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Ismael Jordi: De ruiseñor de pecho azul y blanco a gran tenor lírico mundial

Lírica

Ismael Jordi, junto al pianista Rubén Fernández, en el concierto aniversario de este sábado. / Vanesa Lobo
Jesús Sánchez-Ferragut

26 de septiembre 2020 - 22:18

Ismael Jordi 20 años en la Lírica Ismael Jordi, tenor. Rubén Fernández Aguirre, piano Teatro Villamarta de Jerez, 26.08.2020 Aforo covid-19 completo

Con el aforo permitido por la normativa Covid al completo, el Teatro Villamarta puso el cartel de "no hay entradas" para subir al escenario a su muy querido Ismael Jordi para celebrar su vigésimo aniversario como tenor lírico. Y Jordi triunfó rotundamente ante su público en Jerez.

Sin embargo, el escenario del Villamarta estuvo austero para la ocasión, con una decoración un tanto contagiada de la tristeza del Covid. Sombras que contrastaban con la imagen del tenor jerezano, que salió a las tablas con ganas, y queriendo hacer fiesta y no recital formal. Bueno, me conformo con que el Villamarta haya dado el paso y haya reabierto la temporada plantándole cara al bicho…Que no es poco.

Ismael Jordi se encuentra en un momento brillante, pleno de madurez musical. La preparación que ha hecho de su recital ha sido impecable. Ni un fallo apreciable, con la voz dónde tiene que estar, y dominando las partituras "del segno a la coda". Un trabajo primoroso y serio que le ha permitido condensar en apenas dos horas, sus veinte años de vida por los escenarios operísticos. Y abriendo puertas a otras posibilidades, donde nos dejó pensativos al ver cómo una canción de Manuel Alejandro, en su voz y con su técnica canora, alcanza sin nada que envidiar, el nivel de la lírica de otros compositores italianos.

Estuvo muy bien acompañado del pianista Rubén Fernández Aguirre, quien lo mimó todo el tiempo, llevándolo entre algodones, y aterciopelando el piano al máximo, para empatizar al doscientos por cien con un Ismael Jordi que lleva con orgullo la bandera de Jerez en el pecho, pese a haber pegado el salto y ser hoy día uno de los grandes de la escena lírica.

Y ahora les cuento lo que vi y oí el sábado 26, en el concierto de su XX cumpleaños en el Villamarta: Hubo cuatro bloques de temáticas diferentes, y entre bloques, la proyección de un vídeo del tenor, de la grabación de una entrevista que no ocultaba su cara al paso del tiempo, aunque simpática y curiosa, que contaba anécdotas e interioridades del cantante.

Tras una pequeña introducción del pianista Rubén Fernández Aguirre, Ismael rompió el hielo con los “Poemas en forma de canciones” del genial sevillano Joaquín Turina. Y anunció desde el primer momento que el recital estaba pensado para pasarlo bien, porque así debe ser un cumpleaños.

Muy pronto vino el primer guiño al gran Alfredo Kraus, profesor y mentor del tenor de Jerez: "Morucha", una preciosa canción de Juan Quintero, que causó furor en los años 30 del pasado siglo, que interpretó deliciosamente.

De Francisco López, que pese al contundente nombre español, fue un compositor francés del pasado siglo XX, Ismael cantó "Rossignol" de la opereta "Le Chanteur de Mexico”, popularizada en su tiempo por Luis Mariano. Con un extraordinario dominio del fiato, el jerezano la lanzó al público villamartino, que le correspondió con grandes aplausos.

Después vinieron J. Massenet y F.P. Tosti. Impresionante la interpretación del famosísimo “Pourquoi me réveiller”, dedicado a Kraus, y siempre una de las piedras de toque de cualquier recital que se precie.

El tercer bloque del recital, tras haber alcanzado una excelente velocidad de crucero, vino para desengrasar un poco, con las arias de F.P. Tosti “Chanson de l’adieu ” y “Salut, demeure chaste et pure”. Esta última, en una interpretación genial, con un control bárbaro del Do sobreagudo de los últimos compases.

Flotow y Donizetti cerraron el bloque. Rubén Fernández con “Unas pinceladas de Lírica” al piano, prologó la última parte del recital, dedicado enteramente a la Zarzuela española. Y el Villamarta se vino abajo con los aplausos, en primer, lugar tras escuchar una estupendísima interpretación de la “Bella enamorada” de Soutullo y Vert. Y la cosa fue subiendo de tono aún más con uno de los pasajes más bellos de la lírica española: “Por el humo se sabe” del maestro Vives. La guinda a la zarzuela española vino con “No puede ser” de Sorozábal, un aria bella donde las haya, y que Ismael bordó.

Hubo tres “Bises de bises”: "Adiós a Granada" dedicada a los compañeros del grupo de “runners” de Ismael; Una gran sorpresa: “Se nos rompió el amor” del gran compositor jerezano Manuel Alejandro, y por supuesto “Una furtiva lagrima” de “L’Elisir d’Amore”, uno de los grandes éxitos de Ismael, en Jerez y fuera de Jerez.

Jordi recordó sus inicios en el Coro del Villamarta, donde comenzó todo, y se mostró agradecido con mucha gente durante el recital, entre ellos a Paco López, Isamay Benavente, autoridades, a sus maestros Kraus, Berganza, Capobianco, familia, etc…el haber estado junto a él, antes o ahora.

Estoy seguro que Ismael va a saber aprovechar bien los años venideros, que le han de rendir excelentes actuaciones, ya que no en vano ha cuidado con mimo su voz. Espero de corazón, verlo mucho, y muchas veces. Felicidades y ¡BRAVO!

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