Alvarito troca en don Álvaro

16 de octubre 2022 - 01:35

Quizá por la temprana edad en que su nombre apareció en los carteles, como Caballero montado en plaza, con toda seguridad por la intención de quienes así lo llamaron para diferenciarlo de la insigne figura de su padre; cuya señorial actuación en la corrida de su definitiva despedida de los ruedos, en la plaza jerezana, aún conservo como un tesoro en la retina; la verdad es que conocido por el cariñoso diminutivo de su nombre de pila, casi así nos ha llegado hasta nuestros días en que, por fin y por acertada decisión de nuestra Corporación municipal, Jerez por el que tanto ha hecho a lo largo de su ya dilatada vida, le acaba de reconocer como uno de sus Hijos más preclaros, nombrándole ayer sábado, en solemne ceremonia llevada a cabo en los históricos Claustros de Santo Domingo, como uno de sus Hijos Predilectos correspondiendo con dicho Título a su entrega a la proyección del nombre de la ciudad en el mundo, en su dilatada actividad como prestigioso y premiado Caballero Rejoneador, por su decidido empeño en mantener su histórico apellido vinculado a la tradicional actividad bodeguera; gesto que le honra doblemente; por su natural bonhomía y desde luego por la impagable entrega personal y artística para dotar al pueblo que le vio nacer de la que hoy conocemos como Real Escuela del Arte Ecuestre y cuyos orígenes que yo viví, con el nombre de ese hermoso espectáculo ecuestre titulado 'Cómo bailan los Caballos andaluces', cimentaron él y su esposa y a sus expensas, en aquel recordado Pabellón provisional que durante muchos meses fue su sede, en terrenos de Ifeca…

Y es que esa Escuela, su labor en torno al caballo, se ha constituido por méritos propios en uno de los mayores y reconocidos motivos de la imagen de Jerez en el mundo, no en balde ha sido y es considerada como referencia obligada internacionalmente en la doma ecuestre, como vienen a poner de manifiesto los distintos acuerdos de colaboración con las otras instituciones de este tipo existentes en el mundo, especialmente con el de la Escuela Española de Viena…

Y en esa importantísima tarea, nuestro nuevo Hijo Predilecto ha sido, sin duda, al mayor artífice para lograrlo, aportando su pasión por ese noble animal que es el caballo, su propio conocimiento de la doma de alta escuela y de la hispana doma vaquera, que ha conseguido poner a la altura de las mejores técnicas existentes; logro este de singular importancia; ha impulsado a nuestros jinetes a la cima de la equitación olímpica y ha propiciado uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad, al que semanalmente acuden miles de visitantes nacionales y extranjeros con lo que eso significa para la economía y la divulgación del nombre de Jerez y de una de sus señas de identidad.

Ha trocado por tanto nuestro ilustre paisano de aquel ya lejano Alvarito al actual don Álvaro, llevado por su compromiso y por el amor a la tierra en que viera por primera vez la luz, lo que hora acaba muy merecidamente de reconocerle Jerez.

Enhorabuena.

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