Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
La noche es un elemento esencial en la poesía de José Manuel Caballero Bonald y siempre ha tenido para él "un valor parecido al de la indeterminación, al de la duda". Ahora, una antología recoge los mejores nocturnos del gran poeta gaditano, considerado un renovador contemporáneo de ese género.
"Las dudas son las que mejor te sirven para abrirte camino por los laberintos de la experiencia. Yo no sabría escribir, ni siquiera sabría vivir, si estuviera seguro de todo", afirma el escritor en una entrevista a propósito de la aparición de la antología 'Ruido de muchas aguas', publicada por Visor en su colección 'Palabra de honor'.
Pero esta antología no solo se hace eco de los versos de Bonald relacionados con la noche, "remedo veraz de insumisión", sino que Aurora Luque, responsable de la selección de poemas y del prólogo, también ha incluido los que tienen que ver con el mar -"lejos del mar nunca podrás ser libre"- y con Argónida, ese topónimo ficticio que el escritor ideó para referirse al Coto de Doñana.
"Para mí es un paisaje sagrado, es el Edén. Entrar en Doñana es como si uno llegara a un mundo venerable, imposible de ultrajar", suele decir el escritor.
Luque ha seguido, según señala en la introducción, "criterios muy poco ortodoxos y nada frecuentados" a la hora de elegir los poemas, pero es que "los largos laberintos bonaldianos, pródigos en misterios, permiten infinitos recorridos".
La antología está dividida en dos grandes apartados, 'Cicatrices en la cara del mar' y 'En los destiempos de la noche'. En el primero, Luque entresaca de distintas obras 63 poemas "argonidenses", en los que aparece un Caballero Bonald "mitógrafo" y hombre de mar.
"El mar es otra de mis más perseverantes fijaciones poéticas", dice el escritor. "He navegado en barcos/ desiguales/ -dóciles, neutros,/ belicosos-/ tratando de llegar/ lo antes posible a ningún sitio", afirma en un poema de 'Manual de infractores', galardonada en 2006 con el Nacional de Poesía.
"Ahora ya no es lo mismo que antes. Los años me vetan muchas cosas, entre otras la navegación. A vela, claro. En un velero hay que trabajar mucho, hay que moverse mucho, y yo ya no estoy para esos trotes. Ahora me limito a mirar el mar, a ver pasar los barcos desde las ventanas de mi casa de Sanlúcar. Qué remedio", afirma el escritor, que en noviembre cumplirá 85 años.
Pero en otras épocas fue un buen navegante y llegó incluso a naufragar dos veces: una en el río Magdalena, en Colombia, y otra en el Guadalquivir.
Aurora Luque considera al autor de 'La noche no tiene paredes' "un renovador contemporáneo del género del nocturno".
"Si por un azar o cataclismo supraceleste el planeta Tierra llegara a verse desprovisto del fenómeno físico de la noche (...), los eventuales supervivientes humanos tendrían que acudir a la lectura de los poemas de Caballero Bonald para ayudarse a imaginar qué cosa fue la noche", asegura.
Y es que la noche "es el tiempo especialmente sugestivo para vivir. Es un hecho real y una metáfora que aparecen una y otra vez en toda mi obra poética. Por ahí andan la aventura, la incertidumbre, el lado oscuro de la realidad", indica Bonald, ganador del Premio Nacional de las Letras, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana o el Internacional de Poesía Federico García Lorca.
"Líbrame/ de desoír al infractor/ con quien pacto de grado cada noche". Esos versos, y muchos otros, quizá se le ocurrieron a Caballero Bonald en horas de insomnio, que es "cuando verdaderamente puede llegarse más lejos en la exploración de los enigmas de la realidad. En el insomnio es cuando el pensamiento lógico se subordina a la intuición iluminadora".
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