España ultra (la del fútbol)

LA TRIBU VERTICAL | CRÍTICA

El pormenorizado libro sobre los ultras de Borja Bauzá analiza un fenómeno sociológico que sobrepasa el ámbito del fútbol

Borja Bauzá. / D. S.
Javier González-Cotta

21 de julio 2024 - 06:00

La ficha

'La tribu vertical'. Borja Bauzá. Libros del K.O. 392 páginas. 23,90 euros

De entre las tribus urbanas, los grupos ultras del fútbol obraron su propio ecosistema. “Fútbol es fútbol”, dijo en su día el taumaturgo Vujadin Boskov. Pero el fútbol va muchísimo más allá del fútbol. Del lado almibarado diremos que es nostalgia, recordación y sentimiento forjado en la infancia o en el claroscuro adolescente. El fútbol también es política o, al menos, una ramificación, por mucho que el biempensante de guardia quiera separarlos. Futboleros y profanos no ignoran que el mundillo ultra es pura sociología. Se quiera o no, forma parte de la antropología social de nuestras ciudades. 

El periodista Borja Bauzá (Madrid, 1985) conoce el paño desde dentro. La tribu vertical es una minuciosa crónica sobre la historia de los grupos ultras en España. A decir verdad, salvo casos aislados (el irresuelto caso del deportivista Jimmy, el asesinato del donostiarra Aitor Zabaleta), los ultras del fútbol español están todavía a distancia de las violencias más superlativas y organizadas que hoy, pese al seguimiento policial, se prodigan en Europa como excrecencias de un malestar social ambiguo pero conexo. Los ultras rusos y polacos (la temible escuadra del Legia Varsovia), la violenta Curva A del Nápoles o los ultras franceses de PSG y Olympique de Marsella son sólo una parte, ínfima, del cuadro ultra europeo. La diplomacia entre radicales crea sus propios estatus de alianzas y aversiones. 

La tribu vertical analiza la historia y deriva del fenómeno ultra en España. Parte de sus orígenes (inevitable el hooliganismo obrero asociado a la era Thatcher), sin olvido de los llamados años salvajes (esos años 90 irreproducibles), y llega hasta los usos tecnológicos de hoy y el fenómeno de las quedadas para enfrentarse unos contra otros con insólitas normas de cortesía. No todo es violencia y sí un estilo de vida con mil matices y gradaciones. Ultra Sur, Biris Norte, Boixos Nois, Ultra Boys, Celtarras, Brigadas Blanquiazules, Frente Atlético, Supporters Gol Sur, Brigadas Amarillas… El glosario clásico es interminable. Algunos desaparecieron o se extinguieron a la fuerza por la acción de los Florentinos y Laportas de turno (de ahí el fenómeno reciente de las gradas de animación). Otros grupos (United Family, Curva RCDE) son de nuevo cuño. Los clubes más modestos también tienen su propia acuarela de ultras. 

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