Jazz, una música poliédrica vista desde dos ángulos distintos

'Los comienzos del jazz. Sus raíces y desarrollo musical' de Gunther Shuller y '¡Caliente!. Una historia del jazz latino' de Luc Delannoy se han convertido en referencias obligadas del género

El compositor y director de orquesta estadounidense Gunther Schuller. / D. S.
Julián Ruesga

12 de enero 2025 - 06:00

La ficha

'Los comienzos del jazz. Sus raíces y desarrollo musical'. Gunther Shuller. Acantilado, 2024. 560 páginas, 30 euros. '¡Caliente!. Una historia del jazz latino'. Luc Delannoy. Fondo de Cultura Económica, 2024. 442 páginas, 13 euros.

Hay libros que cimentan y encauzan el desarrollo del tema que investigan y pasan a formar parte de su historia, se convierten en clásicos y referencias obligadas. Esto ocurre con estos dos volúmenes publicados este año: Los comienzos del jazz. Sus raíces y desarrollo musical de Gunther Shuller y ¡Caliente!. Una historia del jazz latino de Luc Delannoy. El primero es un clásico de la literatura jazz desde finales de la década de 1960 y el segundo va camino de serlo.

El libro de Shuller es uno de los textos más influyentes escritos sobre la música de jazz y sus músicos. Se ha convertido en marco de referencia para otros muchos libros y artículos sobre la música de jazz publicados posteriormente en todo el mundo. Esta es la segunda edición en castellano que se publica. La primera, con una traducción diferente a esta, la realizó la editorial Víctor Lerú de Buenos Aires en 1973. La edición original en inglés es de 1968, Early jazz: Its roots and developement. Iba a ser la primera entrega de una trilogía que recogería toda la historia del jazz de la que solo aparecieron dos volúmenes, este que presentamos y The Swing Era: The Development of Jazz, 1930-1945 publicado en 1989. El autor nunca concluyó el tercer volumen sobre el bebop y posterior desarrollo del jazz.

Shuller comienza abordando el influjo de la música africana en el jazz inicial de Nueva Orleans, para posteriormente explicar su transformación rastreando el trabajo grabado de algunos de los músicos más destacados de sus primeros años. Dedica sendos capítulos a Louis Armstrong y Jelly Roll Morton, y repasa el trabajo de King Oliver, Freddie Keppard, Sidney Bechet, Bennie Moten, Bix Beiderbecke, James Reese Europe, Fletcher Henderson, Don Redman y Bessie Smith. También se detiene en algunas de las primeras bandas de jazz blancas, en particular la Original Dixieland Jazz Band y la New Orleans Rhythm Kings, hasta llegar a la década de 1930 y a la música de Duke Ellington al que dedica el último capítulo.

Shuller sitúa la música de jazz como una de las fuerzas culturales más activas y eficaces en la transformación del sentido y percepción de la música en la sociedad occidental durante el siglo XX. En su recorrido histórico avanza prestando atención a las transformaciones formales de la música, comentando de forma clara e incisiva las grabaciones que considera más importantes (indaga en su lógica interna y sus fuentes de tensión creativa) y señala las fuerzas sociales y económicas que actuaron sobre los músicos de jazz y el clima cultural general en el que la música de jazz se transformó en sus tres primeras décadas.

Como digo, un volumen histórico, su autor, Gunther Shuller (1925-2015), es uno de los investigadores del jazz más reputados, y criticado, de la segunda mitad del siglo XX. Además de músico, crítico musical y docente universitario, fue director del Conservatorio de Nueva Inglaterra y director artístico de la Orquesta Sinfónica de Boston. Precisamente una de las críticas que se le han hecho al libro de Shuller es el de abordar la música de jazz, una música de origen popular y afroamericano, desde la perspectiva de la música clásica occidental.

El otro título ¡Caliente!. Una historia del jazz latino, forma parte de otra trilogía, esta sí completada por su autor Luc Delannoy. La trilogía comprendida por este volumen (2001), Carambola. Vidas en el jazz latino (2005) y Convergencias, encuentros y desencuentros en el jazz latino (2012), conforman un importante conjunto documental para entender que ha pasado en el encuentro del jazz con las músicas afro-latinas del Caribe a lo largo del siglo XX.

El escritor belga Luc Delannoy. / D. S.

El primer volumen, ¡Caliente!. Una historia del jazz latino, se ha vuelto a publicar en una nueva edición ampliada. No es solo una historia del jazz latino o un repaso al pasado del jazz y su relación con otras músicas afroamericanas, ¡Caliente!, también nos acerca a los músicos que la han hecho posible y destaca sus voces –dejando que sean ellos los que expliquen su música–. Escrita con un inteligente afán investigador y divulgador, la narración se construye sobre un documentado trabajo de campo de cerca de quinientas entrevistas a diferentes protagonistas de la historia que narra. Es a través del relato de los músicos, contando sus experiencias vividas, que el autor revisa los diferentes espacios culturales que enmarcan y facilitan la vida pública del jazz latino. Delannoy profundiza en las raíces criollas del jazz en Nueva Orleans y La Luisiana franco-española, para pasar después al encuentro del jazz y los ritmos afrocubanos de la mano de la diáspora cubana en Nueva York y las descargas (las sesiones de improvisación musical cubanas) de jazz y son en La Habana, en las décadas de 1920 y 1930. Repasa después cómo varias músicas tradicionales del Caribe y América Latina influenciaron a los músicos de jazz y de cómo el jazz, por su parte, influyó en ellas. Presta especial atención a los instrumentos de percusión afrocubanos y se extiende más allá del Caribe al resto de Latinoamérica, cruza el Atlántico hasta Europa, siguiendo la actual diáspora latinoamericana por el mundo y acierta a relacionar el jazz flamenco con el jazz latino. Subraya que hay músicos latinos que deben ser considerados al mismo nivel de importancia que un Miles Davis o un Louis Armstrong, como son Mario Bauzá, Machito y Chico O’Farrill, al que considera el músico más destacado del jazz latino en el siglo XX.

Delannoy parte de una idea muy atractiva, “jazz” es un término sin definición ni fronteras y rechaza toda proposición que intente enmarcarlo dentro de una categoría objetiva preexistente fuera de la vivencia y práctica musical de los propios músicos. Este punto de partida le permite ahondar en los encuentros y relaciones culturales que han dado forma al jazz latino a lo largo del siglo XX y mostrar su diversidad.

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