Tribuna Económica
Fernando Faces
Estrategias de vivienda: de resolución a confrontación
Se ha ido Don Juan Luis Bretón Abrisqueta, un maestro de vida. Pero el cariño por la persona y la admiración por su legado permanecen para siempre entre nosotros.
Amante del Athletic y del buen fútbol que practicó jugando y disfrutando toda su vida superando por elevación los achaques de las edades y la estrechez de las lealtades a parroquias y enseñas, Juan Luis Bretón era aquel extraordinario caballero cabal, con Martxeli querídisimos y admirados amigos de mis padres y de todos sus amigos, que hablaban fino con una rara enjundia y trataban a los niños como a perfectos adultos. Así Juan Luis Bretón me enseñó, siendo yo muy chico, a plantar bien la derecha junto al balón para darle de rosca con la izquierda y ponerla al primer palo sobre la pelusa del Montealto de aquellas gloriosas primaveras de berzas y celebraciones de amigos en familia juntos - los Bretón, los Balao, los Navarro, los Luna, los Agarrao, los Nebreda, los Fernandez. Muchos años después aún tuvimos el privilegio de unirnos a alguna de aquellas memorables pachangas semanales en las Juan Luis Bretón sentaba cátedra de toque e inteligencia junto a sus ilustre grupo de amigos de futbito en Jerez.
Recién terminados mis estudios de Derecho Europeo me planté en las cabinas de teléfono al pie del Berlaymont en Bruselas con un par de contactos de Juan Luis en la DG VI Agricultura en el bolsillo para buscar un stage en la Comisión Europea. Un año más tarde el rumbo de mi vida había tomado un giro decisivo viviendo y trabajando ya en Bruselas con Juan Luis Breton y Fedejerez en la defensa de los vinos y el Brandy de Jerez en el despacho del maestro Jose Manuel Rodríguez Molina.
Fueron unos años de precioso aprendizaje y experiencias de la mano de un extraordinario elenco de personalidades que juntaron talentos y esfuerzos, con la profesionalidad e infatigables audacia y perseverancia de Juan Luis al timón, en la defensa de los intereses del Marco de Jerez y sus bodegas en aquellos peligrosos y movido años de desafíos reglamentarios domésticos y foráneos. Fue en aquellos años en los que aprendí de Juan Luis y aquel increíble equipo de profesionales el valor del rigor y la precisión en el análisis, la importancia del detalle y trazo fino que hacen buena a una buena estrategia, y la importancia de poder y saber combinar la simpatía personal y mano izquierda en el trato cara a cara que en Juan Luis eran indudable don de gentes, con una implacable honestidad, una cabal integridad y una infatigable perseverancia en la persecución de un objetivo legítimo.
En fin Don Juan Luis Bretón estaba tocado por la gracia innata de un talento que resulta de la combinación de una gigantesca generosidad intelectual y personal con la insondable humildad de la curiosidad del estudiante ávido por aprender. Talento que se hace cada día más raro y se agradece cada vez más en este mundo de polarización rampante en el que todo el mundo parece querer tener razón antes de contrastar pareceres y escuchar al de enfrente.
Ese saber compartir con infinita generosidad saberes y amistades hace de Juan Luis un inolvidable maestro en el arte de vivir para los muchos colaboradores y amigos que hemos tenido el gran privilegio de conocerle y admirarle.
DEP Maestro Juan Luis.
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