La zambomba, un repaso a su historia y su nuevo modelo de socialización

Navidad 2019

Manuel Naranjo ofrece en el Ateneo Libertario un excelso análisis de esta fiesta

La zambomba, un repaso a su historia y su nuevo modelo de socialización
La zambomba, un repaso a su historia y su nuevo modelo de socialización
Fran Pereira

14 de diciembre 2019 - 04:00

Escuchar al folklorista y miembro de la Cátedra de Flamencología Manolo Naranjo es siempre un lujo. Se prodiga poco, pero sus apariciones se deben subrayar en rojo porque aporta un universo de conocimiento en la materia del que pocos pueden presumir hoy en Jerez.

Organizado por el Ateneo Libertario ‘Eliseo Reclús’, en la calle Gaspar Fernández y al que habría que felicitar por la iniciativa, se abordó una temática de actualidad: ‘La zambomba. Expresión patrimonial de identidad local. Nuevos modelos de fiesta’.

Naranjo comenzó haciendo un análisis histórico de la zambomba, situándonos en la época franquista. Habló del carácter no público de las zambombas, en parte por la legislación existente en la época “en la que dos ya eran motivo de conspiración”; y recordó que su inicio “era a partir del uno de diciembre, porque durante el franquismo, el mes de noviembre, también auspiciado por la iglesia, era de respeto total hacia los muertos”.

En ese recorrido histórico, Manolo Naranjo incidió en la importancia de las casas de vecinos, en la colectividad que desprendían, pero sobre todo en la pérdida de esa tradición que se produce en los años 60 con la llegada de los pisos. “La zambomba se habían perdido hasta que Radio Popular, las propias bodegas y posteriormente la Caja de Ahorros comienzan a promoverlas a finales de los setenta e inicio de los 80”.

Durante su interesante charla, se detuvo también en otro detalle curioso, la denominación, pues según explicó, “el nombre de zambomba sólo se usaba a nivel popular, entre las propias familias, pero no encontramos su presencia en la prensa de la época”. Es más, “cuando Juan de la Plata inicia la recuperación de esta tradición con la Cátedra, habla de Cantes de Nochebuena y no de zambomba, un recurso que también encontraremos mucho antes, en los años 20, cuando los flamencos, El Gloria, La Pompi o Manuel Torre, se refieren a ello como Cantes de Nochebuena”.

No obstante, en este aspecto recordó el villancico ‘los peces en el río’, una antigua canción pero que Lola Flores popularizó. “Fue a partir de ahí cuando Jerez gana peso, ya que en la mayoría de discografías encontramos la denominación de ‘Nochebuena de Jerez’ o ‘Villancico de Jerez’.

Otro detalle al que aludió fue el de la geografía excluyente que se ha dado en este fenómeno, “porque se habla exclusivamente de una zona, en el caso de Jerez, pero también hay zambombas con larga tradición en sitios comoTrebujena, Sanlúcar o Rota”.

Se adentró Naranjo en conceptos más técnicos, desglosando con gran facilidad la tipología de los villancicos, desde el romance patrimonial al romance vulgar y como no las coplas o canciones, que diseccionó situándolas en cada contexto. E incluso hubo tiempo para, a modo de práctica musical, entonar algunas de ellas y sus variaciones por zonas.

Finalmente se situó en la actualidad, significando esa “reinvención” que históricamente ha sufrido la zambomba y que ahora está volviendo a suceder. “Lo de hoy es la propia condición del evento”, dijo incidiendo en que en breve se producirá “una nueva reconsideración del modelo”, es decir, “habrá zambombas institucionales y zambombas de amigos, una vuelta así a la socialización”.

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