El médico Juan Carlos Durán alerta en Jerez de una de las epidemias de este siglo, la soledad
El galeno del Hospital San Juan Grande desgrana en una conferencia en la Academia San Dionisio la 'Soledad no deseada en las personas mayores'.
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Jerez/Las puertas de la Real Academia San Dionisio de Jerez de la Frontera se abrían la tarde del pasado martes 18 de marzo para albergar la segunda conferencia del nuevo ciclo Envejecimiento Activo, organizado conjuntamente con la Fundación La Caixa.
En esta ocasión, Juan Carlos Durán Alonso era el protagonista de la jornada con su conferencia "Soledad no deseada en las personas mayores".
El médico Durán Alonso contó con la presentación de Juan Salido Freyre, presidente de la corporación académica, quien repasó su currículo destacando su carrera como médico especialista en Geriatría del hospital San Juan Grande, donde realiza su actividad asistencial desde hace 30 años, tras haber realizado su especialidad en el hospital Virgen Macarena de Sevilla.
Es vicepresidente de la Sociedad Andaluza de Geriatría y Gerotología, Master en Bioética y Humanización de la Asistencia por la Universidad de Granada, participa como profesor en los Master de Geriatría, de Cuidados Paliativos y de Bioética de la Universidad de Sevilla y es ponente de numerosas comunicaciones en Congresos de Geriatría, habiendo publicado artículos sobre demencia, psicogeriatría, nutrición, y diabetes en revistas nacionales e internacionales, y autor de capítulos de libros de Geriatría.
Actualmente, director Médico del Hospital San Juan Grande de Jerez y Académico de Número del ente académico de San Dionisio, el conferenciante se apoyó en su amplia experiencia en la temática para profundizar en uno de los grandes males que sufren actualmente las personas mayores.
Durante su intervención, Juan Carlos Durán Alonso desarrolló el concepto de "soledad no deseada", dejando claro que se trata de una de las grandes epidemias invisibles del siglo XXI. Explicó que esta situación no se limita únicamente a quienes viven solos, sino que también puede afectar a personas rodeadas de compañía que, sin embargo, no sienten el afecto o la cercanía de sus seres queridos.
El conferenciante destacó que, en la actualidad, este problema no se aborda de manera adecuada, ya que se suele enfocar desde una perspectiva asistencial sin profundizar en el impacto emocional y psicológico que conlleva. En este sentido, puso de relieve el papel fundamental de los profesionales sanitarios en la detección de la soledad no deseada y en la sensibilización de la sociedad ante este fenómeno creciente.
Durán Alonso analizó las causas que explican su elevada incidencia en la sociedad. Señaló que el aumento de la esperanza de vida ha generado un mayor número de personas mayores en riesgo de aislamiento, especialmente mujeres, ya que la viudedad es más frecuente en ellas. Además, destacó que los momentos críticos suelen producirse tras cambios vitales bruscos, como la pérdida de un ser querido o la marcha de los hijos del hogar.
A esta realidad se suma la transformación demográfica y social de las últimas décadas, caracterizada por una menor natalidad y una mayor dispersión geográfica de las familias debido a la movilidad laboral. «Tendremos que aprender a vivir solos», advirtió el especialista, haciendo hincapié en que el estilo de vida actual, marcado por la inmediatez y la falta de interacción con el entorno, ha reducido las relaciones sociales, incluso con los propios vecinos.
El doctor también reflexionó sobre cómo la pandemia puso de manifiesto la importancia del apoyo mutuo y la solidaridad, aunque lamentó que ese aprendizaje se haya diluido con el tiempo. Asimismo, subrayó la falta de recursos en el ámbito de la salud mental, destacando que en la atención primaria no se profundiza lo suficiente en estos problemas debido a la escasez de psicólogos y de tiempo para abordar el impacto emocional en los pacientes.
Las consecuencias de esta soledad no deseada, explicó Durán Alonso, pueden ser devastadoras, con un impacto psicológico grave que aumenta el riesgo de padecer demencia y eleva significativamente las tasas de suicidio entre la población mayor.
En cuanto a las estrategias para hacer frente a esta realidad, el conferenciante insistió en la necesidad de fomentar la ocupación de las personas mayores a través de actividades, talleres y programas de entretenimiento, así como de la implicación de voluntarios.
Además, destacó la importancia de que las instituciones promuevan y financien iniciativas dirigidas a combatir la soledad en este colectivo, poniendo como ejemplo las acciones desarrolladas por la Fundación La Caixa en este ámbito.
Como conclusión, Durán Alonso invitó a una reflexión personal: «Miremos a nosotros mismos. Esto lo resolvemos tú y yo». Subrayó que, así como nos cuesta desprendernos de objetos materiales, aún más difícil resulta aceptar la pérdida de nuestros seres queridos, una realidad que ninguna institución puede solucionar por completo. En este sentido, lanzó un mensaje claro: «La mejor solución está en nosotros mismos y debemos trabajarla desde ya».
El envejecimiento, afirmó, es un proceso complejo que requiere adaptación constante, y es fundamental asumir la responsabilidad individual en la construcción de un proyecto de vida que minimice los efectos de la soledad. «Siempre ponemos la culpa en el otro, cuando la solución está en nosotros mismos», insistió.
Para cerrar su intervención, dejó una frase que resonó con fuerza entre los asistentes: «No estás solo porque no estamos solos. Sé tú la solución del problema».
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