey Carlos IV decretó la libertad de comercio. Incluso antes, en 1731, se le concedió a Guipúzcoa el privilegio de comerciar con Venezuela.
Ravina destacó en su conferencia los numerosos intentos de Sevilla por recuperar la cabecera del comercio con las Indias. Sin embargo, Cádiz, que ya había aprendido la importancia de contar con un lobby ante el Reino, contratará a un abogado, Francisco Manuel de Herrera, "muy hábil e inteligente", que ayudará a que la Casa siga en la ciudad en unos años en los que desde la Corona se darán órdenes contradictorias, pues en cuestión de semanas la sede oficial irá de una ciudad a otra en varias ocasiones.
En todo este proceso, la ciudad de Cádiz tendrá como aliado a José Patiño, uno de los ministros más cualificados de Felipe V. Finalmente, Sevilla se tuvo que rendir a la evidencia y aceptar la pérdida del monopolio americano.
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