Ignacio García

Educación pública

Los árboles y el bosque

13 de marzo 2024 - 00:15

Está abierto el plazo para solicitar plaza en los centros educativos, públicos o privados. Sería lógico que quien quiera una educación privada (exclusiva y diferenciada) se la pague de su bolsillo; pero en este país se da el contrasentido de que los impuestos de todos financian una educación – la privada concertada – que, en mayor o menor grado opta a acercarse a ese modelo excluyente y diferenciado.

¿Qué le pedimos a un sistema educativo? Lo primero que otorgue un aprendizaje vital capaz de preparar a nuestros hijos e hijas para desenvolverse en el mundo que como adultos les va a tocar. Un mundo diverso y plural en lo social, en lo económico, en lo cultural y en lo religioso. Un mundo que, para funcionar bien, deberá construir puentes de diálogo y convivencia entre todos esos elementos. Un mundo donde la libertad se verá continuamente atacada (subordinándola a consignas morales impuestas) y distorsionada (llegando a confundirla con tomar una cerveza a cualquier hora). Un mundo donde habrá que seguir luchando porque la relación mujer/hombre sea plenamente igualitaria. Un mundo donde la democracia real parta de la participación plena de la ciudadanía en todo lo que le concierne. Y, para poder desenvolverse en este mundo, nada mejor que sumergirse desde el principio en un sistema educativo diverso, plural y cercano, laico, coeducativo e inclusivo, democrático y participativo. Es decir, el sistema educativo público.

A un sistema educativo también se le pide, cómo no, calidad. Algo que la enseñanza púbica demuestra a través de su profesorado y de los profesionales de primera línea que han estudiado en lo público.

Que no nos engañen las campañas de marketing y el descarado apoyo del gobierno del PP a la escuela privada. Apostemos –apoyemos– a la Escuela Pública. La de todos.

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