El parqué
Álvaro Romero
Descensos moderados
PODRÍA dar mil y un ejemplos, pero el que se me pasa por la memoria es el de George Bush hijo, a la sazón cuadragésimo primer presidente de los Estados Unidos de América, cuando alentó al país al inicio de su guerra contra Irak, diciendo más o menos que lucharían por dios y por la libertad para salvar al mundo.
Ese dios que justifica todo tipo de muertes, atrocidades, guerras y maldades. Es curioso que en los dólares americanos aparezca impreso ‘In God We Trust’ (en Dios confiamos) cuando a priori el concepto de la moneda es algo muy alejado del de dios (al César lo que es del César...).
Apelar a nuestro dios, nuestra bandera, a lo nuestro frente al resto de las creencias, banderas y los otros, ha sido algo de lo más habitual para esconder ante los nuestros nuestras miserias, corruptelas y la gran mayoría de nuestros pecados inconfesables.
El caso denominado ‘Negreira’ que afecta a varios presidentes y directivos del F.C. Barcelona, que está siendo investigado por la justicia española, en el fondo afecta a las personas que estando al frente del club hicieron lo que supuestamente hicieron, es decir, utilizar dinero del barcelonismo, para en el mejor de los casos enriquecer por la cara al vicepresidente de los árbitros en España.
Solo con los que se sabe, el actual presidente del Barça debería haber dimitido y estar escondido en un agujero solo por vergüenza. Pero como dijo el gran Sandokan, “dimití, ni dimití, dimiti tú” (faltas de ortografía incluidas).
Lo fácil es la huida hacia delante y culpar al resto. Tan es así que en un baño de masas con los peñistas, Laporta ha llegado a decir, sin ningún escrúpulo: “Vamos a defender al Barça hasta la última gota de sangre” para luego apostillar: “Os pido que mantengamos la unidad para defender nuestro escudo, nuestra esencia, nuestro modelo de propiedad. El Barça siempre ha de ser de todos sus socios y sus socias, de sus peñistas y de los aficionados que tenemos en todo el mundo. Y ahí nos estamos jugando mucho con todo lo que está sucediendo”.
¡Por amor de dios! ¡Que habéis sido vosotros los que habéis dado esos millones a Negreira! ¡Que los malos con el Barça habéis sido vosotros! ¡Que sois vosotros los que con vuestros actos estáis manchando la imagen del club! Pues sigamos como siempre.
En el nombre de dios defendemos lo indefendible y ya de paso mejor si soy aforado. Mientras tanto, al populacho que les den, que les den una bandera.
También te puede interesar
El parqué
Álvaro Romero
Descensos moderados
Entrando en agujas
Bernardo Palomo
El nuevo gran cambio
Desde la espadaña
Supersticiones
El parqué
Subidas moderadas