Brillante recital de Bruno Campelo y Muskilda Salar en Jerez

El viernes 27 de septiembre tuvo lugar el acto de apertura del curso académico 2024-25 en el Conservatorio 'Joaquín Villatoro', con un concierto de canto y piano a cargo del contratenor Bruno Campelo y la pianista-clavecinista Muskilda Salar. Ella, profesora de Piano del centro y él, antiguo alumno del mismo y actual solista vocal con un prometedor futuro.

En el difícil campo del canto lírico existen muchas líneas de actuación al hilo de la interpretación histórica, y se cotiza mucho el instrumento vocal del desaparecido castrati, que se sustituye por una técnica prodigiosa mediante la cual el varón puede cantar en falsete en una tesitura ajena a la suya natural y que, en la antigüedad sustituía a la voz femenina en las iglesias, entonces prohibida por las autoridades canónicas.

Bruno Campelo optó por esta línea interpretativa y, tras haberse formado en el Joaquín Villatoro en la especialidad de Piano, comenzó sus estudios de canto histórico con el contratenor Jorge Enrique García. Amplió sus estudios en Londres y en Florencia, iniciando así una trayectoria que le ha llevado a actuar con los más prestigiosos grupos de la interpretación histórica a nivel nacional, participando en festivales y conciertos por diversos puntos de la geografía española.

En esta actuación, el dúo formado por Campelo y Salar (su profesora en Jerez) ofreció al numeroso público congregado un interesante programa dividido en dos partes. La primera, de corte barroco, acompañada al clavecín, consistió en la interpretación de dos arias de Krieger y de Vivaldi. La primera pieza, de corte pausado y relajante, y la segunda, endiablada por su virtuosismo vocal y su dificultad de sincronización entre solista y acompañante. Campelo demostró en ambas modalidades que tanto los fraseos largos como las agilidades melismáticas no tenían dificultad para él, manteniendo siempre el vigor expresivo en el fiato y en el contraste dinámico, dado lo invariable del rango sonoro del clave.

En la segunda parte, la sesión cambió hacia los inicios del pre-romanticismo con la exquisita aria de Mozart, Dans un bois solitario, que contó con una emocionante ejecución por parte de ambos intérpretes, ya que el sonido del piano nos devolvía a un tiempo más cercano al nuestro y las armonías y los matices volvían a mostrarse menos rígidos.

La penúltima pieza fue The Ash Grove, de Benjamín Britten, ya inmersos en el siglo XX, aunque basada en una canción tradicional galesa, transformada en mágica por el arte y la pericia del compositor inglés, que puso el hito adecuado en el viaje estético de este recital que aun nos tenía reservada la sorpresa, a su final, y dados los insistentes aplausos, de contar con la participación del profesor de Bruno Campelo, el ya citado Jorge Enrique, que nos ofrecieron un bis a dúo de una nueva aria barroca, que puso el broche de oro a una sesión deliciosa y en la que la profesora Salar demostró una vez más su gran dinamismo y versatilidad profesional.

Deseamos que el curso que se inicia sea todo lo fructífero que la ciudad de Jerez merece, pues en las intervenciones previas al recital, la vicedirectora, Begoña Roche; la profesora Sara Martín y el director, José Ramón Hernández; dejaron claro que la labor del Conservatorio está consolidada y cada vez goza de mayor arraigo, excelencia y prestigio, otorgando así a los jóvenes de un recurso educativo y cultural de primer orden. Se han conseguido ya todas las especialidades instrumentales y el alumnado y el profesorado no paran de crecer. El delegado de Educación del Ayuntamiento, José Ángel Aparicio, asistió a este brillante recital, mostrando así el apoyo municipal al Conservatorio y la importancia que esta institución tiene para el desarrollo artístico y cultural de Jerez y por extensión para toda la provincia.