"Muchos de los mods de hoy son rockabillies sin saberlo"

El músico leonés actuará y pinchará los días 23 y 24 de agosto en el II Sherry Sound Festival, en el Cortijo de Ducha El artista hace un repaso a la escena musical actual, y a la de antaño

Alejandro Díez, en una imagen promocional de Cooper.
Alejandro Díez, en una imagen promocional de Cooper.

Alejandro Díez, o Alex, lleva en la escena musical más de 25 años, primero como líder de 'Los Flechazos', y después al frente de Cooper. Promotor, escritor, dj..., la música de los 60 es la base de su sonido, sus canciones, su imagen y su voz, que forman parte de la historia del pop español. Un reformador, a su manera, de aquellos años inmortales, que el próximo fin de semana visitará, junto a su formación, el II Sherry Sound Festival.

-El próximo fin de semana actúa y pincha en el Sherry Sound Festival. ¿Qué escuchará el público?

-Nosotros estamos tocando en los últimos meses un repertorio basado en el nuevo disco de Cooper que se llama 'Mi universo', pero también recuperamos canciones de discos anteriores.

-Regresan con un larga duración tras diez años sin publicar LP. ¿Qué ha supuesto este nuevo disco?

-Es un proyecto con un planteamiento más extenso que sacar sólo un disco. Fuimos a grabar a Inglaterra e hicimos una 'gira' por Internet presentando cada una de las canciones con un vídeo de cada una de ellas, luego sacamos el disco con la gira presentación y al final editamos un DVD en el que había un documental. Por todos los medios intentábamos evitar que fuera un disco más de la trayectoria del grupo. Queríamos que cada canción tuviera su momento de gloria, que todo estuviera muy bien documentado y que todo tuviera sentido. Era un proyecto bastante integral. Hacía tiempo que sólo editábamos singles y no un larga duración, y haber publicado 'Mi universo' como un álbum me deja un poco descolocado para los siguientes proyectos. No tengo ni idea de lo que voy a hacer después. Ahora estamos como de resaca de 'Mi universo'.

-Lo mismo... escribir otro libro.

-Los libros han ido por otro camino. Con la editorial que monté (Ediciones Chelsea) edité un libro mío y de otra gente. Pero es más personal y también me ilusiona mucho. Y lo mismo lo que queda de año me dedico a desarrollar eso y luego vuelvo a focalizar en Cooper.

-Cooper abandera la escena mod-beat nacional desde hace décadas. ¿Cómo se mantienen en la cresta de la ola?

-Fíjate que cuando empecé con Cooper tenía la sensación de que de mod tenía muy poco. Luego me di cuenta de que tenía mucho de mod y muy poco de años 60. Y mucha gente identifica lo mod con los 60. Pero el mod va por otro camino, es más atemporal. Tiene un gran poso de música y actitud de los años 60 pero se ha desarrollado y ha tenido importancia en otros muchos momentos. También ha recibido de esos momentos. Justo después de la explosión del punk hubo un estallido de revival mod que no tenía tanto que ver con los 60, sino con una mezcla de los 60 y punk.

-¿Qué queda de mod-beat en Cooper?

-La verdad es que siempre he visto a Cooper como una banda de beat en el sentido en que somos dos guitarras, bajo y batería, que utilizamos las armonías vocales. Pero por otra parte, es un poco hacer trampas explicar que Cooper es una banda de mod-beat porque alguien que no nos conozca y vaya a un concierto nuestro no se va a encontrar con un grupo de los 60, sino con algo mucho más actual. No es algo retro.

-Bueno, mod viene del inglés modernist. Al final son ustedes unos modernos.

-Más que ser moderno, mi intención en todo en la vida es fijarme en la tradición y aprovecharme del clasicismo que otros han marcado para adoptarlo yo. En el fondo, los clásicos siempre son modernos y eso me atrae.

-¿Cree que los hijos del mod son los indies de hoy?

-Sería muy difícil trasplantar las actitudes de los mods originales de los 60 a hoy en día e identificarlos con algo, sobre todo, porque hoy también hay mods que se sienten herederos de aquellos. A lo largo de los años, un adolescente al que sus padres le pegan la bulla porque se pasa todo el día de juerga, preocupándote de esas pintas raras que llevas, tomando cosas raras y oyendo música que no es música ni es nada. Es lo que le decían a un mod de los 60 y es lo que le dicen hoy a un chaval que va a una discoteca. Hay paralelismos pero hay rasgos que no tienen nada que ver. Lo mod ha evolucionado mucho hacia una postura muy interesada por la cultura, el cine, la literatura, las raíces de las cosas... En ese sentido sí que hay paralelismos entre los indies y los mods. Es muy difícil hacer una radiografía de las escenas y cómo se van desarrollando. En su momento los mods eran la avanzadilla y los más modernos. En algún momento me han echado en cara, aunque lo sigo manteniendo, que muchos de los mods de hoy en día en el fondo son rockabillies sin saberlo. En los 60 los rockers eran los que llevaban ocho años oyendo los mismos grupos y la misma música y no querían enterarse de las nuevas modas porque les parecía una tontería. Lo auténtico eran ellos. Los mods eran los que cada semana cambiaban de ropa, de imagen, de música y de gustos. Hoy, todos estos mods tan tradicionalistas, intelectualmente tienen una actitud rocker sin saberlo, frente a otra parte del mundo mod que es más abierta, pero sin renunciar a las raíces. Pero es difícil hablar mal de la propia familia, y los mods es como mi familia.

-Cooper se caracteriza por estar en la escena independiente. ¿Da miedo salir de ahí?

-No me da pánico, pero no tengo ninguna gana de salir de la escena alternativa. No me gusta lo que hay fuera de ella. No me interesan los programas de radio generalistas, ni lo que escucha la mayoría de la gente. Me cuesta identificarme con las generaciones que han venido después. Siento que en los festivales de música independiente soy más yo. Llevo más de 25 años tocando y no tiene sentido a estas alturas querer llegar a más público. Pero yo hago música para que le guste a todo el mundo, no para que le gusta a un grupo de gente determinada. En otros países a las minorías se le presta atención, porque del underground surgen las cosas interesantes que hacen evolucionar la música.

-¿Qué le parece iniciativas como este Sherry Sound?

-Pues interesante. Aún siendo de los que piensan que se ha terminado la era de los festivales, quedan unos años de poder disfrutar de música en directo diferente a lo que se ve en las fiestas patronales gracias a estas iniciativas que, en la mayoría de los casos, están promovidas por gente que lo hace con ilusión y ganas de abrir horizontes. Son cosas en las que hay que fijarse.

-Como broche, alguna recomendación musical...

-Pues el último disco de Kurt Baker. Es una joyita a la que hay que prestar atención.

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