Juan Alfonso Romero

La Escuela de Tauromaquia de Jerez

Disculpa que te perdone

No se les permitía entrenar de salón o asistir a 'tientas' si no estaban escolarizados

30 de abril 2017 - 02:01

Me refiero a la importante labor de la Escuela municipal de Tauromaquia de Jerez. Conozco muy bien a uno de esos niños que con 13 años quiso ser torero. Se inauguraba la Escuela municipal de Tauromaquia de Jerez allá en el año 1986. Aunque ya en el año 1985 mi querido y admirado 'Peregrino' participó en alguna novillada en nombre de la Escuela. Ese 'maletilla' al que me refería que conozco muy bien hoy día no es torero ( aunque lidia, torea diariamente situaciones). Ese chaval se llevó la mejor enseñanza, junto a sus estudios de EGB, BUP, COU y posteriores estudios universitarios. Digo la mejor enseñanza que cualquier niño pudiera recibir. Educación, compañerismo , espíritu de lucha hasta la saciedad por aquello que quiere conseguir. Siempre en una pelea justa y equilibrada.

Yo sé que muchos dirán que es un absurdo lo que digo porque defienden al animal y yo los entiendo pero esa pelea está equilibrada. Yo también respeto al animal. Por cierto muchas veces más respetable que los 'animales humanos'. Pero si no salimos de ahí , de esa argumentación cruzada nos metemos en todas las discusiones aún con menos sentido. Discusiones como la de tener un pájaro en una jaula, un perro amarrado con una cadena al cuello. O quizás un bogavante en la mesa abierto en caná con salsas…

En fin, sin entrar en la doble moral a veces utilizada para defender los respetables argumentos del 'anti', sin considerar el hecho de que mirar para otro lado o permitir el sufrimiento sin que se retransmita en público está suficientemente motivado. El que se come la hamburguesa de ternera pero no la vió sufrir. Es todo un poco entendible por todas las partes pero nos centramos en la Escuela. Una Escuela que ha permitido el progreso de muchos de aquellos jóvenes que en su día quisieron ser toreros pero no se les permitía entrenar de salón ni asistir a 'tientas' o clases prácticas si no estaban escolarizados en la enseñanza reglada oficial.

Esa era una buena forma de hacer estudiar a los que querían ser toreros sin estar escolarizados. A estos jóvenes se les obligaba a asistir al antiguo Teatro Maravilla (calle Larga) para recibir clases de cultura general. Sí, esa era una de las asignaturas de la Escuela. Otra era anatomía del Toro Bravo. Muchos de ellos que estaban por ahí danzando sin oficio ni beneficio aprendieron cultura general y una disciplina de trabajo que les ha servido y les está sirviendo para toda su vida. Para respetar a los demás y trabajar con animo de supervivencia por muy difícil que salga 'el toro', a veces el de la misma vida.

Muchos niños y niñas que gracias a la Escuela Taurina de Jerez salieron y salen adelante aunque después no hayan sido toreros del primer escalafón. Pero son personas de primer nivel humano. Todo esto pone de manifiesto que además de ser una Escuela de Tauromaquia es una escuela de la vida que hace su imprescindible labor en la sociedad.

A ese niño del que hablaba al principio, entre otros retos conseguidos y un espíritu de lucha positiva en la vida, le sirvió para tener un vivencia que jamás olvidará. Le sirvió además para conocer a personas muy grandes cada una en su estilo. Le permitió conocer al grandioso y recientemente desaparecido maestro Rafaeli, a Antonio Lozano, a Currillo (único e irrepetible en las 'Tientas').

Incluso le sirvió para compartir muchas tardes de salón con una de las personas más luchadoras que se conocen. Me refiero a Juan José Padilla cuando por aquel entonces le decían 'Panaerito'. Y vaya Ud condió.

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