Lectores sin remedio: vidas paralelas

‘Se enciende y se apaga una luz’, por la que Ángel Vázquez obtuvo el Premio Planeta de 1962.
‘Se enciende y se apaga una luz’, por la que Ángel Vázquez obtuvo el Premio Planeta de 1962.
José López Romero y Ramón Clavijo Provencio

28 de junio 2024 - 03:59

El 11 de febrero de 1903 en Kiev venía al mundo la escritora Irina Leodinovna Nemirovskaïa, más conocida por Irène Némirovsky. Su padre, Leon Némirovsky, era un acaudalado judío, banquero, que disfrutaba de una enorme fortuna, y su madre, Anna Margoulis, una mujer con una excelente formación y que nunca mantuvo una buena relación con su hija, a la que siempre trató con cierta distancia. A pesar de su origen ruso, la educación que recibió Irène en su infancia se debió a una institutriz francesa, de ahí que ella reconociera que antes del ruso, aprendió a hablar y a escribir en francés, el idioma que escogería para sus novelas. Después de la Revolución Rusa, la familia pasa por diferentes ciudades europeas hasta afincarse en París, donde se casa en 1926 con Michel Epstein, también judío. Y no será hasta dos años más tarde que le llega a Némirovsky su éxito literario. Novelas como su inicial ‘El malentendido’, ‘El baile’, ‘Los perros y los lobos’ y, sobre todo, su exitosa ‘Suite francesa’ (pasada al cine) nos revela una escritora en plena madurez, con un estilo elegante del que se sirve para describir las costumbres y los vicios de la alta sociedad burguesa pero también los horrores de la miseria y de la guerra. Irène Nemirovsky fue apresada en la Francia ocupada por el ejército nazi el 13 de julio de 1942. Trasladada al campo de concentración de Auschwitz, murió de tifus apenas un mes más tarde, el 17 de agosto.

El 3 de junio de 1929 nacía Ángel Vázquez Molina en Tánger, la ciudad cosmopolita, internacional, nido de refugiados y espías de toda raza y nación, la “deliciosa mentira”, como la definió Emilio Sanz de Soto, amigo íntimo de Vázquez y de quien tomo estos apuntes sobre la vida de este (en la edición de ‘El cuarto de los niños y otros cuentos’, Pre-textos). Hijo único de Mariquita la sombrerera, cuando el negocio que regentaba su madre, una sombrerería, cayó en desgracia, tuvo que abandonar sus estudios y dedicarse a desempeñar diversos trabajos precarios como secretario, vendedor de libros y colaborador de la prensa de la ciudad. Su vocación literaria se fue fraguando primero como lector voraz, usuario de las bibliotecas públicas de Tánger (la española, la francesa y la inglesa) y el contacto con los escritores que se afincaron en la ciudad, como el matrimonio Bowles. Ángel Vázquez sólo escribió un conjunto de cuentos reunidos en el volumen publicado por Pre-textos y tres novelas: ‘Fiesta para una mujer sola’, ‘Se enciende y se apaga una luz’, por la que obtuvo el Premio Planeta de 1962 y cuya cuantía económica sólo le alcanzó para pagar deudas, y su extraordinaria ‘La vida perra de Juanita Narboni’, sin duda una de las mejores novelas españolas del siglo XX. Alcohólico como su padre y su madre, homosexual en la España franquista, escritor maldito, murió en la más absoluta miseria en Madrid el 26 de febrero de 1980. Leer a Irène Nemirovski y a Ángel Vázquez es un ejercicio de reconocimiento y un homenaje a dos escritores que honran la Literatura. /José López Romero.

Imprestables

“Para formar una buena biblioteca se necesita contar con muchos amigos y que estos tengan muy mala memoria”, rezaba un pequeño cartel enmarcado, en la entrada de la excelente biblioteca especializada en Arte que logró reunir el añorado profesor José Ramón Fernández Lira. Pero aquel texto no era una confesión sobre el origen de los miles de libros que había reunido José Ramón, sino más bien una advertencia a aquellos privilegiados visitantes que solía invitar a su biblioteca privada, a los que mostraba incansable, como buen cicerone, sus piezas más valiosas, curiosas o raras antes de obsequiarlos con un espléndido jerez de despedida.

Solía suceder que en aquel recorrido entre las librerías siempre había algún visitante que se sentía tentado por hojear y leer en privado alguno de aquellos ejemplares. Entonces saltaba la pregunta que parecía no coger nunca desprevenido al propietario de la colección. “Oye, José Ramón, ¿me prestas este libro?” Era el momento en el que sin duda más disfrutaba el profesor, y sin perder la sonrisa siempre contestaba con otra pregunta “¿Te has fijado en ese cartel que tengo colocado en la entrada?” Luego José Ramón, sin esperar respuesta volvía a recordar al visitante de turno la frase enmarcada, recitándola con gran solemnidad, tras lo cual soltaba aquel demoledor “Pues quiero advertirte, amigo, de que yo la memoria la tengo buena, pero que muy buena”, a lo que solía seguir una sonora carcajada.

Sí, José Ramón también claudicaba a veces y solía prestar algún que otro ejemplar de su colección, al fin y al cabo, como decíamos más arriba tenía buena memoria, pero pese a ello muchos de sus libros, a los que tenía más apego y no necesariamente los más valiosos, tenían aquella leyenda garabateada de su puño y letra en la contraportada: “Este libro ha pasado a la categoría de imprestable”, seguida de su rúbrica. Hoy donde las bibliotecas privadas en los domicilios son lamentablemente una singularidad, me asaltan estos recuerdos al echar en falta en los anaqueles de mi biblioteca libros que presiento no volverán. ¿Los habré prestado? Está claro que, a diferencia de José Ramón, no tengo tan buena memoria. / Ramón Clavijo Provencio

Reseñas

Préstame tu voz

Lola Mascarell. Tusquets, 2024

Lola Mascarell (Valencia, 1979) es sin duda una de mejores voces poéticas en el abundante panorama lírico actual de nuestro país. En palabras de José Luis García Martín referidas a este poemario: “Lola Mascarell opta por una poesía de la cotidianidad, escrita en un lenguaje aparentemente directo y sin enigmas por resolver”. Estas son las dos constantes que el lector puede encontrar en los poemas de Mascarell: el canto de la cotidianeidad en un lenguaje directo, natural con el fin de hacernos ver el fundamento, la sustancia última de los actos más rutinarios y de los pequeños, pero grandes, gestos. El poema “Amor” es un buen ejemplo de ello: “Recorro con los dedos / el brote de geranio / que plantamos ayer en la maceta… / Amar es conocer, me digo entonces, / aprender cada palmo / de vida en el espejo…”. Poemas para leer y releer. / J.L.R.

Los Abel

Ana María Matute. Austral, 2014

De vez en cuando no está de más acercarse a las primeras novelas de las grandes escritoras de posguerra. Hace unos meses fue ‘Entre visillos’ de Carmen Martín Gaite (mucho mejor novela que ‘El cuarto de atrás’) y esta vez le ha tocado a la primera que publicó A. Mª Matute allá por 1948. La vida inhóspita de un pueblo de la España profunda y una familia, los Abel, propietaria de unas tierras que, después de la muerte del padre, debe encargarse de cuidar el hermano mayor, Aldo. Bajo el tópico del manuscrito encontrado, el personaje inicial (un familiar lejano de los Abel) le da la voz narrativa a Valba, la hija mayor, quien nos va relatando el proceso de descomposición de la familia por la separación de los hermanos. La tragedia final marca el desenlace de la novela. Un relato crudo y gris. / J.L.R.

Bibliotecas. Una historia frágil

Arthur Der Weduwen y Andrew Pettegree. Capitán Swing, 2024

En el cada vez más interesante catálogo de esta editorial nos topamos con este libro sobre esa institución cultural que parece vencer al tiempo. En ella no renuncian los autores y profesores de la Universidad escocesa de Saint Andrews, a profundizar en los periodos más relevantes de su historia, y prestan en ese recorrido especial atención a su fragilidad frente al esfuerzo

que implica el crearlas. Nos encontraremos en el libro con multitud de datos y pasajes poco conocidos como el papel de la mujer o los intentos del poder por controlar sus contenidos; tampoco faltan referencias a bibliotecas y personajes relevantes de la historia bibliotecaria española, y no tiene desperdicio el más que interesante análisis que se hace en estas páginas sobre el nuevo papel de las bibliotecas: desde las que cada vez se ofertan más servicios pero que de alguna manera está desvirtuando su función original. / R.C.P.

Relatos tempranos

Truman Capote. Anagrama, 2016

Es este un año lleno de efemérides literarias pero sin duda la del centenario del nacimiento de Truman Capote, es una de las que no deberíamos pasar por alto. A los pocos que desconozcan la obra de Capote es ahora un buen momento para iniciarse en ella, pero antes de llegar a esa prosa brillante que raya la perfección, y que encontramos en libros como ‘A sangre fría’ o ‘Desayuno en Tiffany´s’, les recomendaría comenzar con libros como ‘Cuentos completos’ (Anagrama 2004) o estos ‘Relatos tempranos’. En ellos podrán adentrarse en los orígenes literarios de este excepcional escritor, cuando comenzaba a publicar sus primeros relatos cortos en los que ya muestra su precocidad y madurez literaria. Este libro de relatos (rescatados hace solo unos años) reúne catorce espléndidas historias, entre ellas “Esto es para Jamie” o “Los caminos se separan” ambientadas en ese Sur profundo donde trascurrió su infancia. / R.C.P.

stats