Un volumen reúne por primera vez toda la narrativa breve de J. G. Ballard
Publicado por RBA, el tomo recoge 95 relatos de uno de los grandes autores de ciencia ficción
J. G. Ballard, un visionario, un escritor de culto y el padre de la ciencia ficción en el Reino Unido, fue un gran cuentista. Ahora, por primera vez, un volumen recoge sus 95 relatos con todo su ideario creativo, precedidos por una introducción del autor escrita en 2001, hablando del cuento. Publicado por RBA, el tomo tiene en su cubierta una imagen de un coche destruido tras un choque contra una farola en un lugar por donde ha pasado una catástrofe, una imagen que anticipa algunos de los temas de este escritor, que nació en Shanghai, en 1930 y murió en Reino Unido, en 2009.
"Los cuentos son la calderilla del tesoro de la ficción. Es fácil pasarlos por alto ante la abundancia de tesoros disponibles, una moneda sobrevalorada que con frecuencia resulta falsa. En su máxima expresión -Borges, Ray Bradbury, Edgar Allan Poe-, el cuento está acuñado en metal precioso y sus destellos dorados brillarán para siempre en el hondo talego de la imaginación del lector". Así habla del cuento Ballard en el prólogo de este esperado volumen.
Este libro pone al día y fija unos textos que no contaban con buenas traducciones o estaban en antologías dispersos y desordenados, según la editorial. Los relatos aparecieron originalmente en revistas especializadas como New Worlds, Amazin Sories e Interphone.
Tras la publicación de sus primeros cuentos en 1956, Ballard no dejó nunca de escribir relato breve. "Los cuentos siempre han sido importantes para mí. Me gusta su calidad instantánea, su capacidad para centrarse con intensidad en un único tema", explica en el prólogo.
"También son una forma útil de ensayar las ideas que más tarde se desarrollarán en una novela -continúa-. Casi todas mis novelas fueron esbozadas como cuentos y los lectores de El mundo de cristal o Crash encontrarán esa semillas germinando en algunas partes de esta colección".
Con una mente siempre premonitoria, Ballard era un especialista de la mirada interna; el exterior era un excusa donde no se hallaba realmente el futuro, pensaba el autor, sobre todo a raíz de la muerte de su esposa cuando tenía 34 años, de forma repentina, mientras pasaban unas vacaciones en Alicante.
Ese espacio interior inner space lo explicaba así el autor: "Los mayores espacios del futuro inmediato ocurrirán no en la Luna o en Marte sino en la Tierra, y es el espacio interior y no exterior el que necesita ser inspeccionado. El único planeta extraño es el nuestro...".
Así, esa peculiar mirada entre la realidad y la ficción, ese foco en el inconsciente profundo y sin complejos, ese interés por Freud o los surrealistas convierten a Ballard, entre otros aspectos, en un escritor muy diferente a los de su género, con una huella moderna y especial con la que se acuña el adjetivo ballardiano y que se ve proyectada en escritores como Chuck Palahniuk, David Foster Wallace o George Saunders.
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