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Opinión
La Real Academia Jerezana de San Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras, va a poner término al ciclo “Flamenco e Investigación” el martes, 16, con la intervención del profesor de Guitarra Flamenca del Conservatorio Profesional de Música “Joaquín Villatoro”, de Jerez, Roberto Sabater Boix, quien disertará sobre “Maestro Balao, el eslabón olvidado”.
Mucha verdad encierra el título de la última conferencia del ciclo: “eslabón olvidado”, un defecto que suele ser consustancial al ser humano, olvidadizos que somos con la misma fruición que solemos elevar al olimpo de los dioses al último de los llegados. Claro que en ocasiones, al ser tantos y tantas a quienes debemos recordar que, el número de artistas nacidos en esta bendita tierra jerezana hace inviable el justo reconocimiento a cada uno de ellos cuando acaba su ciclo vital. El hecho de olvidar es aún peor cuando se trata de alguien vivo, sea artista, familiar o amigo.
El caso que nos ocupa, el de José Luís Balao no es una excepción por lo que, el anuncio de una conferencia que lo tiene como protagonista es oportunamente justo. Coincidente con lo que el profesor Roberto Sabater pueda exponer en su intervención sobre Balao, quiero traer aquí y ahora algún fragmento que, con ocasión del fallecimiento del guitarrista insertábamos en estas páginas de Diario de Jerez. Destacábamos a manera de obituario sus inicios guitarrísticos de la mano del mítico Javier Molina, su conocimiento profesional junto al recordado maestro Rafael del Águila, su participación junto a Cristóbal “El Jerezano” en espectáculos varios, su unión profesional con Manuel Lozano “El Carbonero” –otro nombre que precisa de un reconocimiento; en su día hubo un movimiento favorable al respecto del que no hemos vuelto a tener noticia-, como Fernando Moreno, póstumamente Pepe Moreno, Rafael Alarcón…- compartiendo el pan y la sal de la enseñanza en la calle San Miguel por espacio de más de diez años hasta que, finalmente, sin dejar de ser amigos, Manuel siguió en San Miguel –hoy entre Jerez y Sanlúcar de Barrameda- y Balao, hasta fallecer, en su domicilio de la calle Gaspar Fernández.
Como somos olvidadizos por naturaleza, en esta ocasión quiero llevar la contraria resaltando la colaboración que ambos guitarristas, Balao y “El Carbonero” me brindaron en dos grabaciones: “Poemas del vino de Jerez”, en edición especial de la Fiesta de la Vendimia (1984) y “Canciones y poemas de García Lorca”, con Fernando Polavieja, edición especial promovida por la Diputación de Cádiz (1986).
Aprovecho la ocasión para resaltar el hecho de que, la peña flamenca “Los Cernicalos” dedique la XXXIV edición de sus “Noches de la Plazuela” –programación iniciada en la jornada del sábado 13, homenaje a Alfonso Carpio Gallardo “Mijita” con los cantes de Alfonso “Mijita hijo” y José “Mijita”, los toques de José de Pura y Domingo “Rubichi”, las palmas de Carlos Grilo y Ali de la Tota-, todo ello a la memoria del maestro de guitarra, José Luís Balao.
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