Veintincinco años de Mala Rodríguez: "Aprendí a base de hostias"

La jerezana cumple un cuarto de siglo en la profesión musical tras editar 'Lujo ibérico" en el año 2000.

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La artista jerezana Mala Rodríguez posa completamente de negro para la entrevista
La artista jerezana Mala Rodríguez posa completamente de negro para la entrevista / Blanca Millez /EFE
Javier Herrero (EFE)

28 de marzo 2025 - 11:23

Jerez/La artista jerezana Mala Rodríguez cumple este año el 25 aniversario de su debut discográfico tras publicar en 2000 el álbum 'Lujo ibérico' con el que fusionó por primera vez música urbana y flamenco.

Hace un cuarto de siglo, ni el hip hop ocupaba el lugar central que tiene hoy en la música, menos en España, ni parecía que una mujer estuviese llamada a ocupar una posición predominante.

De Jerez a Sevilla

"Yo he hecho un camino para ganarme un lugar que no existía. Y ahora ese camino ya existe para que otras personas puedan andarlo con más facilidad", señala la artista nacida en Jerez de la Frontera pero emigrada a Sevilla, con motivo del concierto con el que se reencontrará con aquel álbum en el festival Tomavistas de Madrid el 29 de mayo.

Contagiada por la diversidad de corrientes musicales que corrían desde su Jerez natal y la base militar de Rota, cuenta María Rodríguez que fue en su barrio de adopción de La Macarena de Sevilla donde aprendió a rapear con su acento y sus historias ('En mi ciudad hace caló', cantó en aquel primer álbum).

De Sevilla a Madrid

Con esa impronta y solo 19 años se instaló en Madrid para intentar cumplir su sueño. "A un piso por aquí metido que no veía la luz del sol", recuerda, tanteando a solas un mundo que intentó trampearla, "sin un abogado ni el dinero" para entender los contratos.

"A base de hostias aprendí mucho", dice la artista. "Aprendes que no estás jugando, que estás haciendo algo muy serio en una industria que mueve muchos millones y en la que hay que estar preparado. No es 'Bailo, canto, grabo una canción y me voy a mi casa'. No, es tu vida y luego va a repercutir cuando tengas 40 años", asevera.

Rodríguez terminó atrayendo la atención de Universal para lanzar 'Lujo ibérico', arropada por figuras como Kase.O o Rachid Baggasse y la producción de Jesús Bibang González, alias JotaMayúscula, aunque desde la multinacional se le recomendó al oscarizado Gustavo Santaolalla.

"Pero yo quería hacerlo con mis productores y aquí en Madrid con estos beats. Cuando tú estás bien seguro de lo que quieres hacer, es mejor que te dejen tranquila y ya que tú te pegues de hostias", reflexiona la artista, muy acostumbrada a confiar en su "instinto".

El resultado fue un disco que hablaba desde la crudeza de su momento personal, como se aprecia en 'Especias y especies', sobre "relaciones familiares chungas", que tanto le costaba interpretar en sus inicios.

"En muchas canciones creo que no es solo la letra, es la energía, porque yo me estaba sacando muchas cosas y luego me daba hasta vergüenza por ver qué iba a decir mi familia", dice de aquella fase en la alumbró cortes como 'La cocinera' o, por supuesto, 'Tengo un trato', la que lo abre con todo su ímpetu callejero.

Influencia del flamenco

Uno de los rasgos distintivos era la incorporación de elementos del flamenco, no solo rítmicos, sino incluso en su manera de cantar. "A mí me han influenciado mucho las cantaoras en la colocación de la voz", explica Rodríguez, que confiesa que tras su reciente concierto sinfónico en Barcelona para celebrar este aniversario le dieron ganas de recibir clases de canto.

También atrajo a una masa nueva de público que nunca se había acercado a la música urbana. "Y eso es porque yo creo que le hablo a la libertad, a querer buscarla", razona Rodríguez, que entonces llegó a vender más de 50.000 copias físicas de 'Lujo ibérico', todo un hito para el estilo.

De hecho, según cuenta, de su primer Latin Grammy se enteró en su habitación, porque ni ella lo esperaba ni entonces esta categoría se televisaba. Fue en 2010 cuando recibió el premio a mejor canción urbana por 'No pidas perdón' y en 2013 el de mejor álbum urbano por 'Bruja'.

Pese al éxito, en cada uno de sus álbumes posteriores hasta 'Un mundo raro' (2024), asegura que nunca ha dejado de huir de la repetición. "No me siento completada. Me queda mucho por aprender", dice quien invoca la importancia de exponerse a la vida y al error.

"Si no, ¿qué cuento luego en mis canciones? Hay que vivir y arriesgarse, aprender y que la gente te critique", opina la rapera, que, encomendada a la vida sana desde hace años en su casa en el bosque en Barcelona, revela que su mayor idea del lujo ahora es "tener un súpermegahuerto que flipas y gallinas".

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